tag:blogger.com,1999:blog-35518149223858530632024-02-19T18:30:43.033-08:00Lucas OspinaTextosLucas Ospinahttp://www.blogger.com/profile/09555107895407833694noreply@blogger.comBlogger151125tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-58913648620429875672021-07-20T05:32:00.003-07:002021-07-20T05:46:02.392-07:00Párrafo<p><b>Saltando Matones: antecesores y sucesores del precursor del collage en Colombia</b>
</p><p><i>Hay hombres que luchan un día y son buenos,</i><i> hay hombres que luchan un año y son mejores,hay hombres que luchan muchos años y son muy buenos,</i><i> pero hay quienes luchan todos los domingos, esos son los chidos.</i> </p><p>—<i>Santo, el Enmascarado de Plata</i>
</p><p><b>1. Sociales</b></p>
<p>Al final de los locos veintes de los años noventa, cuando Bogotá fue una fiesta, en una esquina de la Zona Rosa tuvo lugar un cruce generacional que es fundamental para la historia del <i>collage</i> en Colombia. El comienzo del fin empezó en una inauguración.</p><p>En los tiempos de la burbuja económica, el coctel de una exposición de arte era el evento rey para socializar: el espacio perfecto para una primera cita, para conocer y ver a quién se conoce, un islote cultural donde el espectáculo no interrumpe la conversación, al contrario, la conversación es espectáculo: precede, acontece y sucede al evento, ignora lo que hacen los artistas y sigue hablando; pero, por cortesía (acaso pudor), asume una actitud disimulada: algo de conversación, algo de cultura, un par de comentarios sobre lo expuesto… expuesto a la indiferencia; las obras, parafraseando a Borges en su poema <i>Las Cosas</i>, “no sabrán nunca que nos hemos ido”, o que no estuvimos ahí realmente. En ese mundo del ayer <i>―</i>en la prehistoria del internet, el teléfono móvil y las redes sociales<i>―</i>, el periódico <i>El Tiempo</i> capturó un instante efímero de la movida artística capitalina que desfiló en la noche del miércoles 4 de febrero de 1998: “En la Galería El Museo se realizó la inauguración de la exposición <i>Saltando Matones</i> de los artistas caleños Juan Mejía y Wilson Díaz, quienes aparecen acompañados de Eduardo Serrano, Nadín Ospina y Carlos Alberto González”.</p><p>La página del periódico es todo un collage de anuncios: <i>Medicina Espiritual</i>, <i>¿Eyacula muy rápido?</i>, <i>Sauna</i>, <i>Cortinas enrollables</i>, <i>Ecoartes</i>, <i>Cirugía Estética, Adelgaza gordita, ¡Figura perfecta y piel bellísima!, Centro de acupuntura, Validación Bachillerato</i>. Sobre esta rosa de los vientos de la publicidad, el medio periodístico, aceitado por el cabildeo de las relaciones públicas, destaca en cuatro fotos “las sociales” del día: el lanzamiento de un libro cancilleresco con diplomáticos colombo-venezolanos que celebran el poder suave de la cultura; un matrimonio de provincia que se presenta a la nación; el obituario de un patriarca de la industria y la política, un hombre inolvidable y ya olvidado; y la foto de <i>Saltando Matones</i>.</p><p>A la izquierda, los dos “artistas caleños” parecen salidos de una sesión de <i>casting</i> de <i>Trainspotting</i>, la película inglesa de cine independiente que compartía cartelera con <i>Titanic,</i> el éxito taquillero gringo de ese año. Juan Mejía ríe, mira a la cámara, sostiene un vaso largo de whisky, una muestra del flujo continuo de libaciones que caracterizaba a esa galería y su deriva zigzagueante de meseros marcando el comienzo y fin de todo coctel. Wilson Díaz hace de bisagra generacional, se planta firme con sus zapatillas deportivas, mira con alegría al horizonte, sus brazos salen de su camisa calentana, abraza por la espalda a su compañero y a Eduardo Serrano, el crítico y curador colombiano más prolífico de entonces. Serrano ya había dejado de ser el curador del Museo de Arte Moderno de Bogotá, donde ejerció por más de 20 años de picos, valles y abismos creativos, y por esa época se dedicaba a ser un agente libre, capaz de producir textos y exposiciones para todo tipo de encargos; además, tenía una columna de crítica de arte en la revista<i> Semana</i> desde donde impulsaba a artistas y prodigaba elogios.</p><p>A la derecha está Nadín Ospina, uno de los hombres del momento, un artista como productor que supo darle forma a una idea que estaba en el aire de la provincia cosmopolita santafereña: hacer falsos originales. El maestro puso a andar una maquila de artesanos que falsearon una larga serie de esculturas precolombinas con mutaciones parciales en su ADN; el influjo de Disney y de Los Simpson contaminó las bocas, patas, crestas y ornamentos de los monolitos de piedra. Ospina actualizó el patrón solemne del arte de “nuestros antepasados”: un hit del pop criollo, un deleite satírico que iba bien con la sopa de palabras de la teorización y su artelengua que, pieza a pieza, clamaba: “apropiacionismo”, “hibridación”, “descontextualización”, “globalización”, “identidad” (en esa época todos éramos “posmodernos”).
</p><p>Cierra la foto Carlos Alberto González, propietario de la Galería Arte 19, quien la década anterior había usado su apartamento, en el centro de la ciudad, para exponer a los pintores expresivos de la transvanguardia local y tenía una vitrina abierta y generosa, vecina al Museo de Arte Moderno, para que los artistas recién salidos de las universidades, con su espaldarazo, pudieran hacer lo que les diera la gana. La apuesta prometía transmutar el valor del arte experimental en un precio de venta, un gana-gana para todos. González tenía un pie anclado en el presente (en su galería) y, a pocas cuadras, alimentaba (en su hogar) su gusto por el pasado: mantuvo por el resto de su vida de coleccionista impenitente la ensoñación de que Bogotá tuviera un museo de piezas Art Deco.</p>
<p>La serie <i>Saltando Matones</i> se exponía en el quinto piso de la Galería El Museo, una sala con paredes continuas de esquinas redondeadas, piso gris para tráfico pesado y vigas metálicas en el techo con luces de neón que le daban al espacio un corte industrial. Tanto la altura como los acabados de esta quinta planta contrastaban con los techos bajos del resto de la galería, con sus luces halógenas, pisos marmóleos y brillantes, con sus ventanas cuadradas o circulares, y sus paredes blanco <i>white</i>.</p>Ese último piso de la galería funcionaba para descargar obras en las bodegas, a veces como reservado para mostrar piezas a compradores especiales y, de vez en cuando, para que artistas más jóvenes <i>instalaran</i> ahí sus experimentos, una cereza en la punta del pastel de este centro comercial de arte del momento: cuatro pisos de cuartos y más cuartos donde el visitante podía ver esculturas de materiales nobles <i>―</i>bronces, mármoles y ensamblajes de metal<i>―</i> junto a grabados de Pablo Picasso y de Salvador Dalí; pinturas del evangelio de Fernando Botero junto al apostolado de obregones, manzures, negrets, rayos, graus, arizas, caballeros, hoyos, morales, barreras, gordillos, tessarolos; íconos pictóricos de nuevos pintores tan iconoclastas como Carlos Salazar, Gabriel Silva y, uno mayor, Álvaro Barrios (aunque menor en apreciación por copiar o por “no pintar” en un sentido tradicional). Había piezas portátiles de algún artista internacional que destacaba en la franquicia del “arte contemporáneo”, o la de algún artista de un país vecino que toreaba en esta plaza, un reflujo a la estela de la escena del arte en Venezuela que se percibía como el modelo a seguir. Esta actualidad alternaba con uno que otro paisaje de la decimonónica Escuela de la Sabana que había ido a parar al amplio <i>stock</i> de la Galería El Museo cuando alguien necesitó convertir en metálico el fruto de una herencia (el catálogo de ventas para las transacciones de esa franquicia pictórica era el libro <i>La escuela de la Sabana</i>,de la exposición producida por Eduardo Serrano en el Museo de Arte de Bogotá).
<p>En <i>Conversaciones con el fantasma</i>, el libro de entrevistas de Martín Nova, el galerista Luis Fernando Pradilla describe así el funcionamiento de la galería: “Había cinco exposiciones paralelas mensualmente: un artista local establecido, un artista extranjero, exposición de obra gráfica permanentemente, un artista contemporáneo y un artista colombiano emergente”.</p>
<p>En esa entrevista, Pradilla habla del mecenas de la galería, Byron López, un intermediario financiero, contratista del Estado y de privados de alto vuelo (comercia con helicópteros), y propietario de un famoso restaurante en los años ochenta, llamado El Museo, ubicado en las narices de la Embajada de Estados Unidos, donde mostraba arte y cerraba negocios con exportadores, ejecutivos, industriales y políticos (López se casó con María Paulina “Pum Pum” Espinoza, una mujer que ocupó cargos varios en la alta medianía de la política nacional).</p>
<p>“Un día, en 1986, estaba con Byron López en Bogotá”, dice Pradilla, “y él me comentó de un edificio de su propiedad que había remodelado en apartamentos para alquilar. Le dije: ‘Qué pena, Byron, porque ese lugar hubiera sido ideal para montar una galería’. Los apartamentos ya estaban terminados, completamente listos para arrendar, amueblados, y me dijo: ‘quédese con el edificio y monte la galería’. Y ahí nació la Galería El Museo, en la calle 84 con carrera trece, al frente del parque León de Greiff. Los árboles actuales del parque los sembré yo. Byron me entregó el edificio, era un proyecto ambicioso, dos mil quinientos metros de galería, cinco pisos, y de ahí el nombre de El Museo. Siempre me he cuestionado de si el nombre, con el paso de los años y el cambio de sede, debería seguir o no, porque es un nombre algo pretencioso, pero en su momento encajaba perfectamente bien dentro de lo que era la realidad del país, un país en el que fuera del Museo de Arte Moderno no existía nada más”.</p><p>Pradilla señala que López fue “determinante en el desarrollo de los primeros coleccionistas de arte en Colombia. De alguna manera apoyó tanto a [Fernando] Botero que le facilitó los recursos para irse a vivir al exterior […] él les compraba a todos y vendía sus obras, y así se iniciaron las primeras colecciones y los artistas pudieron vivir de su trabajo artístico”.</p><p>La exposición <i>Saltando Matones</i> coronaba la galería y su apertura servía para el reestreno de <i>Mixta 98</i>, un <i>remix</i> cuyo eje era <i>Diez años de arte, diez años de historia</i>: <i>collage</i> curatorial donde la galería graduaba de histórica su existencia y mostraba un vademécum amplio de su catálogo.
</p><p>Carolina Ponce, que había sido directora de Artes Plásticas de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, ocho años antes, en 1990, dedicó una de sus columnas en el periódico <i>El Tiempo</i> al modus operandi de la Galería El Museo. Bajo el título “Gato por liebre”, Ponce escribía: “La ambivalencia es parte de la identidad de la Galería El Museo. Su nombre mismo es una contradicción de términos que intenta sugerir una identidad común entre lo comercial y lo consagratorio. Juega con la transferencia de códigos. El término “galería” marca una función: la comercialización del arte; el de “museo” sugiere una categoría: lo que el espectador encuentra allí no solo es digno de ser comprado: son obras exclusivas, “de museo”. Es una estrategia de mercadeo para una inversión segura”.</p>
<p>Ponce precisaba que en su crítica no había una agenda purista, anticomercial: “mi propósito no es denunciar los mecanismos de promoción de la galería, sino utilizarlos para cuestionar la forma como se entiende y percibe el hecho artístico (o, más bien, como no se entiende y no se percibe el hecho artístico). Más revelador que los mecanismos de mercadeo es el análisis implícito del público espectador que encierran estos mecanismos”.</p>
<p>La crítica de Ponce describía así el test de la cultura a que llevaba una exposición llena de “grandes obras”, “grandes artistas”, “años de arte”, “años de historia”, como lo era <i>Mixta’98</i>: “Nos ajustamos a la “etiqueta” de lo culto, tragándonos las etiquetas de lo “grandioso”. Las etiquetas son muchas y variadas, una la sella la firma misma del artista y la cadena de supuestos que genera. Decir “Botero” es decir París, Italia, mármoles y condesas; es decir Campos Elíseos y Christie’s, es decir “mucho dinero”, es decir, “solo compra quien puede comprar”, etcétera. La siguiente etiqueta son las fórmulas de bolsillo para definir “lo que quiso decir el artista con su obra”. Por ejemplo: Antonio Barrera y el paisaje místico, Grau y el barroco popular, Darío Morales y el erotismo expectante, Botero y la voluptuosidad. Las categorías estilísticas son anécdotas o apenas una lista predecible de adjetivos a los cuales se agrega, para darle un toque personal, un “me gusta” o “no me gusta”. Y ya”.</p>
<p>En su trabajo institucional en el Banco de la República, Ponce creó el programa <i>Nuevos Nombres</i>, un espacio donde un comité seleccionaba a artistas recién salidos del campo de cultivo universitario para acompañarlos en un diálogo curatorial y darles un espacio expositivo que, por fuera del sistema comercial de la época, les permitiera hacer apuestas que no se limitaran a un montaje temporal en un pedazo de pared, una respuesta al arte y a la apertura de medios y tendencias de esa época. El texto <i>Cuando la forma devino en actitud – Y más allá</i>, de Thierry de Duve, publicado en 1992, da cuenta de esta encrucijada. El escritor, teórico y profesor belga hace una historiografía de la educación en arte y muestra el cambio de paradigma que se dio en estas generaciones de “nuevos nombres” de los noventas que, luego de pasar por el tamiz de la vieja academia del sistema universitario <i>―</i>en negociación con lo clásico, lo moderno y lo contemporáneo<i>―</i>, entraban a un mundo donde interpretar el arte a la luz de la “práctica”, la “actitud” o la “deconstrucción” eran “prácticas”, “actitudes” y ejercicios de “deconstrucción” que encontraban poco eco en el sistema de circulación imperante.</p><p>En “Gato por liebre”, Ponce describía el rol de los artistas jóvenes en el engranaje galerístico de esos años: “Las fórmulas de bolsillo se convierten también en juegos de adivinanzas. El “test” de cultura es reconocer la firma estilística. Reconocer el estilo es gratificación instantánea. Gordo es Botero, travesti es Grau, bruma es Barrera, mosca es... Identificar a los autores produce una especie de seguridad cultural. Se les pide, en el fondo, no cambiar. Los jóvenes son rehenes de un esquema de mercadeo que no les corresponde. Ni la firma ni el estilo son criterios de valor adecuados. Estas maneras de acuñar etiquetas simplistas no deben reproducirse con la nueva generación de artistas. No debemos acostumbrarnos a sus nombres y a formular definiciones de bolsillo. Nos corresponde, más bien, mantener una relación activa que explora tanto la sensibilidad particular que ofrece cada artista como nuestras propias reflexiones. Entre estos dos polos podemos identificar y comprender nuestra contemporaneidad. Aprovechemos una nueva era para “servirnos” del arte en lo que pueda servirnos: una forma de comprender y transmitir lo que es más relevante de una sociedad”. La Galería El Museo formaba parte del precario ecosistema del arte en Bogotá, su apuesta decidida y liberadora en lo comercial les permitía a muchos artistas mostrarse, contar con exposiciones individuales, vender de forma rápida, seguir produciendo y coronar, en algunos casos, una salida internacional. Esta era una labor de intermediación saludable para el medio, ya lo decía Robert Hughes en su texto <i>Arte y Dinero, escrito a partir de la especulación financiera en Nueva York en los años ochenta</i>: “Picasso era millonario a los cuarenta, y eso no le hizo ningún daño. Por otro lado, algunos pintores son millonarios a los treinta, y eso no les sirve para nada. En su conjunto, el dinero hace a los artistas más bien que mal. La idea de que el agua fría, los mendrugos y los cobradores les beneficia está casi tan extinguida como la creencia en el poder reformador de los azotes”.</p><p>El problema era lo que sucedía cuando el anclaje en lo económico y la apreciación como única valoración eran la pauta de lenguaje y el eje para la interpretación de los hechos. Es diciente el poco interés que despertó, en su momento, <i>Saltando Matones</i>: una nota de prensa, un breve texto curatorial, una foto en las sociales. Esta invisibilidad tiene una correlación con su balance comercial: de la oferta de 173 collages y un video, solo tres piezas se vendieron. El comprador fue otro artista, Nadín Ospina que, pródigo con los “artistas caleños”, adquirió un trío de collages a $100.000 la unidad, una cifra alta para el momento por adquirir un “falso original”, una fotocopia a color, ni siquiera la matriz del collage original.</p><p>La mirada comprensiva de Ospina, cómplice como se ve en la foto de las sociales, contrastaba con la miopía de un mercado pequeño, tradicional y narcotizado. Era un mercado arriesgado, de vanguardia y mágico para los negocios, pero conservador para el arte, y prefería especular con el patrón moneda Botero y su gramática moderna. Todo lo otro —aún hoy en día— se derogaba con desprecio como “arte conceptual”. Muchos artistas, con una obra más experimental, más efímera, más volátil, como Antonio Caro, María Teresa Hincapié, Fernell Franco o Adolfo Bernal debieron esperar un nuevo “boom” del arte para ser reconocidos décadas después.</p><p>La generosidad de Nadín Ospina, que vio en esta nueva generación una continuidad de la apertura que él y una inmensa minoría de artistas habían llevado a cabo, era una muestra de los lazos de una comunidad no siempre muy comunitaria, un colectivo de individuos que tiende más a la dispersión que a congregarse. Eventos como los salones de artistas patrocinados por el Estado colombiano desde 1948 podrían contribuir, en parte, a breves pero provechosas asociaciones. En los días previos al montaje de cada salón regional o nacional, donde participaba casi una centena de artistas, se armaba una universidad involuntaria donde personas de todas las generaciones circulaban, veían cómo se montaban obras ambiciosas que rara vez tenían cabida en las galerías, y cómo se daban espontáneamente diálogos informales y valiosos (ese mismo año, 1998, Wilson Díaz, ganaría el Primer Premio de XXXVII Salón Nacional de Artistas con <i>Fallas de Origen</i>, un montaje bajo la pauta del collage que mezclaba escultura, video, instalación bancaria y jardinería cocalera para armar un ensamble delirante).</p><p>Todo llega a su final. Luis Fernando Pradilla describe así el cierre de la primera sede de la Galería El Museo: “En 1995 llegué a tener veinte empleados, luego llegó la crisis política del Proceso 8.000, el narcotráfico, la inseguridad, y salió todo el mundo corriendo de Colombia. Me llegaban las invitaciones de vuelta y decía: ‘Ya no vive o cambió de dirección’. Hasta 1998, no pude más con la crisis. Los años noventa se iniciaron con un gran parón en el mercado internacional a finales de los noventa y en un país tan fluctuante como el nuestro, los que estamos en esta actividad lo sabemos. Lo que se gana en un año se pierde en el siguiente. Esta crisis de los noventa generó un sacudón muy fuerte para una galería de arte del tamaño de El Museo, con tantos empleados. El mercado no volvió a recuperarse hasta el 2003, con el gobierno de Uribe, que fue el que hizo que la gente que se había ido comenzara a regresar a Colombia y volviera a invertir en arte”.</p><p>Volvamos a la foto de las sociales de <i>Saltando Matones</i>. Todos están contentos, artistas, curador, crítico, galerista. Se ven plenos y confiados, están al cierre de lo que fue un periodo auspicioso, un instante antes del fin. El cascarón traslúcido del huevo de la serpiente ya estaba roto y la naturaleza de la época asomaba su cabeza bicéfala: la corrupción política y el declive económico estaban por tragarse todo. “Todo se había derrumbado”, decía el artista Kurt Schwitters en algún lugar del siglo XX, “y con los fragmentos había que hacer cosas nuevas. El collage era como la imagen de la revolución dentro de mí; no como era, sino como ha debido ser”.<b> </b></p><p><b>2. Black Shadow se rinde</b><i> </i></p><p><i>El público enloquece de momento. En seguida, enmudece. No atina de qué lado estar, a quién irle en esta batalla de guapos, pero de pronto surge el grito de ¡Santo, Santo!, que se prolonga hasta el delirio cuando el Santo se lleva la segunda caída para empatar el encuentro. Llave a los tobillos y a un brazo, ante cuyo dolor Black Shadow se rinde. Los dos colosos se retiran a sus esquinas, empujados por el árbitro, en tanto ambas máscaras se inundan de sudor, de un sudor tan intenso que resbala hasta los musculosos pechos que se amarran en un solo nudo de lubricidad donde no hay espacio para el vacío de la existencia.</i></p><p><i></i><i>―Santo, el Enmascarado de Plata</i>, Eduardo Canto</p><p>En el texto del catálogo de la exposición <i>Master/Copy</i>, la curaduría de Guillermo Vanegas sobre el trabajo en colaboración de Juan Mejía y Wilson Díaz, los artistas hacen un texto conciso sobre su trabajo en <i>Saltando Matones</i>:“La expresión “saltando matones” se refiere a estar pasando por momentos difíciles y teniendo que arreglárselas con un mínimo de recursos para lograr cometidos o simplemente sobrevivir. Es algo así como “pasando las duras y las maduras” y “con las uñas”. El trabajo consiste en intervenir la serie de carátulas del cómic mexicano <i>Santo, el Enmascarado de Plata</i>, aparecido en los años sesenta y setenta. Hicimos collage y nos pintamos, insertándonos entre los personajes y alterando caprichosamente las fantásticas imágenes del héroe y los malhechores. Un trabajo en “convenio” con José G. Cruz”.<i> </i></p><p><i>Saltando Matones</i> es una serie compuesta por 173 collages y un video. La gran mayoría de los montajes están hechos sobre las portadas de la revista <i>Santo</i>, de la edición colombiana que reimprimió Editorial Icavi por convenio con la editorial mexicana de José Guadalupe Cruz, un contrato activo entre 1976 y 1980 que puso a circular de nuevo, y con algunas variaciones de color local, una edición de 196 números del catálogo original de más de 650 publicaciones.</p><p>Once de las portadas intervenidas corresponden a revistas diferentes al <i>Santo</i>: en una vemos a una soleada y solitaria rubia floral que llora cándidas lágrimas y elásticos mocos; la revista es <i>Lágrimas y risas</i>, de la editorial CINCO y, por el carácter tragicómico de la imagen, resulta difícil saber en qué radica la intervención de Mejía y Díaz. Hay un moscardón que se posa en la frente de la mujer; la proyección chata de la sombra del insecto sobre el rostro femenino rompe la lógica pictórica de la imagen: en vez de ver una sombra que fluctúa con el volumen del pelo vemos la proyección de una mancha plana. Un detalle menor, sí, pero intriga: no sabemos si este pequeñísimo <i>Trompe-l'œil </i>es parte del original o una intervención hechiza de los “artistas caleños”, un truco didáctico para mostrarnos que la pintura, a pesar de la ilusión pictórica, es solo una mancha de color sobre una superficie. Tal vez no importa saber quién es el autor de esta sutil anotación, no saberlo emparenta a todos los productores y deja ver un continuo del arte donde la división entre artistas, diseñadores, artesanos, o entre artistas y lectores, pierde importancia ante los efectos de la imagen.</p><p>Otras ocho portadas corresponden a números de <i>El increíble Blue Demon</i>, una iniciativa mexicana semejante a la saga del Enmascarado de Plata que se quedó en el limbo. En el género de las fotonovelas, la cara del Santo fue la que hizo el milagro y con ella José Guadalupe Cruz y Rodolfo Guzmán Huerta, el luchador original, llegaron al cielo de la popularidad y dieron a su empresa un aura dorada, casi religiosa.</p><p>Además, hay tres portadas intervenidas de la revista <i>Kapax, el Héroe Salvaje</i>, de la editorial Icavi, una apuesta para hacer de Alberto Rojas Lesmes, el Tarzán colombiano, un ídolo nacional. La publicidad de 1977 anunciaba así este lanzamiento: “Kapax, el héroe colombiano que asombra al mundo en emocionantes fotoaventuras. Un esfuerzo nacional ha hecho posible la producción de esta extraordinaria aventura realizada íntegramente en Colombia. De las entrañas de la misteriosa selva surge el hijo del Amazonas […] el héroe que atravesó 1500 km a nado desde el nacimiento del río Magdalena hasta su desembocadura, acechado por mil peligros, ¡estará por fin en todos los puestos de revistas desde este miércoles! ¡Colecciónelo!”</p><p>Es diciente que Kapax, el “héroe colombiano”, no venga de la marginalidad de la escena de la lucha libre local o de la farándula del país de la televisión monocanal, sino que provenga del único lugar donde Colombia sí destaca como potencia: la selva.</p>El resto de las portadas corresponden todas al <i>Santo</i>. Un lugar común sobre la cultura de masas en Colombia era decir que aquí la clase baja se identificaba con México, la clase media con Estados Unidos y la clase alta con Europa (unos oían rancheras, otros soñaban con Miami y otros entendían francés). Esta media verdad o verdad y media que servía para estratificar patrones de gusto es, para la década final del siglo XX, una simplificación anacrónica. El bastardismo de fuerzas de la alta y la baja cultura había hecho obsoleto el mito de la “Atenas Suramericana” con la que todavía soñaban criollos ilustrados y esteticistas reaccionarios.
<p>Un grafiti famoso de la época hacía eco a las bombas del narcoterrorismo de esos años y a las pescas milagrosas de la guerrilla, y actualizaba el lema: “Bogotá, la tenaz suramericana”. <i>Saltando Matones</i> es una celebración jovial de esa impureza, de la imposibilidad de ocupar un lugar fijo, un ejercicio deliberado de iconoclastia que descuelga al Cristo de la cruz y lo pone a bailar al ritmo de la nueva constitución de la época (con un <i>playlist</i> que pasa sin problema de la balada romántica al techno, del vallenato a Vivaldi, del rock en español a las sevillanas).</p>
<p>El conteo de las jugadas de <i>Saltando Matones</i> se ve corto y desbordado por las muchas aperturas que Juan Mejía y Wilson Díaz ejecutaron sobre el tablero de ajedrez de las portadas: en unas, a primera vista resulta difícil saber cuál fue la intervención. Vemos el tablero en el orden predecible: el antes, durante o después de una escena de lucha donde destaca siempre el cuerpo erecto del Enmascarado de plata: su torso desnudo, amplio, trabajado y lustroso; el tímido pelaje oscuro sobre las tetillas y el corazón; el calzón de licra plateada que forra la pelvis a punto de explotar; el cinturón de cuero negro con la funda para el cuchillo y una carterita marroquinera misteriosa y coqueta; las piernas fornidas y aniñadas que entran en las medias grises que sobresalen de la botas brillantes; el cruce de cordones repetido en equis propio de los luchadores. La normalidad en estas portadas es engañosa, basta un pequeño gesto para interrumpir los hábitos de consumo de la imagen.</p>En una imagen de un collage de <i>Saltando Matones</i> vemos al luchador tendido en un típico cuerpo a cuerpo. Un hombre rollizo y poco agraciado, un “malo”, le mete un dedo en el ojo. Hasta ahí todo es normal. Al mirar con atención notamos que los artistas, en un retoque de pintura, le quitaron el calzón al Enmascarado de plata. El “malo”, el “feo” que domina la lucha, también está empeloto de la cintura para abajo y, gracias al pincel, se apresta a penetrar al Santo. La cama, la pared de fondo y el cabezote de la fotonovela han sido retrabajados con capas de color que alisan la imagen, le restan elementos y suman intimidad al forcejeo violento y amoroso; a la luz de este retoque pictórico, el patrón de sentido cambia: la mujer que intenta detener al macho dominante ahora no parece tan determinada, su mirada bizquea entre el afán de proteger a su hombre y el shock de verlo perder su virginidad ante una estrategia de rudeza nunca manifiesta —ni en la arena, ni en el fútbol, ni en la guerra, ni en la iglesia, la cárcel o el congreso—, pero siempre latente en el contacto físico entre los patriarcas.
<p>Este <i>collage</i> va más allá del chiste. Juan Mejía y Wilson Díaz desenmascaran a ese poderoso luchador del prejuicio cultural con este collage; mientras la cultura va, el arte ya ha ido y vuelto, la obra, con un par de cuidadosas intervenciones, responde a la atracción y el erotismo del enfrentamiento permanente entre personas de igual o diferente sexo. Es una lectura que, a la luz de la vulnerabilidad sexual y de las leyes del deseo, ayuda a entender mejor el material humano (no menos, como lo establecen los contratos antiguos de las cartillas de lectura de tradición, familia y propiedad).</p>Hay otras portadas que funcionan bajo esta misma economía formal, el juego consiste en un cambio mínimo, el recorte y pegue de una foto del rostro de Juan Mejía, de Wilson Díaz, o de ambos, sobre el cuerpo del Santo o de varios de los malandros que lo atacan. En algunos casos hay una selección precisa del ángulo y del gesto para que la imagen cuadre y, salvo por una mínima variación de escala o color, los insertos se integran a la portada original. Los gestos en las fotos insertadas varían, son aleatorios, van desde la máscara impávida de la foto de documento de identidad hasta la foto casual, con flash, festiva, que privilegia la espontaneidad sobre la pose. El truco produce su efecto, una satisfacción inmediata: ignorados por la indiferencia del universo, los humanos gozamos cuando algo cuadra.
<p>Hay casos en los que es más brusco el ensamblaje de las fotos en las portadas, las imágenes insertadas, más pequeñas o más grandes, toscas en su silueteado y selección, desenmascaran la caricatura y el método propio del <i>collage</i>, rompen de entrada la ilusión, muestran la puesta en escena dentro de la puesta en escena. La composición en abismo que establece el juego del conjunto de <i>Saltando Matones </i>mantiene la narrativa de la fotonovela como género para generar más géneros. Al alterar la jugada de partida de una forma anárquica y festiva, Juan Mejía y Wilson Díaz continúan con el juego de contar una historia con el cuadro vivo típico de la fotonovela, pero evitan “deconstruirlo” en un ejercicio formalista frío, donde lo que se gana en conceptualización se pierde en brío. Es una prueba lúcida de lo que es pensar con imágenes.</p>Los montajes también son ruinas para hacer una arqueología de los medios: la capa de base son las portadas de revistas populares, algo anacrónicas, pero todavía disponibles en ese entonces. Una segunda capa del collage viene de fotos a color de los artistas, imágenes en papel fotográfico reveladas y ampliadas por un proceso químico en las máquinas de algún laboratorio comercial de la época (la cadena Foto Japón fue la más popular). En las tomas análogas de la cámara —con su rollo finito de capturas, susceptibles a las contingencias del encuadre, el lente, el obturador, la luz— se siluetean las figuras con tijera y se pegan sobre el paisaje impreso de la imagen litográfica; un escenario textil de costura lenta que deja ver sus pliegues. Es el <i>collage</i> como método y, paralelo a la magia, se muestra un truco de fotomecánica casera que combina varios tiempos y velocidades de la imagen en un solo escenario.
<p>Este ejercicio político de construcción de la imagen favorece la conciencia y el discernimiento entre fondo y figura, antes que privilegiar la ilusión de una fusión milagrosa de los contenidos donde la fe ciega sobre lo que se tiene enfrente se transmuta en lo veraz. Lo que la obra señala es que ver es un aprendizaje. <i>Saltando Matones</i> juega con la misma seriedad con que juegan los niños, muestra que toda imagen es construida. El <i>collage</i> evita que la imagen se consuma demasiado pronto, les pone trabas a las fronteras entre las figuras, les suma ruido, es una escuela para la mirada: el acto de ver no sucede en los ojos, está en el pulso de la imaginación, se ve con el corazón del cerebro, con el qué y el cómo de la imagen.</p>
<p>Una acción adicional en <i>Saltando Matones</i> consistió en fotocopiar cada collage a escala uno a uno en una máquina de fotocopias a color, luego insertar cada hoja en una bolsa plástica y colgar toda la sucesión de empaques en línea, uno tras otro, en la pared continua del último piso de la Galería El Museo. Las fotocopias a color y su impresión eran recursos limitados por su alto costo económico. La jugada detrás de este procedimiento adicional parecía responder a una ambición: devolver la imagen a su flujo original, volverla lisa y eliminar la textura, usar la fotocopia para que cada collage intentara camuflarse de nuevo bajo el <i>aura</i> de la familia impresa de la fotonovela, un falso original.</p>
<p>En <i>La obra de arte en la época de la reproducción técnica</i>, el ensayo canónico de Walter Benjamin que se usa como cantera obligada para hacer piruetas retóricas con sus citas y su enigmática interpretación del “aura”, se lee: “lo que se marchita de la obra de arte en la época de su reproductividad técnica es su aura”; una “tendencia a ir por encima de la unicidad de cada suceso mediante la excepción de la reproducción técnica del mismo”; “el aura está atada a su aquí y ahora. No existe una copia de ella”. Tal vez lo escrito aquí vaya a la estela de la constelación Benjamin y el Santo sirva como vehículo misterioso de esa “aura”. Escribe Benjamin: “Se reproducen las obras de arte que fueron hechas justamente para ser reproducidas”. El acto de fotocopiar los collages, ponerlos a la venta, y ocultar la matriz, es una carambola a tres bandas: le pega a lo mercantil, roza lo filosófico y le da un tas tas a la condición extraña del collage como medio bastardo, impuro.</p>
<p>En su libro <i>El siglo del collage: una apreciación radical</i>, J. F. Yvars cita un fragmento de una conferencia que dio Federico García Lorca en un momento impreciso de los años treinta: “Año 1914. La Gran Guerra destruye la realidad real. Lo que se ve es invisible… lo visible no parece auténtico. Lo que veíamos ya no lo creemos… No hay que hacer caso a los ojos que engañan. Hay que liberarlos de la realidad para buscar la verdadera realidad plástica. No ir a la búsqueda de las calidades efectivas de los objetos, sino de sus naturales equivalencias plásticas. No buscar la representación real del objeto, sino encontrar su expresión geométrica o clásica y la calidad apropiada de su material”. La cita de García Lorca tiene eco en la contingencia de Cali en el momento en que Juan Mejía y Wilson Díaz hacen esta obra: la guerra contra el narcotráfico ha pasado factura a la economía, antes dinámica y ostentosa, ahora en recesión y cada vez más violenta en sus medios de cobro. La imposibilidad de vivir del arte rompe la ilusión de la burbuja del mercado, ese lucro cesante lleva a un ocio pensante, a una búsqueda de otra “realidad” y “equivalencia” plástica, un juego de alquimia que encuentra una “calidad apropiada” en la materialidad y método del collage.</p>
<p>En una entrevista hecha meses antes de la exposición de 1998, para la revista <i>Vice Versa</i>, bajo el título “Artistas Cali entes”, tanto Juan Mejía como Wilson Díaz mostraban que lo suyo gravitaba en Benjamin, aunque su ejercicio de intuición era cercano a la actitud de Barnett Newman, alguna vez estudiante de ciencias naturales, cuando dijo: “Siento que aun cuando la estética se haya establecido como una ciencia, eso no me afecta como artista. Yo he hecho algunos estudios de ornitología y nunca he conocido a un ornitólogo que piense que la ornitología es para los pájaros”. Más adelante sigue su conocida frase: “La ornitología es a los pájaros lo que la estética es al artista”.</p>
<p>En la entrevista, Wilson Díaz decía: “El arte siempre es algo que está por definirse, que está vivo. Todo el tiempo se está calcificando, y es consumido. Entonces uno lo que busca es irse escapando de alguna manera”. “No estamos en contra de la historia, sino del poder estabilizador”, decía Mejía.</p>
<p>“¿Ustedes qué relación tienen con la pintura?”,pregunta la revista. Ellosrespondían:</p>
<p>Wilson: “Pues a mí me ha interesado mucho la pintura, toda esa tradición que hay aquí en Colombia, he buscado a partir de eso, y todo mi trabajo gira alrededor de la pintura […] siempre he hecho instalaciones en donde incluyo pinturas, me interesa que esté la pintura ahí, pero no como una bandera ni como una cosa que haya que hacer, sino como una necesidad, como una cosa que yo no puedo dejar de mirar, o perderle el interés”.</p>
<p>Juan: “Cuando trabajo la instalación siempre parte de una imagen muy pictórica reconocible. A mí me gustan las imágenes figurativas. La pintura me ha servido para eso, para escoger imágenes, representarlas y hacerlas mías. Hay cierta distancia, de todos modos. Hay un momento en la pintura que es la relación que uno tiene con el hacer la imagen, y producirla. Pero una vez que ya la he terminado, tengo una cierta distancia con ella. Ya no uso la pintura como una cosa personal, de expresión, donde yo esté de alguna manera plasmado en ella, en un estilo personal, no, sino que me gusta una cierta distancia y después de acabada esa pintura yo la trato igual que trato un objeto en el momento de hacer la instalación. Para mí es más fácil de hacer: escoger las imágenes que me gustan y representarlas nuevamente”.</p>
<p>Esta pulsión por la pintura dominó la pauta en muchas de las portadas, el ejercicio de pintar pasó del retoque de un fondo a un ejercicio expresivo que usó las carátulas como lienzos que ya venían prefigurados, pero que eran un modelo de autoservicio para resaltar, exagerar, cubrir, cercenar, deformar y sumar nuevas figuras, la mayoría autorretratos.</p>
<p>En estas obras de la serie predomina el absurdo, lo fantasioso, lo críptico, el chiste interno, la referencia oculta, el capricho, un arte de coyuntura que ignora al Santo mismo y su cabezote. En estas piezas hay una conversación lenta entre Juan Mejía y Wilson Díaz, un duelo, incluso, de monólogos cruzados.</p>“Cuando trabajan juntos, ¿existe un aporte individual o eso no se siente?”
<p>Wilson: “Sí nos ha pasado. Hay momentos en que perdemos el estilo y la identidad, yo, por ejemplo, en algún momento, pintaba retratos como si fuera Juan. Al principio peleábamos mucho por eso. Discutíamos, hablábamos; tenemos muchas ideas, y hay un montón de cosas que se van quedando por fuera”.</p>
<p>Juan: “En los trabajos, obviamente, se transmiten cosas del uno al otro, influencias, pero cada uno hace lo suyo”.</p>
<p>“¿Y existe riesgo de desencuentro?”</p>
<p>Juan: “Todo lo que hemos hecho es un riesgo”.</p>
<p>Wilson: “Y ninguno de los dos se quiere dejar vencer por el otro, cada uno quiere seguir manteniendo su individualidad”.</p>
<p>En estas obras domina lo pictórico. El acto de pintar es deliberado e insiste en la pulsión estilística, en el anacronismo de mantener a la pintura como medio rey a la luz del estado del arte. Esta ironía de criticar a la pintura pintando es evidente en una portada que incorpora al collage la figura del logo de la marca de pinturas Pintuco: un maestro con un overol, brocha y tarro de pintura, y de la brocha del pintor brota, pictórica y fluida, una serpiente verde. Con la pintura parece que siempre estuviéramos ante un final de juego, una aporía donde ya todo ha sido pintado, dificultad a la que se suma nuestra deficiente instrucción técnica, la dificultad, la torpeza, la derrota, la ironía: pinto mal para pintar la mala pintura.</p>
<p>En respuesta a ese modus operandi del arte naif, estos collages oponen un espíritu voluntarioso que quiere hacer la imagen bajo unas reglas propias que escapan por efecto y por defecto a la cárcel de la imitación de lo real. El diálogo usa la mímica rebelde para responder con otra imagen a la composición de lo que ya está, y responde al error con otro error, con la copia de la copia, una doble negación que afirma el valor de lo expresivo sobre la veracidad de la representación. Hay portadas que renuevan el juego pictórico, composiciones que reparten de nuevo las cartas del naipe y la pintura se muestra como uno más de tantos juegos donde los dictámenes de una ejecución lograda o de una manualidad torpe son atenuados: los mecanismos internos de cada imagen, y su eco en la imaginación, importan más que el logro de la medianía estilística correcta.</p>
<p>En una de las portadas de ese grupo vemos en primer plano un retrato de la cara frontal de Wilson Díaz: atento, serio, peinado de lado, guapo y juvenil. Su rostro está pintado a mano con una paleta pálida de grises, naranjas y color piel. El fondo de la imagen ha sido bloqueado con un color blanco lechoso. Sobresalen dos mujeres de cuerpos largos que mutan entre lo humano y lo animal, una pintoresca piel atigrada las cubre. Hay dos coloridos loros y dos feroces felinos entre las ramas selváticas. Del cabezote de la revista que sobrevivió a la invasión pictórica solo queda el letrero “EDITORIAL ICAVI PRESENTA”, el resto es silencio (o pintura).</p>
<p>Esta imagen habla con una imagen anterior de Díaz. Es el eco de una instalación hecha por él en 1995, en los jardines del Planetario de Bogotá, donde también funcionaba el Museo de Historia Natural. El artista instaló en los árboles, frente al ventanal de la sala de exposiciones del segundo piso, más de 100 pinturas de coloridos pájaros silueteadas en lámina metálica. Este <i>collage</i> en vivo se llamaba <i>No salgas al jardín</i> y, junto al catálogo, formaba parte de una nueva programación de la Galería Santa Fe, un espacio oficial de la Alcaldía de la ciudad que, gracias a la dirección de Jorge Jaramillo, se convirtió en un escenario vital para oxigenar el ecosistema del arte de Bogotá en los noventas (Juan Mejía expuso <i>¿Dónde los ubico?</i>, su primera muestra individual, en esa galería en 1996).</p><p>Un último pestañeo de este análisis, que por fortuna es parcial e incompleto, puede dedicarse a los dos únicos collages que hacen una referencia explícita a la coyuntura política del momento. En 1994, a pocos días de salir elegido presidente Ernesto Samper, su principal contendor, Andrés Pastrana, dio a conocer unos “narcocassetes” que entregó a la Fiscalía. Los audios demostraban que el Cartel de Cali había financiado la campaña de Samper a través de Fernando Botero, hijo del artista Fernando Botero. Samper respondió: “Fue a mis espaldas”. La investigación judicial, conocida como el proceso 8000, demostró que Fernando Botero hijo sí había recibido ese dinero. Su condena por enriquecimiento ilícito en 1996, la cancelación de la visa a Estados Unidos para el presidente, la defensa del gobierno que, como ministro de Interior, hizo el político Horario Serpa, fueron algunos de los episodios de la fotonovela política de esa época. En un collage vemos a Fernando Botero atrapado, amarrado, conducido a caballo, mientras Wilson Díaz, a espaldas del preso, custodia la captura y Rudolf Hommes, exministro de Hacienda que lideró la apertura económica de los noventas, hace cuentas y se le escurren las babas. En la otra imagen, Horario Serpa recibe un fuerte golpe de Juan Mejía, con la complicidad de Wilson Díaz, su compañero inseparable de aventuras.</p>
<p><b>3. La película de José Guadalupe Cruz</b></p>
<p>En su texto de presentación de <i>Saltando Matones</i>, los “artistas caleños” dicen que el trabajo fue en “convenio” con José G. Cruz., el creador de la fotonovela <i>Santo, el Enmascarado de Plata</i>. Más que referencia irónica, la mención es un reconocimiento, un homenaje al precursor del collage en México.</p>
<p>José Guadalupe Cruz, dibujante, escultor, pintor, fotógrafo, editor, guionista, actor de películas y voz de radioteatros, dejó de existir el 22 de noviembre de 1989, en su apartamento de Beverly Hills, California, a los 72 años. Se había retirado luego de una victoria agridulce en suelos mexicanos: había derrotado en los estrados judiciales al Santo, al mito que él mismo había creado. Murió solitario en sus predios en Los Ángeles.</p>
<p>Años atrás, en ciudad de México, entre 1952 y 1958, Cruz creó a este héroe bajo un artilugio: sacó del ring a un personaje popular que dominaba en la arena de la lucha libre: “Santo, el Atómico”, y le dio al personaje de Rodolfo Guzmán Huerta una dimensión mítica a partir de un nuevo nombre bajo la caja de resonancia de la novela gráfica. Entre 1951 y 1980, más de 650 episodios del cómic fueron publicados en un formato de revista.</p>
<p>En su punto más alto de producción, editaba tres veces por semana con un tiraje de 500 mil ejemplares por número para la distribución por toda Latinoamérica. Cruz pasó de tener un taller modesto a contar con un edificio de cinco pisos para su empresa editorial. El éxito trajo cambios en su forma de trabajo: Cruz se acostaba tarde en la noche, leía historias fantasiosas, crónicas policíacas, relatos costumbristas, cuentos de Edgar Allan Poe. A las cuatro de la mañana ya estaba sentado ante una máquina de escribir a la que le incorporaba un rollo de papel de varios metros para redactar de un tirón los nuevos guiones que pasaban de inmediato a producción. Había poco tiempo para dibujar, y el <i>collage</i> resultó ser una técnica que se ajustaba a ese ritmo frenético, tanto Cruz como sus ayudantes mezclaban dibujos y fotos para responder con mayor ímpetu visual al aire cada vez más fantasioso de la serie.</p>
<p>En las primeras historias los contendientes de Santo eran asesinos, bandas de mafiosos y delincuentes, pero poco después sus enemigos fueron menos comunes, personajes sobrenaturales, brujas, momias, vampiros, sirenas, sombras vivientes, hombres lobo, monstruos lunares, hombres de barro, duendes, muñecos de madera vivientes, el hijo de King Kong, los hombres monos de Marte, la Muerte misma, zombis que, bajo el formato de “libro de recortes”, encontraban lugar en el espacio y en la trama cada vez más disparatada de la fotonovela.</p>
<p>En más de una ocasión, cuando Rodolfo Guzmán Huerta no podía estar presente por sus compromisos como luchador o como actor en las películas del Santo, un asistente de producción se ponía la máscara para las sesiones fotográficas. Más adelante, para la producción de los tirajes que se reeditaron en Colombia en los años setenta, el Santo fue personificado por otro hombre, pero se usaron algunos de los fondos magistrales de José G. Cruz para las nuevas puestas en escena. Una versión de la historia, aun sin comprobar, señala que Pedro Manrique Figueroa, precursor del collage en Colombia, quien trabajó durante un breve periodo en Icavi, podría haber colaborado en los montajes para las reediciones que tuvieron lugar en Bogotá. Se dice también que, gracias a su contextura física, fue el hombre detrás de la máscara de Santo en una de esas ediciones. Una pieza más del collage de la vida del precursor colombiano.</p>
<p>En 1968 se inició un juicio entre Rodolfo Guzmán Huerta y José Guadalupe Cruz, a raíz de que el Santo y su representante quisieron hacer su propio cómic y montarle competencia a la empresa de su creador. El pleito se extendió hasta 1974. Cruz ganó.</p>
<p>Durante el tiempo del juicio, José Guadalupe Cruz le sumó una letra S a la máscara de Santo, que ahora era representado por otro actor, para distinguirlo del falso original. En la fase final del juicio, por una acción judicial, alguien le “hizo un viernes” judicial a Cruz, sufrió un embargo y pasó un fin de semana en la cárcel. Cuando el fallo definitivo de la ley le dio un respiro, se dice que Cruz, como venganza, le dio toda la información sobre la identidad del Santo original a un periodista deportivo que publicó datos y fotos de la primicia de la cara descubierta, calva y envejecida del héroe real; la faz y el nombre de uno de los íconos más sagrados de la farándula mexicana fueron revelados. Esta acción de iconoclastia poco alteró la devoción al Santo, pero sí dejó mal parados a ambos contendores que, envilecidos, veían cómo su época dorada había terminado. En esta pelea de máscara contra cabellera, Cruz desenmascaró al Santo y pareció atenerse al destino trágico de todo aquel que expone al héroe. El <i>bel morir</i> de Cruz ocurrió quince años después, luego de cerrar su editorial, vender los derechos, irse del país a pintar al óleo cuadros que colgaba para su contemplación solitaria en su apartamento de Beverly Hills.</p>
<p>Bajo el universo del <i>collage</i>, la película de vida de Cruz empata con la de Juan Mejía y Wilson Díaz gracias al pegante de su interés por la pintura en todas sus formas, por su delirio y pulsión por la imagen. En la exposición <i>Saltando Matones</i> había un modesto televisor sobre una pequeña base vertical. En pantalla se reproducía un collage cinematográfico con un video chungo: un <i>ready made</i> dinámico con fragmentos de películas del Santo y otros luchadores, interrumpidas cada cierto tiempo con registros del performance de ellos mismos, ataviados o semidesnudos, imitando posturas estereotipadas de lucha, ambientadas en una finca pequeñoburguesa donde el jardinero es un improvisado enemigo que los persigue con su rastrillo y al final recibe su merecido muerto de la risa.</p>
<p>En la entrevista “Artistas Cali entes”, les preguntaban:</p>
<p>“¿Qué han sido medios como el performance y el video para cada uno de ustedes?”</p>
<p>Juan: “El video lo uso de forma muy pictórica, de imágenes. Me parece muy divertido y muy fácil, es casi como un dibujo, como para copiar la realidad, para contar una pequeña historia, como las que hicimos en la finca para la peliculita de <i>Saltando Matones</i>. Porque la pintura y otros modos de hacer arte son muy dispendiosos. El video como lo hemos manejado, sin edición muy sofisticada, es fácil porque es rápido, eso es lo que a mí más me gusta, es solo tener una idea y registrarla. Pero sí es como una cosa alterna a la pintura”.</p>
<p>Wilson: “A mí los performances me han pasado. Algunas veces porque hay una oportunidad de hacer una obra y solo se puede hacer en performance, y otras veces, porque no hay una forma de expresar lo que yo quiero, de acercarme al trabajo; entonces llego al silencio, al cuerpo, a la acción, tengo que hacer todo en un instante. Para mí se acerca un poco a la poesía, porque es una idea de totalidad y ahorro a la vez. Como una imagen, ahí, concreta, y también como una forma de estar. En mis exposiciones, todo el tiempo me preocupaba los días de la inauguración, me paraba ahí y no sabía qué hacer, tenía que hablar, representar un papel, pero no podía hacerlo, entonces decidí que tenía que estar allí, pero tenía que encontrar una forma en la que me sintiera de verdad ahí, no como un engaño. Tenía que estar de una manera que me diera realidad”.</p>
<p><b>4. Sexo, mentiras y video (más <i>collage)</i></b><b></b></p>
<p>En relación a estos giros de sentido y uso de todas las formas de lucha, en la charla inaugural de la maestría de Crítica y Curaduría de la Universidad de los Andes, bajo el nombre de “Los collages de <i>Saltando Matones</i>: hacia una episteme de la gramática pictórica y cinematográfica en el trabajo de Juan Mejía y Wilson Díaz”, tuvo lugar el diálogo entre un crítico, investigador de la Universidad Autónoma de México, y una curadora y profesora de cátedra de la institución anfitriona. Los dos investigadores, miembros del Grupo de Altos Estudios para la desterritorialización de las disciplinas mediante el <i>collage</i> y su horizonte epistemológico, conversaron largamente*. Aquí un fragmento de la charla que tuvo lugar en la Sala Marta Traba en agosto de 2016:</p>
<p>*<i>L</i><i>a conversación entre el crítico y la curadora es un collage compuesto de fragmentos de varios de los textos de la bibliografía.</i></p>
<p>La curadora: “…creo que por tratarse de figuras masculinas orientadas tradicionalmente hacia un público masculino, esta reconfiguración de los luchadores mexicanos, o de hombres en escenas de acción y romance, nos habla también de la posible, aunque negada, continuidad de lazos afectivos homosociales y relaciones homosexuales. Como lo postulara Sedgwick en <i>Between Men</i>, cuando afirma que la negación de este continuo, a pesar de ser determinante en diferentes espacios institucionales dominados por la sociabilidad masculina, como la milicia, la burocracia e, incluso, algunos deportes, apunta al tipo de negaciones necesarias para preservar el orden heterosexual y patriarcal”.</p>
<p>El crítico: “Habría que recordar cómo Roland Barthes dedicó una de sus mitologías a la lucha libre, al espectáculo del exceso, la grandilocuencia que debió ser la del teatro antiguo. Y cómo en las luchas, que suceden al aire libre de la marginación, se asiste a una genuina comedia humana, donde los matices de la pasión (disimulo, crueldad refinada, fariseísmo, la sensación de “no deber nada a nadie”) hallan el signo que los aloja, los expresa y los conduce al triunfo […] En esa tesitura, según Barthes, no importa lo genuino de la pasión, sino sus imágenes, y en la lucha libre o en el teatro la representación inteligible de la moral disminuye la verdad. La interioridad se vacía en beneficio de los signos exteriores, y la extenuación del contenido por la forma es el principio mismo del arte clásico triunfante. La lucha libre es una pantomima más eficiente que la pantomima dramática, porque, para mostrarse auténticos, los gestos del luchador no necesitan anécdotas, decorados ni transferencia alguna”.</p>
<p>La curadora: “Sin embargo, en una locación determinada como el caso latinoamericano, no solo se trata de la negación de una posible sociabilidad que deriva en el deseo sexual, sino también del cuestionamiento de formas de representación de este tipo de vínculo que no necesariamente buscan una total revelación del deseo que las mueve. Esto ocurre en diferentes instancias de representación literaria, artística y mediática en América Latina, como ha sido estudiado por el crítico cubano José Quiroga. Inmersas en diferentes reclamos de clase, raza y nación, las representaciones de homosociabilidad o de otras formas del deseo sexual y de filiación afectiva, ocurren en el plano latinoamericano más bien como un juego de máscaras, de lo que se sugiere, pero no se declara, pues sugerirlo permite mayor identificación y participación por una pluralidad de experiencias singulares que no se ubican en categorías estables. Tal vez podríamos poner un ejemplo en concreto donde esto es evidente”.</p>
<p>El crítico: “Hay una de las películas del Santo que es un clásico del kitsch universal, pues afirma la rentabilidad creativa del subgénero, y explica a su manera la riqueza de las pugnas éticas sobre el entarimado. Vemos lo de siempre: el bailoteo de las “llaves”, los valores primordiales del Universo traducidos a máscaras, miradas torvas, piquetes de ojos, quebradoras, puñetazos que retumban en el alma, paseos desafiantes, vuelos mínimos. De nada se priva el argumentista y a nada se rehúsan el director, el escenógrafo y los actores, que masifican los vislumbramientos del José G. Cruz de la fotonovela: zombies, cadáveres vivientes, sacerdotisas de la antigüedad, pozos de serpientes, sarcófagos humeantes. Pero hay unas copias de la película a las que la censura nacional no le pudo, y en <i>El Santo contra las mujeres vampiro</i>,así se llama la película,las audacias se extienden a escenas de lesbianismo esotérico, mesianismo cósmico y vanguardismo <i>queer</i>”.</p>
<p>La curadora: “Un escenario que prefiguraba todo el cine de John Waters con Divine como celestina. Es claro que el trabajo de Díaz y Mejía también responde a ese plano de sentido. Tenemos un primer momento, donde hablan de su interés por comentar la creciente sofisticación en la manipulación digital de las imágenes, cuyas plataformas alcanzan precios prohibitivos al que solo tienen acceso el personal en las agencias de publicidad. También resaltan la utilidad que tiene la mala factura o la complejidad en el tratamiento de la originalidad en la época contemporánea. Aquí puede notarse un progresivo abandono del semblante despreocupado para afianzar un entramado teórico. Sin necesidad de hacer una mención directa, es claro que este trabajo está en consonancia con las categorías que circulan en la conceptualización teórica de autores como Michel Foucault y Roland Barthes, con su revisión a los procedimientos disciplinares y la categoría autor, y con Rosalind Krauss cuando analiza las estructuras axiomáticas de la escultura postmoderna o la idea del arte como presencia indéxica, o con Warhol, sobre todo en su postura frente a los procedimientos técnicos en la realización de una obra. Incluso detecto un diluido Theodor Adorno en su reflexión sobre los alcances de la industria cultural”.</p>
<p>El crítico: “Agradezcamos que Juan y Wilson no hicieron gala de una erudición tan apasionada y exclusivista como la tuya. Pero te sigo la pista y pasando a otro correlato, esta vez desde la esfera más amable y más local de la literatura, podríamos pensar también en un diálogo entre <i>Saltando Matones</i> y la no muy conocida novelita lumpen del escritor bogotano Fernando Molano, <i>Un beso de Dick</i>, de 1992. Si en <i>Saltando Matones</i> el referente popular y del imaginario infantil es la lucha libre, en <i>Un beso</i> es el espacio de la escuela secundaria y los partidos de fútbol del recreo. Felipe, el narrador de la novela, y Leonardo, paulatinamente van destapando la emergencia de un deseo erótico inesperado en un ambiente que se presenta como familiar y predecible, el de la amistad entre dos jóvenes escolares […] Y entonces, mientras seguimos la sencilla pero poderosa narración del deseo y el afecto que nace entre ellos, el referente de masculinidad y filiación fraternal por excelencia, el fútbol, va cambiando: el roce entre los jugadores ya no es solo una palmada de ánimo, ni la admiración de sus cuerpos solo una celebración de la destreza y la fuerza. En el marco de prácticas culturales populares en Colombia, podemos considerar el fútbol como una actividad más de la oferta cultural. Se presenta como espacio de reunión social y afectiva que domina la esfera pública. Al ser descontextualizado y reconfigurado en espacios culturales como la novela o la producción artística, el fútbol emerge como un espacio ya no de comunión alrededor de la norma, sino de resistencia a partir de un proceso de reapropiación y reconfiguración”.</p>
<p>La curadora: “En esa novela es muy interesante cómo el referente de hipermasculinidad en el fútbol es reconfigurado, y lo que para muchos es un deporte que genera filiaciones fraternas y formas compartidas de consumo, se convierte en una práctica de homosociabilidad, en el <i>foreplay</i> o preámbulo para entrar en contacto ya no con la pecosa, sino con su pateador. Lo más interesante de este tipo de narrativas no es el desenlace que conduce a una adultez predeterminada, sino precisamente la capacidad de habitar la incertidumbre de este momento de transición. Es la posibilidad de cuestionar qué tipo de deseo libera la experiencia personal de paradigmas de género, raza o posición social; en otras palabras, son narrativas que se acercan a los lazos instintivos y afectivos que determinan un deseo que resiste la categorización, lo que hacen Mejía y Díaz se podría resumir a una ejecución práctica de esta resistencia a partir de acciones emancipadas de apropiación y posproducción”.</p>
<p>Luego de la conferencia se ofreció un cóctel. No hubo registro del evento.</p>
<p><b>5. Un recorte caleño sin usar</b></p>
<p>“Lo que era viernes, las dos últimas horas de la tarde (Geografía e Historia) me la pasaba pensando en el puesto de revistas. Era uno situado en la primera ceiba a la derecha del Paseo Bolívar, al que me había llegado buscando los cuentos del Santo, El Enmascarado de Plata (que en mi casa me los tenían prohibidos, junto a los de Edgar Allan Poe, porque eran cuentos de la plebe), y terminé fue descubriendo las revistas de mujeres; cuando ya llevaba mis tiempos de ser cliente me las mostró con disimulo el dueño del puesto (un cucuteño hosco, de fabulosa mota, con el que me enemisté después de que le pedí rebaja y él no quiso dármela, y yo me puse altanero y él me dio de pata, y yo me le fui corriendo pero mentándole la madre, no en voz alta sino vocalizándole bien el insulto sin que ningún sonido saliera de mi boca, pero tan claro era que a las dos cuadras el hombre aún se sentía aludido y quiso salir a perseguirme, pero no encontró a nadie que se le quedara cuidando las revistas) cuando ya no había un solo cuento del Santo que yo no hubiera visto, incluso los tomos, entonces me dijo:</p>
<p>—Vení acércate te muestro una cosa.</p>
<p>Yo me le acerqué con cuidado. Debajo de muchos “Domingos alegres” me dejó ver la primera revista.</p>
<p>—¿No querés mejor ver una revista de estas? —me dijo, y como que se reía.</p>
<p>—¿Cuánto vale?</p>
<p>—A treinta, barato —me contestó.</p>
<p>Yo le pagué los 30 (pero no era barato) y me senté en la banca de siempre: ya habían tumbado el viejo teatro Bolívar y en su lugar no había quedado más que el lote lleno de maleza, y la calle entre el parque y el lote no estaba aún pavimentada. Digo que siempre me sentaba en la banca frente al lote. Abrí la revista, voltié rápido la primera página y miré para todos lados: en las otras bancas se hacían, igual que hoy, viejitos conversadores de saco, corbata, bastón y sombrero, y alrededor emboladores negros. Yo me cambié de banca. Me hice una bien al fondo, al lado de la fuente, y me sentí inquieto mirando al Batallón Pichincha, edificio gótico que hoy no existe; en aquella época ya habían trasladado a los soldados a Meléndez y en el edificio funcionaba el colegio Politécnico, donde estudiaban Jorge Herrera, Carlos Bernal… Había quedado más cómodo en aquella banca del fondo, hasta escuchando el sonar del agua de la fuente, viendo una mujer acostada sobre una alfombra verde: le habían sacado una foto en picado y miraba a la cámara sacando la lengua, con los pochekes desparramados. Entonces el dueño me gritó desde su banquito y todo el mundo oyó, y yo estaba sabroso y por eso sentí vergüenza.</p>
<p>—No se me haga tan lejos, pollo, que me gusta tener a los clientes a la vista.</p>
<p>Yo pasé la página de la mujer en la alfombra rápido, como para que vieran que no me interesaba mucho, y fui y me hice en mi banca frente al lote, la única desocupada. Nadie me había visto. Nadie me vio que vi la revista tres veces, hasta que vino el dueño y me dijo:</p>
<p>—Ya estuvo —y me arrebató la revista—. Si quiere verla más a ver los otros treinta.</p>
<p>Yo no le dije nada, flojito como estaba. Me quedé allí un rato mirando el lote, los carros, agarré mis libros y me fui caminando sexta abajo. ¿Cómo sería poner toda la mano encima, le sacarían a uno la lengua? Cuando llegué a mi casa me abrió mi hermana mayor, y yo no fui capaz de subir los ojos para que no viera que ya había conocido a la mujer.</p>
<p>Dormí por el cansancio de la pensadera arrullado por la angustia, perdido gustoso, ya nunca más niño”.</p>
<p><i>―Angelitos empantanados o historias para jovencitos</i> (1972)</p>
<p>Andrés Caicedo</p>
<p><b>FUENTES</b></p>
<p><i>El efecto mariposa: ensayos sobre arte en Colombia 1985-2000</i>, Carolina Ponce de León. Alcaldía Mayor de Bogotá D. C., Instituto Distrital Cultura y Turismo, 2004.</p>
<p><i>Conversaciones con el fantasma: Treinta y dos entrevistas sobre los últimos años del Arte en Colombia</i>, Martín Nova. Grupo Planeta – Colombiano, 2018.</p>
<p><i>Artistas Cali entes: entrevista a Juan F. Mejía y Wilson Díaz</i>. <i>Vice Versa</i>: Revista cultural colombo francesa (Cali, Colombia). — No. 4 (Mar.-jun., 1998)</p>
<p><i>Santo, el Enmascarado de Plata: Mito y realidad de un héroe mexicano moderno,</i> Álvaro Fernández. El Colegio de Michoacán/Universidad de Guadalajara, Guadalajara, México, 2012.</p>
<p><i>Los rituales del caos</i>, Carlos Monsiváis. Ediciones Era, 2001.</p>
<p><i>Con Wilson... anotaciones, artistadas e incidentes</i>. Equipo TRansHisTo(ia), María Sol Barón Pino, Camilo Ordóñez Robayo. Ministerio de Cultura, 2013. Programa Nacional de Estímulos.</p>
<p><i>MASTER/COPY: Juan y Wilson (1995-1998),</i> Guillermo Vanegas (Ed.), 2013.</p>
<p><i>No me hagas preguntas y no te diré mentiras.</i> <i>Juan Mejía, 1995-2010</i>, Julián Serna. Ministerio de Cultura de Colombia, 2015.</p>
<p><i>El Santo: la verdadera historia de El Enmascarado de Plata</i>, Eduardo Canto. Publicado, Editorial Universo, México. 1984.</p>
<p><i>El</i> <i>siglo del collage. Una apreciación radical</i>, <i>Yvars</i><i>, </i><i>J. F.</i> Editorial Elba, 2012. </p>
<p><i>La obra de arte en la época de la reproducción técnica</i>, Walter Benjamin</p>
<p><i>Angelitos empantanados o historias para jovencitos</i>, Andrés Caicedo</p>
<p><i>José G. Cruz: hacedor de santos y demonios. conversación con Griselda Cruz</i>, por Ricardo Vigueras en <a href="https://www.tebeosfera.com/documentos/jose_g._cruz_hacedor_de_santos_y_demonios._conversacion_con_griselda_cruz.html">https://www.tebeosfera.com/documentos/jose_g._cruz_hacedor_de_santos_y_demonios._conversacion_con_griselda_cruz.html</a></p>
<p><i>Reflexiones sobre las fotonovelas del Santo</i> (Primera Parte), por Bruno Bernasconi en <a href="http://www.egrupos.net/grupo/elluchador/archivo/indice/27/msg/51/">http://www.egrupos.net/grupo/elluchador/archivo/indice/27/msg/51/</a></p>
<p><i>Santo, el enmascarado de plata, </i>en <a href="http://girlflashcomics.blogspot.com/2018/07/santo-el-enmascarado-de-plata.html">http://girlflashcomics.blogspot.com/2018/07/santo-el-enmascarado-de-plata.html</a></p>
<p><i>Cuando la forma devino en actitud – Y más allá</i>, Thierry de Duve</p>
<p><i>Tras las citas del pintor: la apropiación como metodología en tres obras de Wilson Díaz, </i>David Julián Cortés Parra<i></i></p>
<p>―Lucas Ospina**</p>
<p>**Profesor, Universidad de los Andes</p>
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-64037142229251010872017-01-03T21:11:00.003-08:002017-01-11T06:38:07.382-08:00La Universidad de los Andes contra la Universidad de los Andes<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIsFDh4c42cHNQv5C-HxNLloaHcI8LCHZ_SBWBwWVkQ1VQjiq-dcrqduoxXtkrSb3iynvmbUZ2tSPZKODjkcJZC8rUoxbu9zZkgWPW_jWvudKe_fWrolyZ6H6YSU8XXUiTZ1mLpwnw1dU/s1600/The+trial.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="194" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIsFDh4c42cHNQv5C-HxNLloaHcI8LCHZ_SBWBwWVkQ1VQjiq-dcrqduoxXtkrSb3iynvmbUZ2tSPZKODjkcJZC8rUoxbu9zZkgWPW_jWvudKe_fWrolyZ6H6YSU8XXUiTZ1mLpwnw1dU/s320/The+trial.jpg" width="320" /></a></div>
<strong><br /></strong>
<strong><br /></strong>
<strong>1. Un proceso viciado</strong></div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
“A usted le armaron un proceso de quinta”, le dijo un profesor a Carolina Sanín luego de que ella fuera a la universidad, este 2 de diciembre, por petición directa de la decana de la Facultad de Artes y Humanidades, a recoger en físico en el Edificio Monjas la “citación a Diligencia de descargos”. La carta fue redactada por la Dirección de Gestión Humana y Desarrollo Organizacional de la Universidad de los Andes. El comité que llevaría el proceso constaba de un abogado que representaba a la universidad, una escribana que transcribía y el jefe de Relaciones Laborales. El encargo les llegaba de su superiora, la directora de Gestión Humana que, a su vez, había recibido una comunicación de su superior, el rector de la universidad, el día antes, para que procesara toda la información que le adjuntaba —cartas de un estudiante, dos egresados, tres profesores y un “Grupo de Profesores de la Facultad de Artes y Humanidades”—.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Puede suponerse que el jueves 1 de diciembre alguien tuvo que trabajar horas extras, no remuneradas, para producir, en menos de 24 horas, la carta, consultarla con quien fuera necesario y tenerla lista en la mañana. El trabajo, en apariencia, se hizo en el despacho de un funcionario —inferior en rango a la directora y al rector— quien cotejó los siete archivos adjuntos que daban cuenta del “comportamiento” de Sanín, los cruzó con todo el articulado establecido en tres volúmenes de ley —el Reglamento de Trabajo, el Estatuto Profesoral y el Código Sustantivo del Trabajo—, y logró producir con inusitada celeridad un documento de cinco páginas que le advertía a la profesora —o empleada— que sus faltas podrían ser consideradas como “gravísimas”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
En medio de la temporada de exámenes y entrega de notas le dieron a Sanín menos de tres días hábiles para analizar la información, redactar sus descargos y presentarse en una oficina del Edificio Monjas donde sería oída e interpelada y asistir acompañada de un par de observadores que no podían hacer ninguna observación. En unos días podía esperar el dictamen, una suerte de juicio sumario donde los funcionarios en los que recaía la decisión actuaban sobre un caso que era cosa juzgada por su superior. El rector, como autoridad máxima de la universidad, ya había dicho la última palabra sobre el “comportamiento” de Sanín.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
El rector se pronunció tajantemente el 9 de noviembre, en una <a data-cke-saved-href="http://www.semana.com/educacion/articulo/discriminacion-en-los-andes/504806" data-mce-href="http://www.semana.com/educacion/articulo/discriminacion-en-los-andes/504806" href="http://www.semana.com/educacion/articulo/discriminacion-en-los-andes/504806">comunicación</a> pública —dirigida en un comienzo a los estudiantes, luego copiada a los profesores y a los medios— en contra de “las agresiones a miembros de nuestra comunidad por medio de diferentes redes sociales”. Paso seguido dio su opinión sobre el “comportamiento” de Sanín: “debo también manifestarme en contra de las expresiones utilizadas por una docente de planta que se ha referido en términos peyorativos hacia la universidad, nuestros estudiantes y egresados, así como hacia programas como el de Ser Pilo Paga. Dichas desafortunadas expresiones lesionan el nombre que la universidad ha venido construyendo con el aporte y esfuerzo de cada uno de sus integrantes. Considero que las apreciaciones en referencia no tienen asidero en nuestra realidad, no reflejan los valores uniandinos, y no son representativas de la comunidad de profesores y estudiantes que tanto nos enorgullece”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
El rector había opinado, dado su versión de los hechos, y lo había hecho en público para enfrentar a una profesora que había cuestionado la gestión de su administración en esa misma arena. El mismo rector que hace unos meses había definido a los Andes como “la universidad más pública que hay en Colombia”, ponía la discusión donde debía estar, en lo público (y recibía críticas por esto, ver <a data-cke-saved-href="https://cerosetenta.uniandes.edu.co/los-andes-la-universidad-mas-publica-del-pais/" data-mce-href="https://cerosetenta.uniandes.edu.co/los-andes-la-universidad-mas-publica-del-pais/" href="https://cerosetenta.uniandes.edu.co/los-andes-la-universidad-mas-publica-del-pais/"><em>Los Andes: ¿La universidad más pública del país?</em></a> de Daniel Alejandro Hernández). La libertad que usó Los Andes para fundarse como universidad es la misma que asiste a la crítica en su derecho a expresarse, además, esta institución recibe cuantiosos recursos públicos del programa estatal Ser Pilo Paga, un ingreso que compromete parte de su balance financiero anual a la continuidad de estas asignaciones y que le demanda a la institución privada el darle un carácter cada vez más abierto, transparente, plural y <a data-cke-saved-href="https://www.youtube.com/watch?v=rO8Pi8zTWkw" data-mce-href="https://www.youtube.com/watch?v=rO8Pi8zTWkw" href="https://www.youtube.com/watch?v=rO8Pi8zTWkw">debatible</a> a la toma de sus decisiones.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
En el segundo semestre del 2015 el rector se había reunido con los profesores de la Facultad de Artes y Humanidades para tratar asuntos varios relacionados con la “crisis de las humanidades”, y un par de profesoras, entre las que estaba Sanín, había hecho críticas puntuales sobre algunos aspectos de la universidad. Entre las respuestas que aventuró el rector hubo un señalamiento: las personas que no estén de acuerdo con las políticas de la universidad, están en libertad de irse. Cabría preguntarse aquí si las “políticas de la universidad” son una “realidad” inamovible que refleja unos “valores uniandinos” inamovibles, “representativos de la comunidad de profesores y estudiantes que tanto nos enorgullece”, o si conviene recordar un consejo de alguien que apoyó a la Universidad de los Andes en sus comienzos, Albert Einstein, cuando definió bien lo que es una práctica insensata: “Insensatez: hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.”</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<strong><br /></strong>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2WI36SLkKRy1VC9PhuO-Sl0YXcVNCXGSDReRjILvhiOAA0vQZwpIPjFQ6fdLLL-0ntIVSwo00tYgJtPYmJKmNhtfL9NqTZj54zvEUAkwWP66Mw9XPId4wjJYi97tHHirxyMr6fsfoeOc/s1600/seneca%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="121" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2WI36SLkKRy1VC9PhuO-Sl0YXcVNCXGSDReRjILvhiOAA0vQZwpIPjFQ6fdLLL-0ntIVSwo00tYgJtPYmJKmNhtfL9NqTZj54zvEUAkwWP66Mw9XPId4wjJYi97tHHirxyMr6fsfoeOc/s320/seneca%25281%2529.jpg" width="320" /></a></div>
<strong><br /></strong>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipL1v2YrTbhUuegDOO_ULybzwDzP0R9F36SA84aOzhIr-VoT7U6ebxi-BJhJ2HRU8yd0ZaGS7FK8HCRAc9tN1Hr6NAU1hlr4tSgSdLs6dVjlNK92djbuOqkqQi92xJGcNCrpMX3GwgYtk/s1600/rachazado.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="126" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipL1v2YrTbhUuegDOO_ULybzwDzP0R9F36SA84aOzhIr-VoT7U6ebxi-BJhJ2HRU8yd0ZaGS7FK8HCRAc9tN1Hr6NAU1hlr4tSgSdLs6dVjlNK92djbuOqkqQi92xJGcNCrpMX3GwgYtk/s320/rachazado.jpg" width="320" /></a></div>
<strong><br /></strong>
<strong>2. Pasado, presente y futuro del meme reaccionario</strong></div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Semanas antes de su despido Sanín había dado <a data-cke-saved-href="http://www.lafm.com.co/bogota/matoneo-la-profesora-carolina-sanin-la-universidad-los-andes/" data-mce-href="http://www.lafm.com.co/bogota/matoneo-la-profesora-carolina-sanin-la-universidad-los-andes/" href="http://www.lafm.com.co/bogota/matoneo-la-profesora-carolina-sanin-la-universidad-los-andes/">declaraciones</a> a la prensa y publicado textos en su página de Facebook en relación a la circulación por redes sociales de una imagen suya. Se trataba de un “meme” con un primer plano de su cara con un ojo morado, como si hubiera recibido un golpe. La imagen fue difundida por los foristas virtuales y anónimos del grupo de Facebook Cursos y Chompos Ásperos Uniandinos. El fotomontaje evitaba la distorsión propia de la caricatura para ser una representación realista, que pasaba de invitación humorística a provocación malhumorada, una amenaza gráfica que, como en tantos casos de agresiones a mujeres por parte de hombres alterados, podía incitar a ir de la crítica ácida de unos al ácido de otros.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Amenazas de este tipo ya se han visto en la universidad. Hace algo más de un año, los hermanos Sebastián y Alejandro Lanz, estudiantes de la Universidad de los Andes, habían sido amenazados, vía la red Grindr, por una persona que, entre otras cosas, decía: “les voy echar ácido en la cara para que sepa lo que es ser feo y estar en ese ambiente siendo gay”. Luego de las respectivas investigaciones se comprobó la sospecha inicial de los dos estudiantes y activistas fundadores de la ONG Parces: la persona que los amenazó era un miembro de la misma universidad donde ellos estudiaban. Esta situación, sumada a muchas otras, hizo que la Universidad de los Andes pasara de una actitud desatendida, como la percibieron los hermanos Lanz, a producir un <a data-cke-saved-href="https://secretariageneral.uniandes.edu.co/index.php/es/inicio-es/14-noticias/128" data-mce-href="https://secretariageneral.uniandes.edu.co/index.php/es/inicio-es/14-noticias/128" href="https://secretariageneral.uniandes.edu.co/index.php/es/inicio-es/14-noticias/128">“Protocolo para casos de maltrato, acoso, amenaza, discriminación y afines”</a>, pues es claro que este tipo de casos son actos de maltrato que ocurren día a día, en mayor y en menor grado, en el campus (ver <a data-cke-saved-href="https://cerosetenta.uniandes.edu.co/el-caso-lanz-la-punta-del-iceberg/" data-mce-href="https://cerosetenta.uniandes.edu.co/el-caso-lanz-la-punta-del-iceberg/" href="https://cerosetenta.uniandes.edu.co/el-caso-lanz-la-punta-del-iceberg/"><em>El Caso Lanz: la punta del iceberg</em></a> de Ángela Rivera). El estudiante que amenazó a los Lanz se encuentra vinculado a un <a data-cke-saved-href="http://www.eltiempo.com/politica/justicia/estudiante-de-los-andres-amenazaba-a-dos-hermandos-de-la-comunidad-lgbti/16557826" data-mce-href="http://www.eltiempo.com/politica/justicia/estudiante-de-los-andres-amenazaba-a-dos-hermandos-de-la-comunidad-lgbti/16557826" href="http://www.eltiempo.com/politica/justicia/estudiante-de-los-andres-amenazaba-a-dos-hermandos-de-la-comunidad-lgbti/16557826">proceso judicial</a> por estos actos.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
El “meme” del ojo morado de Carolina Sanín activó de inmediato el protocolo institucional y generó una amplia reacción entre profesores de la universidad que tomaron la iniciativa y firmaron una <a data-cke-saved-href="http://www.uniandes.edu.co/xplorer/descargas/Carta-contra-la-violencia-de-genero.pdf" data-mce-href="http://www.uniandes.edu.co/xplorer/descargas/Carta-contra-la-violencia-de-genero.pdf" href="http://www.uniandes.edu.co/xplorer/descargas/Carta-contra-la-violencia-de-genero.pdf">carta pública</a> para expresar su rechazo: “Consideramos que es necesario, como educadores que somos, comprometernos con una formación en la solidaridad, la empatía y la construcción de una cultura del cuidado del otro, que incluya a los estudiantes, profesores y las personas de apoyo de la Universidad de los Andes. Estas son habilidades fundamentales para una ciudadanía activa y responsable”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
El 29 de octubre, el documento contaba con más de 150 firmas de respaldo. De forma paralela, estudiantes que habían tomado clase con Carolina Sanín también se manifestaron y sumaron una carta propia con 197 firmas donde daban cuenta de su integridad como profesora y de haber aprendido en sus clases a “usar el pensamiento con rigor” (el promedio numérico que recibe Carolina Sanín en la evaluación de los estudiantes de sus cursos está casi siempre por encima de 3.5 sobre 4).</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
El meme del ojo morado se materializó justo después de que la profesora escribera en su muro de Facebook: “La Universidad de los Andes es una institución a la que me unen el cariño y el respeto. Por eso deploro aquello en lo que se ha convertido. Por mera codicia, admite cada año más estudiantes, y, con la ganancia de las matrículas, apila cada año un nuevo edificio sobre otro, en la misma área. El hacinamiento en el que se vive en la universidad llega a ser grave. Si cada vez se parece más a una cárcel, ¿por qué nos extraña que cada vez críe a más delincuentes?”</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
La historia de la propagación del meme del ojo morado es importante, su origen es machista, con visos de acoso, maltrato y amenaza, pero también puede estar ligado a un grupo de personas, tal vez estudiantes asociados a la Universidad de los Andes, molestos ante una crítica que cuestiona el “valor” de su cartón universitario y matiza la “imagen” de su institución o de la empresa educativa que certifica su acreditación estudiantil para el enganche en otras empresas. "Hacer objeciones a la sátira es lo mismo que enfrentar los valores de la leña a la infalibilidad del fuego", decía el escritor Karl Kraus. Hacerle réplicas a un meme solo trae más memes.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Sin embargo, en muchas de las críticas que se hacen en ese universo amplio, nutrido y variado de los “chompos” subsiste un acento: el uso del chiste como excusa para ofender por sexo, credo o condición social. Un pensamiento solapado como expresión discrepante ante lo “políticamente correcto” y que, bajo el disfraz de lo antipolítico, invocando el “sentido común” y ejerciendo la fascinación del odio, esconde nuevas formas de fascismo que explican en parte los grandes triunfos que el populismo autoritario ha cosechado este año: “Tenemos que dejar de ser tan políticamente correctos en este país”, es uno de los mantras estelares que repitió una y otra vez Donald Trump para hacerse a la presidencia de Estados Unidos (ver <a data-cke-saved-href="https://www.theguardian.com/us-news/2016/nov/30/political-correctness-how-the-right-invented-phantom-enemy-donald-trump" data-mce-href="https://www.theguardian.com/us-news/2016/nov/30/political-correctness-how-the-right-invented-phantom-enemy-donald-trump" href="https://www.theguardian.com/us-news/2016/nov/30/political-correctness-how-the-right-invented-phantom-enemy-donald-trump"><em>Corrección política: como la derecha inventó un enemigo fantasma</em></a> de Moira Weigel).</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Al respecto, sobre este carácter reaccionario, es relevante <a data-cke-saved-href="http://lasillavacia.com/elblogueo/blog/soycapaz-guerra-y-paz-en-los-andes-48649" data-mce-href="http://lasillavacia.com/elblogueo/blog/soycapaz-guerra-y-paz-en-los-andes-48649" href="http://lasillavacia.com/elblogueo/blog/soycapaz-guerra-y-paz-en-los-andes-48649">recordar</a> los mensajes de odio y amenazas veladas que recibieron algunos estudiantes que actuaban como representantes del Consejo Estudiantil Uniandino cuando, para el día el 16 de marzo de 2014 durante el evento “#Soycapaz”, lograron que la universidad bajara por unas horas los torniquetes que levantan un muro de seguridad que dificulta la entrada a la universidad. Al buzón personal de Facebook de algunos de los representantes llegó un mensaje enviado por un recién egresado que usaba como foto de perfil una imagen en la que lucía con orgullo el cartón de graduación de la universidad y que advertía sobre los supuestos peligros de la medida: “Solo espero que si capturan a un ladrón los guardias, los polis, los perros y los estudiantes cojan a ese ladrón como si fuese una piñata, le hagan una vasectomia con su herramienta de trabajo y donen su corazon, hígado, riñones y de mas a un banco de organos asi el mamerto del CEU chille (es que apuesto a que el mamer del CEU es de los que defiende a un ladran cuando la gente decente lo captura y le da una buena tunda ). Por cierto, espero que la proxima vez los miembros cuerdos del CEU cojan a esos mamers a coscorrones para ver si se les quita la bobada”. El egresado amparaba su diatriba en lo que le dictaba el “sentido común”, un dictado semejante al que emplea Donald Trump para erigir muros fronterizos y barreras de lenguaje que limitan la discusión política a un mínimo denominador argumental y que, más allá de lo verdadero o falso, se juegan todo su capital político en la fuerza del registro emocional.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
En Chompos se hacen críticas a blancos vulnerables o fáciles, como lo puede ser una estudiante de escasos recursos, <a data-cke-saved-href="https://www.vice.com/es_co/article/sol-fonseca-memes-parody-beca-ser-pilo-paga-arizona" data-mce-href="https://www.vice.com/es_co/article/sol-fonseca-memes-parody-beca-ser-pilo-paga-arizona" href="https://www.vice.com/es_co/article/sol-fonseca-memes-parody-beca-ser-pilo-paga-arizona">Sol Fonseca</a>, que había dado unas declaraciones algo cándidas para intentar recibir una beca, o como lo puede ser la misma figura del rector de la Universidad de los Andes, una persona vinculada a las élites capitalinas, a quien le hacen montajes que pasan de lo satírico, donde uno ríe con el chiste, al sarcasmo, donde uno aprovecha el chiste para burlarse de alguien. A los “chompos” hay que mirarlos de cerca para comprender en su toda su magnitud un fenómeno comunicativo que, como en el <a data-cke-saved-href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Serpent's_Egg_(film)" data-mce-href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Serpent's_Egg_(film)" href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Serpent's_Egg_(film)">huevo traslúcido de la serpiente</a>, permite ver lo que se incuba a futuro (ver <a data-cke-saved-href="http://www.aldia.co/freak-geek-nerd/infiltrada-en-chompos-el-grupo-de-facebook-mas-controvertido-de-colombia" data-mce-href="http://www.aldia.co/freak-geek-nerd/infiltrada-en-chompos-el-grupo-de-facebook-mas-controvertido-de-colombia" href="http://www.aldia.co/freak-geek-nerd/infiltrada-en-chompos-el-grupo-de-facebook-mas-controvertido-de-colombia"><em>Infiltrada en ‘Chompos’: el grupo de Facebook más controvertido de Colombia</em></a> de María Antonia Pardo, <em>¿<a data-cke-saved-href="https://www.vice.com/es_co/article/carolina-sanin-memes-chompos-machismo-los-andes-universidad" data-mce-href="https://www.vice.com/es_co/article/carolina-sanin-memes-chompos-machismo-los-andes-universidad" href="https://www.vice.com/es_co/article/carolina-sanin-memes-chompos-machismo-los-andes-universidad">Vale la pena declarar la guerra por un meme?</a></em> de Sebastián Serrano y<a data-cke-saved-href="https://lahoradoce.wordpress.com/2016/11/02/carolina-sanin-y-chompos-silenciar-es-el-camino/" data-mce-href="https://lahoradoce.wordpress.com/2016/11/02/carolina-sanin-y-chompos-silenciar-es-el-camino/" href="https://lahoradoce.wordpress.com/2016/11/02/carolina-sanin-y-chompos-silenciar-es-el-camino/"><em> Carolina Sanín y chompos: silenciar es el camino</em></a> del portal La hora doce)</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Los “chompos” gozan de un sentido crítico que, como lo han expresado algunos de sus administradores, es capaz de invocar encumbradas citas de Foucault para justificar su proceder humorístico. Sin embargo, es diciente que esta vez algunos de sus miembros escogieran a un profesor y que su crítica arreciara contra esta persona justo cuando cuestionaba el hacinamiento en el campus y aventuraba una de sus consecuencias al establecer una relación entre “codicia” y “criminalidad”. Y tal vez más grave aún es que este matoneo directo, desde el anonimato de Chompos, se extendió luego a algunos de los estudiantes que sí pusieron la cara en redes y en lo público para salir en defensa de su profesora (y por el que tal vez se hayan abierto algunos procesos a los administradores de la página vinculados a la universidad).</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
La frase que acompañaba el meme del ojo morado: “When [cuando] el heteropatriarcado te pone en tu lugar” es un texto irónico que busca en la ironía un camuflaje retórico a la inmediatez violenta de la imagen, y es la predicción de un castigo. El castigo invocado por el meme difundido en Chompos llegó. El penúltimo día de actividad académica en la Universidad de los Andes, el jueves 15 diciembre, a 13 días de iniciado el proceso a Sanín, se dictó la sentencia que “te pone tu lugar”: por fuera de la universidad. La profesora —o empleada—, a la que irónicamente se le había renovado el contrato unos días antes, ahora era despedida por “causa justa”, en un proceso expedito donde el rector —con o sin la consulta del Comité Directivo, el Consejo Superior, el Consejo Académico, la Vicerrectoría Académica, la Decanatura de la Facultad de Artes y Humanidades, la Dirección del Departamento de Literatura y la <a data-cke-saved-href="https://ombudsperson.uniandes.edu.co" data-mce-href="https://ombudsperson.uniandes.edu.co" href="https://ombudsperson.uniandes.edu.co/">Ombudsperson</a> —, optó por un “proceso de quinta” para tratar un caso complejo.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<strong><br /></strong>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCasSXZhkHudpHdRbB7ykFB1Bz7mWzrASaT5v0vCjBPWqPcVdl7kzgvq11S9tpbYtuYyazAGIuKRm2Nc-74FypMzqVBMVZTBkE06qbontSkTHd6AaSzF5jt13qS7Ylm9NKuOuzohshyCM/s1600/9780199782444.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCasSXZhkHudpHdRbB7ykFB1Bz7mWzrASaT5v0vCjBPWqPcVdl7kzgvq11S9tpbYtuYyazAGIuKRm2Nc-74FypMzqVBMVZTBkE06qbontSkTHd6AaSzF5jt13qS7Ylm9NKuOuzohshyCM/s320/9780199782444.jpeg" width="211" /></a></div>
<strong><br /></strong>
<strong><br /></strong>
<strong>3. La caída de la Facultad</strong></div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
La situación de Sanín trascendía las limitaciones administrativas y jerárquicas de unos funcionarios a los que les fue encargado un proceso ya viciado por la injerencia de su superior. Es claro que el caso trascendía el juicio de una sola instancia, bien sea administrativa, académica o rectoral, y requería de una mayor facultad de análisis y ponderación. Casos como este son los que han motivado a que varias y altas instancias académicas de la universidad —Vicerrectorías, Consejo Académico y Decanaturas— se unan para darle una respuesta integral a este tipo de situaciones y estén trabajando con dedicación para concretar la iniciativa. Sin embargo, estas buenas obras y el concurso de estos académicos y de tantos otros profesores destacados con que cuenta la universidad no fue considerado para analizar cómo proceder en la situación de Sanín. ¿Cuál habría sido la opinión, por ejemplo, de la nueva Decana de la Facultad de Derecho, Catalina Botero, que actuó durante cuatro años en la <a data-cke-saved-href="http://www.laprensagrafica.com/2015/07/06/la-libertad-de-expresion-es-el-derecho-que-permite-defender-otros-derechos#sthash.DEvUNDjJ.dpuf" data-mce-href="http://www.laprensagrafica.com/2015/07/06/la-libertad-de-expresion-es-el-derecho-que-permite-defender-otros-derechos#sthash.DEvUNDjJ.dpuf" href="http://www.laprensagrafica.com/2015/07/06/la-libertad-de-expresion-es-el-derecho-que-permite-defender-otros-derechos#sthash.DEvUNDjJ.dpuf">Relatoría Especial para la libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos</a>? ¿O del nuevo Decano de la Facultad de Economía, Juan Camilo Cárdenas, que ha sido capaz de poner en <a data-cke-saved-href="http://lasillavacia.com/silla-llena/red-l-der/historia/caso-santurb-n-jugando-jugando-se-va-transformando-juan-camilo-c" data-mce-href="http://lasillavacia.com/silla-llena/red-l-der/historia/caso-santurb-n-jugando-jugando-se-va-transformando-juan-camilo-c" href="http://lasillavacia.com/silla-llena/red-l-der/historia/caso-santurb-n-jugando-jugando-se-va-transformando-juan-camilo-c">práctica</a> muchas de las teorías y ejercicios de sus clases para mediar en conflictos entre comunidades vulnerables y proyectos donde se juegan grandes intereses económicos?</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
¿Por qué no se nombró, como es usual para estos casos, un Comité Ad Hoc? Un comité que, como se ha visto en los casos de tantos <a data-cke-saved-href="http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/pablo-navas-rector-de-uniandes-dice-que-hubo-sancion-en-caso-de-piedad-bonnett/16679802" data-mce-href="http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/pablo-navas-rector-de-uniandes-dice-que-hubo-sancion-en-caso-de-piedad-bonnett/16679802" href="http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/pablo-navas-rector-de-uniandes-dice-que-hubo-sancion-en-caso-de-piedad-bonnett/16679802">hombres</a> que han pasado por ahí, tiene lugar en el Edificio Pedro Navas de la Rectoría, está liderado por el Vicerrector Académico, tiene lugar para un decano, un escriba con criterio académico y, tal vez lo más importante, cuenta con la presencia de un profesor deliberante, nombrado por el profesor cuestionado, que puede intervenir y ser garante de un proceso justo (ver <a data-cke-saved-href="http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/intelectual-o-burocrata-carlos-castillo-cardona-columnista-el-tiempo/16789983" href="http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/intelectual-o-burocrata-carlos-castillo-cardona-columnista-el-tiempo/16789983"><em>Intelectual o burócrata</em></a> de Carlos Castillo).</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
En este caso, en cambio, el rector antepuso una instancia administrativa a una académica, se acogió al guión que critica Benjamin Ginsberg en su libro <a data-cke-saved-href="https://www.insidehighered.com/news/2011/07/14/new_book_argues_bloated_administration_is_what_ails_higher_education" data-mce-href="https://www.insidehighered.com/news/2011/07/14/new_book_argues_bloated_administration_is_what_ails_higher_education" href="https://www.insidehighered.com/news/2011/07/14/new_book_argues_bloated_administration_is_what_ails_higher_education"><em>The Fall of the Faculty: The Rise of the All-Administrative University and Why It Matters</em></a>, donde muestra los problemas que conlleva el administrar las universidades como si fueran empresas. Esta arista se hace más aguda en una institución como la Universidad de los Andes que no está escriturada a unos dueños o accionistas, que no pertenece a una familia, que promulga su “carácter laico e independiente de los partidos políticos” y se muestra “ajena a defender los intereses de algún grupo social o económico”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Si antes de la expulsión algunos cuestionaban a Sanín por caricaturizar a la Universidad de los Andes comparándola con un “centro comercial de títulos” o con una “cárcel”, la sanción caricaturesca que se le impuso parece graduar a nivel de verdad las medias verdades o verdades y media propias de su pulsión crítica: la Universidad de los Andes actúo en este caso bajo una lógica empresarial y el castigo que le impuso la institución educativa está lejos de ser educativo, a no ser que se entienda el juicio sumario, el aislamiento y la expulsión como parte fundamental de la economía pedagógica de estos tiempos (Nota al margen: ¿no es válido, al menos desde el aspecto arquitectónico, comparar a las universidades con centros comerciales o con cárceles? Por ejemplo, el Edificio ML de la Universidad de los Andes desde que fue construido hace unos pocos años recibe el apodo de <em>"MALL" </em>—centro comercial en inglés— dado su parecido con este tipo de construcciones, o el Bloque B antes de ser sumado al campus fue la sede de la Cárcel Buen Pastor y mantuvo su estructura básica por varias décadas; o el Colegio del Rosario, donde hoy funciona la universidad que lleva ese mismo nombre, fue cerrado por el General Pablo Morillo en 1816 y convertido en cárcel pues sus instalaciones –salones, corredores, plazas, observatorios— se prestaban para ese propósito).</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
La administración universitaria no todas las veces es tan severa con sus sanciones y privilegia lo educativo sobre lo punitivo. En el caso Colmenares, varios estudiantes de la Universidad de los Andes están involucrados en la investigación por la muerte de otro estudiante de la universidad, y la institución educativa no ha interferido en el plan de estudios de estos alumnos, no ha prejuzgado y ha respetado sus derechos plenos a pesar de los vaivenes de una situación probatoria y jurídica compleja, del juicio mediático de algunos sectores de la opinión y de la moralina pública que les endilga una participación directa en el crimen y los gradúa de criminales. Estos estudiantes, sin un fallo justo y pleno en lo legal, pudieron continuar siendo estudiantes, con los mismos derechos y deberes que los otros.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
El prestigio de la marca Universidad de los Andes sirve para que otros se colinchen en su lustre. A cualquier medio noticioso le basta con privilegiar el cruce del nombre de esta institución con cualquier término amarillista o delictivo para generar titulares que llaman la atención del público y suben los indicadores de audiencia tan apreciados por los anunciantes. Parece haber un antes y un después del Caso Colmenares para la imagen de la Universidad de los Andes, al menos así lo determina la revista Dinero, en su artículo <a data-cke-saved-href="http://www.dinero.com/empresas/articulo/casos-emblematicos-de-crisis-reputacional-en-colombia/239909" data-mce-href="http://www.dinero.com/empresas/articulo/casos-emblematicos-de-crisis-reputacional-en-colombia/239909" href="http://www.dinero.com/empresas/articulo/casos-emblematicos-de-crisis-reputacional-en-colombia/239909">“Golpes a la reputación de las marcas: casos emblemáticos en Colombia”</a> en que usa este ejemplo como guía para hablar de “reputación corporativa”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
La Universidad de los Andes es una institución que sufre una crisis de identidad que se expresa en el manejo errático que le da a algunos casos álgidos y que agudiza sus contradicciones cuando, en momentos de vértigo comunicativo, se resquebraja lo común, se diferencia la composición de su comunidad y sale a la luz la naturaleza del material humano que le da forma. El escenario no es exclusivo a esta universidad, bien podría ser un modelo para analizar el estado del arte en otras universidades, y de paso en el país, el campus universitario es un importante caldo de cultivo.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Algunas de estas pugnas identitarias ya habían sido planteadas por Rafael Toro en el <a data-cke-saved-href="https://cerosetenta.uniandes.edu.co/el-discurso-“sexual”-del-vicerrector-de-la-universidad-de-los-andes/" data-mce-href="https://cerosetenta.uniandes.edu.co/el-discurso-“sexual”-del-vicerrector-de-la-universidad-de-los-andes/" href="https://cerosetenta.uniandes.edu.co/el-discurso-%E2%80%9Csexual%E2%80%9D-del-vicerrector-de-la-universidad-de-los-andes/">último discurso</a> que dio como vicerrector académico saliente en la ceremonia de grado del segundo semestre de 2014. A partir de una fábula autoficcional tipo Jonathan Swift, el vicerrector ponía a un “ofuscado y pomposo” rector a recitar una moraleja, la respuesta tímida del administrador universitario a un grupo de profesores y estudiantes que pedían un giro radical en las políticas de la universidad: “La pasión por el orden y algunas tradiciones, produce triunfos modestos y fracasos modestos. En cambio la libertad camina por las cumbres más altas, pero siempre de cara a los abismos más profundos”. El vicerrector concluía: “Esta no es la historia de Uniandes, pero en cierta forma tiene parte de la historia de todas las universidades y los pulsos extenuantes entre la subsistencia y los ideales académicos. Es de esto de lo que aprendí en todos estos años”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<strong><br /></strong>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEil3kHI7RQFtmyOgVdyDx3dHNz126FU3Yy2oj3BtGXhZQpFN2_j9iz7DyOyTmCD1XEZg4-SnEjEEaT6z44jzzKPXhGE0k1dmiD2b-f4mcx3HBw4mpIooXJfzyItmL1b3jEoTRBxHNOpqkE/s1600/Don+Herna%25CC%2581n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="161" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEil3kHI7RQFtmyOgVdyDx3dHNz126FU3Yy2oj3BtGXhZQpFN2_j9iz7DyOyTmCD1XEZg4-SnEjEEaT6z44jzzKPXhGE0k1dmiD2b-f4mcx3HBw4mpIooXJfzyItmL1b3jEoTRBxHNOpqkE/s320/Don+Herna%25CC%2581n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<strong>4. Una de las más claras tradiciones uniandinas</strong></div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
El pasado en presente: durante las vacaciones de mitad del año 1971, el entonces rector de la Universidad de los Andes, Álvaro Salgado, aprovechó el receso de clases para anunciar el cierre de nuevas inscripciones al programa de Bellas Artes. La reacción no se hizo esperar, el decano de la Facultad de Arquitectura presentó su renuncia y cerca de cuarenta profesores e investigadores de la Facultad de Arquitectura y Artes se reunieron en Asamblea General el 2 de julio y enviaron una carta abierta al rector, al Consejo Directivo y a la prensa, criticando las políticas de la gerencia universitaria. Cinco días más tarde, y después de recibir una carta de los estudiantes en apoyo a sus profesores, el presidente del Consejo Directivo de la Universidad de los Andes, el empresario <a data-cke-saved-href="http://agaviria.blogspot.com.co/2006/02/un-pensador-ambiguo.html" data-mce-href="http://agaviria.blogspot.com.co/2006/02/un-pensador-ambiguo.html" href="http://agaviria.blogspot.com.co/2006/02/un-pensador-ambiguo.html">Hernán</a> <a data-cke-saved-href="http://agaviria.blogspot.com.co/2006/02/un-pensador-ambiguo-ii.html" data-mce-href="http://agaviria.blogspot.com.co/2006/02/un-pensador-ambiguo-ii.html" href="http://agaviria.blogspot.com.co/2006/02/un-pensador-ambiguo-ii.html">Echavarría</a>, respondía a la misiva con otra, publicada en el periódico <em>El Tiempo</em>: “Lamentamos que ustedes hayan optado por hacer públicos los desacuerdos, contrariando así una de las más claras tradiciones uniandinas, cual es la de tramitar dentro de nuestra propia institución las naturales diferencias que surgen en la vida universitaria”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Echavarría, junto a los otros miembros de ese Consejo, hoy llamado <a data-cke-saved-href="https://secretariageneral.uniandes.edu.co/index.php/es/organos-de-gobierno/comite-directivo" data-mce-href="https://secretariageneral.uniandes.edu.co/index.php/es/organos-de-gobierno/comite-directivo" href="https://secretariageneral.uniandes.edu.co/index.php/es/organos-de-gobierno/comite-directivo">Comité Directivo</a>, que siempre ha estado compuesto por hombres vinculados a la industria y el comercio (¿“heteropratriarcal” según Chompos?), daba argumentos económicos para explicar el cierre de Bellas Artes. La argumentación del directivo era una falacia económica para camuflar el miedo que le producía a la administración universitaria este y varios focos de crítica y autocrítica presentes en varias unidades de la universidad. Bellas Artes fue solo el chivo expiatorio para mostrar que criticar, autocriticar y, sobre todo, hacerlo en público, era una causal de expulsión y exclusión. Más adelante vinieron otras administraciones, otros rectores, nuevos estudiantes y profesores, volvió el arte a la universidad, pero el fantasma del cierre de las “Bellas Artes” sigue rondando y asustando, es parte del aprendizaje invisible que imparte esta institución.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Esta historia, contada así, con pelos y señales, está en la <a data-cke-saved-href="https://www.scribd.com/doc/311623782/Paisaje-Humano-Lorenzo-Morales" data-mce-href="https://www.scribd.com/doc/311623782/Paisaje-Humano-Lorenzo-Morales" href="https://www.scribd.com/doc/311623782/Paisaje-Humano-Lorenzo-Morales"><em>Historia de la Universidad de los Andes</em></a>, la versión oficial que editó y publicó su editorial en 2008 para celebrar sus 60 años de fundación (se complementa en el relato <em><a data-cke-saved-href="https://rec.uniandes.edu.co/?texto=de-la-represion-como-una-de-las-bellas-artes" data-mce-href="https://rec.uniandes.edu.co/?texto=de-la-represion-como-una-de-las-bellas-artes" href="https://rec.uniandes.edu.co/?texto=de-la-represion-como-una-de-las-bellas-artes">De la represión como una de las Bellas Artes</a> </em>publicado en la revista estudiantil REC). Hoy, luego de la Constitución de 1991, pasado este 2016 en el que <a data-cke-saved-href="http://internacional.elpais.com/internacional/2016/10/03/actualidad/1475498967_321999.html" data-mce-href="http://internacional.elpais.com/internacional/2016/10/03/actualidad/1475498967_321999.html" href="http://internacional.elpais.com/internacional/2016/10/03/actualidad/1475498967_321999.html">hemos vivido estúpidamente</a> y que marca el comienzo pleno de un periodo cíclico, nos damos cuenta de que fuerzas que creímos estaban de salida, siguen aquí, nunca se han ido. Este ha sido su año, dejaron su estado embrionario de criptofascismo, capturando a una amplia audiencia y dando más poder a actores que fascinan en la escena vital y política: Brexit, Golpe de Estado en Brasil, el NO del Plebiscito, el ascenso de Trump, el Plebiscito en Italia, el delirio criminal de la presidencia en Filipinas.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
En el microcosmos universitario esta fuerza regresiva y reaccionaria parece estar vigente. El caso de Carolina Sanín confirma que esa “clara tradición uniandina” está tatuada en el <a data-cke-saved-href="https://es.wikipedia.org/wiki/Curr%C3%ADculo_oculto" data-mce-href="https://es.wikipedia.org/wiki/Curr%C3%ADculo_oculto" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Curr%C3%ADculo_oculto">currículo oculto</a> de la institución.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<strong><br /></strong>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglNJtBNsA1CgS57A05j1C8gwbmW3sq_jUK4a7fCa-uAbkFZGQPYHMm1w_og3TXOex3fcJVUYoE51Seerq-zdYq5hvmBwd4-NmEyxMryzQafWTqw3asLcos5OSWDg7vKxzqOWTQi0T1whg/s1600/zola.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="217" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglNJtBNsA1CgS57A05j1C8gwbmW3sq_jUK4a7fCa-uAbkFZGQPYHMm1w_og3TXOex3fcJVUYoE51Seerq-zdYq5hvmBwd4-NmEyxMryzQafWTqw3asLcos5OSWDg7vKxzqOWTQi0T1whg/s320/zola.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<strong>5. Yo te acuso</strong></div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Uno de los documentos usados y con mayor peso para justificar el “NO” a Carolina Sanín, la apertura del proceso y el despido por “causa justa” es una carta firmada por un “Grupo de Profesores de la Facultad de Artes y Humanidades”, fechada el 21 de noviembre, que parafrasea la comunicación del 9 de noviembre del rector. A estos profesores no le bastó la crítica pública a Carolina Sanín que había hecho la máxima autoridad de la universidad tres semanas antes, sino que recurrieron a una de “las más claras tradiciones uniandinas” para “tramitar dentro de nuestra propia institución las naturales diferencias que surgen en la vida universitaria”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Los profesores optaron por una práctica de delación —cercana a la empleada en los juicios de los regímenes fascistas y durante el macarthismo— antes que ventilar sus diferencias en público y dar la cara ante sus otros colegas y estudiantes. Esta muestra del aprendizaje invisible que profesan estos profesores, no incluye, en este caso, el diálogo, la discusión, el acuerdo con la profesora Sanín en las instancias propias del Consejo de Profesores, en la Dirección del Departamento de Literatura, en la Decanatura de la Facultad de Artes y Humanidades, en la Vicerrectoría Académica o buscar una mediación con la Obdusperson. Decidieron que con la ley basta. Aquí resulta insalvable citar uno de los principios de los Fundadores de la Universidad de los Andes: “Quienes solo hacen por sus semejantes aquello a que la ley los obliga, no están cumpliendo a cabalidad sus deberes, ni son buenos ciudadanos, ni merecen la estimación y el respeto de los demás”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
En la carta, los profesores tampoco acogen la filosofía del reglamento de su propia facultad, un texto que ellos mismos redactaron y aprobaron hace unos meses, y que contempla la actividad de ese “profesor creador” con que contaba la <a href="https://literatura.uniandes.edu.co/index.php/profesoress/profesores-planta.html?start=9" target="_blank">planta</a> de 15 profesores de planta del Departamento de Literatura: “El profesor creador tiene derecho a la libertad de expresión en su manifestación artística; a elegir libremente su tema de trabajo, su repertorio, medio de expresión, técnicas y demás factores definitorios de la obra; a exhibir o difundir su producción en los espacios que considere pertinentes”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Al analfabetismo político de estos docentes se puede sumar un mandato que omiten o desconocen, el de la <a data-cke-saved-href="http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2002/t-060-02.htm" data-mce-href="http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2002/t-060-02.htm" href="http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2002/t-060-02.htm">Sentencia T-060/02</a> de la Corte Constitucional donde es claro que el lugar de trabajo de un profesor puede ser parte de su repertorio temático, una custodia legal a la crítica y consecuente autocrítica como parte inherente al proceso educativo: "las libertades de pensamiento, de expresión y de participación política, pueden tener manifestación en la exteriorización de criterios orientados a cuestionar un determinado proyecto educativo, la administración del mismo, las orientaciones que emiten las directivas de los centros educativos y a promover alternativas, tanto académicas como administrativas".</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<strong><br /></strong>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzCJGEWRq2D1xL4nUIXrA3MCctlOzvc-MZxDhu_fdbYFKGBz5_g4LN5ao1l3OzZXrkehcd-IHJruY6ZLbpM_YUIyqbbsT6QYpxu8FldyFsxm_afNvynKDkut48M0zKuPCIVKivl6CEKDk/s1600/4d0fe3e626f2cf25bf2597623b22ba4e.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="289" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzCJGEWRq2D1xL4nUIXrA3MCctlOzvc-MZxDhu_fdbYFKGBz5_g4LN5ao1l3OzZXrkehcd-IHJruY6ZLbpM_YUIyqbbsT6QYpxu8FldyFsxm_afNvynKDkut48M0zKuPCIVKivl6CEKDk/s320/4d0fe3e626f2cf25bf2597623b22ba4e.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<strong>6. Vergüenza, miedo y tristeza</strong></div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
“Si les importamos tanto, nosotros, los estudiantes</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
Habría sido obligatorio tenernos en cuenta en lo importante</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
Preguntarnos qué sabemos y cómo nos han enseñado</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
Y creo que hubieran oído cosas que no son de su agrado:</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
Que con Carolina aprendimos más de un millón de cosas</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
Que le agradecemos siempre, sobre todo, por su prosa,</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
Pues con su prosa mejores lectores pudimos ser</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
Y así, los ojos abiertos, un mundo y otro pudimos ver.”</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<em>—Poema (o versos rimados) no pedido para la Universidad de los Andes</em> / Daniela Maldonado</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
La carta del “Grupo de Profesores de la Facultad de Artes y Humanidades” que denuncia a Sanín ante el rector muestra con su acción una grave disociación entre la teoría y la práctica, da cuenta de una labor inane de profesar a los cuatro vientos un amor por el arte que luego, frente a la práctica, no se reconoce ni negocia, se evita, se excluye del ámbito claustral de la retórica.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Posturas académicas de esta índole son las que convierten el arte en una exquisitez elitista, zona de comodidad para letrados que se doctoran y posdoctoran, ganan fama y puntos con acciones y textos indexados que rebosan de lirismo en paz y posconclicto. Y mientras “hacen carrera” también hacen sus guerritas para autoperpetuarse en jerarquía, en bonificaciones, en la poltrona del “usted no sabe quien soy yo”, en conflictos vindicativos y en cargos directivos, y así, con sus actos poco piadosos en la práctica, le restan al arte, precisamente, ese poder comprensivo sobre la vida cotidiana con que podría combatir la anestesia que conduce a tantos actos de violencia. Si no son “Bellas”, no habrá arte.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Estos profesores antepusieron el “espíritu de cuerpo” al espíritu crítico, privilegiaron la mezquindad que surge de lo gregario y que cohesiona al rebaño humano en la ficción morronga de un enemigo externo ante el cual hay que cerrar filas. Los profesores intentaron redactar un solemne “Yo acuso” pero solo les salió un infantil “yo te acuso”. Y si esta fue la acción de estos profesores con la artista más visible que tenía en su nómina el Departamento de Literatura, ¿qué se puede esperar de ellos como interpretes del arte?</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Situaciones como esta hacen pensar que este malestar puede ser extensible a otras unidades académicas de la Universidad de los Andes, tal vez esta solo sea la punta el iceberg y haya muchos otros casos ocultos de malestar y desconfianza a lo largo y ancho del campus. La respuesta oficial al “comportamiento” de Sanín es tan desmesurada e implacable que muestra un alto grado de inseguridad en las personas implicadas en su despido. ¿A qué le teme la Universidad de los Andes? ¿Qué defiende?</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Julieta Lemaitre, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, hace poco, en la entrada <a data-cke-saved-href="http://lasillavacia.com/blogs/lo-que-pasa-en-los-andes-58741" data-mce-href="http://lasillavacia.com/blogs/lo-que-pasa-en-los-andes-58741" href="http://lasillavacia.com/blogs/lo-que-pasa-en-los-andes-58741"><em>Lo que pasa en los Andes</em></a> de su blog en La Silla Vacía, dijo que una respuesta posible “es la emergencia de un cambio de época que profesores y autoridades tratamos de ocultar. El mundo en el que surgió los Andes, y en el que ha llegado a ser hoy la tercera universidad del país, y la primera de las universidades privadas, está quizá a punto de dejar de existir. Los Andes es después de todo una institución creada por elites económicas que abrazaron el <em>ethos </em>del Frente Nacional, y que le apostaron a la ciencia y las ideas de modernidad y progreso como antídoto a la violencia. Es una institución liberal en el sentido más amplio y no de partido, y que como liberal le ha tenido siempre temor a la política de masas. No al poder, por supuesto, sino a la política como confrontación y odios, como marchas masivas, y tomas, y peleas. Es una institución que por lo general ha creído que en política, lo mejor es no hablar de eso”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
El valor de la matrícula de la Universidad de los Andes para el año 2017 es de $15.402.000. Hay universidades que puntean igual, por debajo o por encima a los Andes en las publicitadas loterías de medición nacional e internacional, esas instituciones también cuentan con campus en constante crecimiento, buenos profesores y grupos de investigación, creación y producción, y pequeñas, medianas y grandes iniciativas que tienen incidencia en la vida nacional. Así las cosas, ¿qué justifica pagar aquí, en la Universidad de los Andes, una, dos, tres, cuatro o cinco y muchas veces más que en otros centros de educación superior con características semejantes? ¿En qué se diferencia esta universidad de las otras?</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Resulta paradójico que un proceso contra una profesora, que abogaba por la afectación que ella le hizo al “buen nombre de la universidad”, por “atentar contra los derechos y dignidad de los estudiantes” y por “atentar contra la convivencia de los miembros de la comunidad uniandina”, haya producido una reacción institucional que, injusta en su proceso y resultado, genera un escándalo de recordación amplia y perdurable, y le trae a la Universidad de los Andes más, mucho más oprobio, de lo que algunos guardianes universitarios pretendían paliar con vigilancia y castigo: mal nombre, irrespeto a los estudiantes y un atentado para la convivencia.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: georgia, 'times new roman', 'bitstream charter', times, serif;">
<div style="font-size: 16px;">
<br /></div>
Más de 80 estudiantes —en periodo de vacaciones— y egresados del Departamento de Literatura han redactado y firmado de nuevo una <a data-cke-saved-href="http://www.elespectador.com/noticias/educacion/estudiantes-de-uniandes-salen-defensa-de-profesora-caro-articulo-671116" data-mce-href="http://www.elespectador.com/noticias/educacion/estudiantes-de-uniandes-salen-defensa-de-profesora-caro-articulo-671116" href="http://www.elespectador.com/noticias/educacion/estudiantes-de-uniandes-salen-defensa-de-profesora-caro-articulo-671116" style="font-size: 16px;">carta</a> en la que dan cuenta de lo buena profesora que es Sanín. Otros estudiantes de la Facultad de Derecho han sido entrevistados por <a data-cke-saved-href="http://www.elespectador.com/noticias/educacion/piensan-los-estudiantes-de-derecho-de-los-andes-del-cas-articulo-670774" data-mce-href="http://www.elespectador.com/noticias/educacion/piensan-los-estudiantes-de-derecho-de-los-andes-del-cas-articulo-670774" href="http://www.elespectador.com/noticias/educacion/piensan-los-estudiantes-de-derecho-de-los-andes-del-cas-articulo-670774" style="font-size: 16px;"><em>El Espectador</em> </a>y han pasado de la teoría a la práctica para dejar constancia de su desacuerdo con la acción que tomó la universidad. <span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , "bitstream charter" , "times" , serif;">Varias personas han firmado una carta abierta de repudio por el despido de Sanín y la han dirigido al rector y la Consejo Superior (ver </span><a data-mce-href="http://www.elespectador.com/noticias/nacional/miembros-de-uniandes-envian-carta-de-repudio-al-rector-articulo-674067?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter" href="http://www.elespectador.com/noticias/nacional/miembros-de-uniandes-envian-carta-de-repudio-al-rector-articulo-674067?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif;"><em>Miembros de Uniandes envían carta de repudio al Rector por despido de Carolina Sanín</em></a><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , "bitstream charter" , "times" , serif;">).</span><br />
<div style="font-size: 16px;">
<br /></div>
<div style="font-size: 16px;">
Otro profesores se ha manifestado en <a data-cke-saved-href="https://asuntosprofesorales.uniandes.edu.co" data-mce-href="https://asuntosprofesorales.uniandes.edu.co" href="https://asuntosprofesorales.uniandes.edu.co/">Asuntos Profesorales</a>, la red cerrada dispuesta por la universidad que sirve como foro para los docentes. Uno de ellos, un profesor de Derecho, inició el hilo de discusión sobre este caso y señaló cómo “la decisión que se tomó no estuvo a la altura de la misión de la universidad y envía un mensaje negativo e intimidatorio a la comunidad que hace parte de ella”. Otro profesor de la Facultad de Economía estuvo de acuerdo y señaló que ahora encuentra una mayor “dificultad para construir una estrategia de reflexión y acción para una mejor convivencia entre los miembros de la comunidad, basada en el respeto y el cuidado del otro”. Otro profesor de Educación propone que se revise la decisión para que el proceso siga “el camino que debería haber tomado desde un principio: el especificado en el Estatuto Profesoral”. Un profesor de Arte dice que siente “vergüenza, miedo y tristeza por el despido de Carolina Sanín”.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
En este foro, al que tienen acceso más de 600 profesores de planta, ninguno de los profesores que denunciaron a Carolina Sanín ha participado para sustentar o discutir su posición con los argumentos que enviaron al rector o para refutar a los que han hablado. Tampoco lo ha hecho la inmensa mayoría de los más de 150 profesores que antes apoyaron a esta profesora cuando se denunció la <a data-cke-saved-href="http://www.uniandes.edu.co/xplorer/descargas/Carta-contra-la-violencia-de-genero.pdf" data-mce-href="http://www.uniandes.edu.co/xplorer/descargas/Carta-contra-la-violencia-de-genero.pdf" href="http://www.uniandes.edu.co/xplorer/descargas/Carta-contra-la-violencia-de-genero.pdf">“Violencia de género a miembros de la universidad”</a>. Razones de interés, indiferencia, apatía o escepticismo son comprensibles, pero pareciera que para estos profesores la “ciudadanía activa y responsable” o “la solidaridad, la empatía y la construcción de una cultura del cuidado del otro” que invocaban para un caso de violencia no se extiende a otro caso que los vincula en igual o mayor grado pues, como lo decía la actual decana de la Facultad de Derecho en su época de relatora, “La libertad de expresión es el derecho que permite defender otros derechos”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
A Voltaire en una biografía le inventaron una frase: “Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo". El dicho altisonante al parecer tiene sus limitaciones en el mundo laboral y parece extenderse a la esfera académica: “Estoy en desacuerdo con lo dices, pero no defenderé con mi trabajo asalariado tu derecho a decirlo”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
La <a data-cke-saved-href="http://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/universidad-de-los-andes-responde-a-carolina-sanin-despido/61239" data-mce-href="http://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/universidad-de-los-andes-responde-a-carolina-sanin-despido/61239" href="http://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/universidad-de-los-andes-responde-a-carolina-sanin-despido/61239">única respuesta oficial de la administración de la Universidad de los Andes</a> a los cuestionamientos que han surgido luego del despido de Carolina Sanín provienen “del despacho de la jefatura de relaciones laborales”. Se trata de un comunicado que mezcla la jerga del código jurídico con un recuento cancilleresco del caso y donde la unidad administrativa le recuerda a lo académico, a los profesores o empleados, el <u>deber</u> de “armonizarse”: “la Universidad representa un proyecto colectivo, con fines comunes y acciones concertadas, en donde las aspiraciones profesionales y académicas individuales de los profesores deben armonizarse de manera constructiva con los compromisos colectivos de la Institución”.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
¿Con qué cara los profesores de esta universidad enfrentaremos a los estudiantes y al resto del país, y hablaremos en clases, textos y foros de ser críticos y autocríticos, de ser justos, de pasar de la teoría a la práctica, de tener valor y de alentar a los que lo tienen ante el conflicto y el posconflicto, de <a data-cke-saved-href="https://paz.uniandes.edu.co/index.php/es/" data-mce-href="https://paz.uniandes.edu.co/index.php/es/" href="https://paz.uniandes.edu.co/index.php/es/">construir paz</a>, si dejamos pasar esta violación a los derechos de una persona en nuestro propio campus? ¿Tendrá valor la Universidad de los Andes para enfrentarse a la Universidad de los Andes? La Universidad de los Andes es ejemplo para otras instituciones en muchos aspectos, uno solo esperaría que los otros espacios académicos —con problemas semejantes, similares y diferentes— aprendan de este tipo de situaciones y que, como centros de educación y conocimiento, no los repitan.</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<strong><br /></strong>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAcwOx4iqMmCcxnd_QUttkXznalUTPbQdaxQjW1tqHAKRut7G7ZZe5QJGpfUmXRMwHIVL6uWBtfPB23hFIOwC5CB5YKZ7hgpPX7UxYVX22ipWG9jMqPQRHtJFcACjs4l56Ktje-GOWpME/s1600/Monu.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAcwOx4iqMmCcxnd_QUttkXznalUTPbQdaxQjW1tqHAKRut7G7ZZe5QJGpfUmXRMwHIVL6uWBtfPB23hFIOwC5CB5YKZ7hgpPX7UxYVX22ipWG9jMqPQRHtJFcACjs4l56Ktje-GOWpME/s320/Monu.jpg" width="247" /></a></div>
<br />
<strong>7. Carolina Sanín</strong></div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Muchos no soportan a Carolina Sanín, le endilgan todo tipo de adjetivos reduccionistas y la despachan con un trino. Pocos de sus más acérrimos críticos se han dado la oportunidad de leerla de vez en cuando en su <a data-cke-saved-href="https://www.facebook.com/carolina.sanin.52?ref=ts&fref=ts" data-mce-href="https://www.facebook.com/carolina.sanin.52?ref=ts&fref=ts" href="https://www.facebook.com/carolina.sanin.52?ref=ts&fref=ts">página</a> de Facebook donde publica con frecuencia con distintos tonos, estilos y formas narrativas que le han ganado más de veintemil lectores que la siguen, en las <a data-cke-saved-href="http://www.revistaarcadia.com/Buscador?query=carolina%20sanin&post=revistaarcadia&limit=10&offset=0" data-mce-href="http://www.revistaarcadia.com/Buscador?query=carolina%20sanin&post=revistaarcadia&limit=10&offset=0" href="http://www.revistaarcadia.com/Buscador?query=carolina%20sanin&post=revistaarcadia&limit=10&offset=0">columnas</a> y <a data-cke-saved-href="http://terremoto.mx/article/la-salvacion-por-la-metafora/" data-mce-href="http://terremoto.mx/article/la-salvacion-por-la-metafora/" href="http://terremoto.mx/article/la-salvacion-por-la-metafora/">ensayos</a> que produce en varios medios con regularidad, o en sus <a data-cke-saved-href="http://lagunalibros.com/2014/1550/" data-mce-href="http://lagunalibros.com/2014/1550/" href="http://lagunalibros.com/2014/1550/">novelas</a>. Ellos, los que odian a Carolina Sanín, están en todo su derecho a no leerla, a <a data-cke-saved-href="http://www.las2orillas.co/guia-definitiva-para-entender-el-show-de-carolina-sanin/" data-mce-href="http://www.las2orillas.co/guia-definitiva-para-entender-el-show-de-carolina-sanin/" href="http://www.las2orillas.co/guia-definitiva-para-entender-el-show-de-carolina-sanin/">criticarla</a>, a <a data-cke-saved-href="http://www.elespectador.com/opinion/elogio-de-los-insultos" data-mce-href="http://www.elespectador.com/opinion/elogio-de-los-insultos" href="http://www.elespectador.com/opinion/elogio-de-los-insultos">insultarla</a> —sin <a data-cke-saved-href="http://www.bluradio.com/educacion/tengo-el-derecho-de-insultar-pero-no-de-amenazar-carolina-sanin-125409" data-mce-href="http://www.bluradio.com/educacion/tengo-el-derecho-de-insultar-pero-no-de-amenazar-carolina-sanin-125409" href="http://www.bluradio.com/educacion/tengo-el-derecho-de-insultar-pero-no-de-amenazar-carolina-sanin-125409">amenazarla</a>—, pero deja mucho que desear que, en este caso, sus antagonistas no sean capaces de superar la antipatía y reconozcan que la misma libertad que usan para <a href="http://labobadaliteraria.blogspot.com.co/2015/02/carolina-sanin-personaje-del-mes-en-la_25.html" target="_blank">refutarla</a> es el derecho mismo que está aquí en juego y en peligro (ver <a data-cke-saved-href="https://www.vice.com/es_co/article/una-corta-clase-sobre-el-insulto" data-mce-href="https://www.vice.com/es_co/article/una-corta-clase-sobre-el-insulto" href="https://www.vice.com/es_co/article/una-corta-clase-sobre-el-insulto"><em>Una corta clase sobre el insulto: de Maluma</em> <em>a Carolina Sanín</em></a> de Richard Tamayo).</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: georgia, 'times new roman', 'bitstream charter', times, serif;">
<div style="font-size: 16px;">
<br /></div>
¿De verdad piensan que todo esto es solo sobre Carolina Sanín y la Universidad de los Andes? Lo mismo habrán dicho cuando el periódico <em style="font-size: 16px;">El Tiempo</em> le <a data-cke-saved-href="http://lasillavacia.com/elblogueo/lospina/4915/claudia-fanny-y-winston-el-arte-de-editar-2" data-mce-href="http://lasillavacia.com/elblogueo/lospina/4915/claudia-fanny-y-winston-el-arte-de-editar-2" href="http://lasillavacia.com/elblogueo/lospina/4915/claudia-fanny-y-winston-el-arte-de-editar-2" style="font-size: 16px;">canceló</a> a Claudia López su espacio como columnista del impreso por criticar a la Casa Editorial de El Tiempo en una <a data-cke-saved-href="http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3666495" data-mce-href="http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3666495" href="http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3666495" style="font-size: 16px;">columna</a> de opinión, o cuando la familia Araujo intentó demandar por injuria a Alfredo Molano por criticar en una <a data-cke-saved-href="http://molanosomostodos.blogspot.com.co/2008/08/arajos-et-al.html" data-mce-href="http://molanosomostodos.blogspot.com.co/2008/08/arajos-et-al.html" href="http://molanosomostodos.blogspot.com.co/2008/08/arajos-et-al.html" style="font-size: 16px;">columna</a> de opinión a la poderosa familia Araujo y afectar su “buen nombre” (el proceso judicial lo <a data-cke-saved-href="http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo186745-absuelto-el-periodista-alfredo-molano" data-mce-href="http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo186745-absuelto-el-periodista-alfredo-molano" href="http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo186745-absuelto-el-periodista-alfredo-molano" style="font-size: 16px;">ganó</a> el escritor y el caso sentó un precedente legal). “Cosas de López”, cosas de una “mujer histérica”, o de un “guerrillero camuflado”, “un resentido”, <span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , "bitstream charter" , "times" , serif;">las típicas frases del cajón de la malquerencia colombiana: “es que uno no patea la lonchera”, "uno no muerde la mano que lo alimenta", “si le pasó, algo habrá hecho”, o los clásicos “es que dio papaya” o el "calladita te ves más bonita".</span><br />
<div style="font-size: 16px;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , "bitstream charter" , "times" , serif; font-size: 13px;"><br /></span></div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
Para cerrar, una publicación de Sanín, de un solo párrafo, que da cuenta de sus cinco años como profesora en la Universidad de los Andes (cincos años que se suman a los cinco que pasó ahí antes como estudiante del pregrado de Literatura). Se trata de un ejercicio pleno no solo de la libertad de expresión sino de lo que ella hizo con la libertad de cátedra para cuidar y construir una mejor vida universitaria (que benefició a los estudiantes que son “escritores”). Actitudes así pueden servir de guía a una nueva generación que, luego de este bizarro 2016, tiene que negociar si se adapta o no a muchos de los contratos que otras generaciones han sido incapaces de revocar y que, al contrario, se renuevan una y otra vez por acción y, sobre todo, por la omisión vergonzante, miedosa y triste de tantas personas que dicen ser “buenas”:</div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
<br />
“Lo que pasa es que yo no creo en el patrón. Aunque tratara, no podría. Nunca he creído que la gente libre (o sea, toda la gente) deba tener patrón. Creo que nadie debería tener más patrón que su conciencia, su tradición y la ley. Y tampoco creo en la otra acepción de "patrón". No creo que haya un patrón según el cual todos debamos ser moldeados o recortados. Y como creo eso, escogí trabajar en la academia. Porque en la academia no había, me dijeron, "patrones". Enseñé durante 5 años en una universidad pública de Estados Unidos, y así era: sin patrón. No como en una fábrica. No con patrones ni patrones, sino con la seriedad de enseñar y aprender y escribir y punto. Cuando regresé a Colombia, desde el comienzo, me impresionó en la Universidad de Los Andes el miedo al patrón, el miedo a la libertad, con todas sus derivaciones: el chisme, la confabulación, la envidia entre colegas, la adulación, y la gran y desoladora hipocresía. Me impresionó el miedo de los profesores a hablar, a opinar, e incluso a reclamar sus derechos y, al mismo tiempo, su incapacidad de solidarizarse con sus colegas y su presteza para difamarlos. Recuerdo que en el semestre en el que entré, los profesores daban, adicionalmente a su contrato de trabajo, clases gratis en Educación Continuada, un negocio de la Universidad. Yo los convencí de que eso debía pagarse aparte, y entonces, un año después, empezaron a cobrarlo adicionalmente, aunque al principio me respondieron en el Consejo de Departamento, muy escandalizados por lo que llamaron mi "sindicalismo", que eso se hacía sin cobrar y "por contribuir a la institución". También —y ellos probablemente lo recordarán— insistí para que los profesores de planta de mi departamento diéramos cinco cursos al año, lo cual estaba contemplado en nuestro contrato (que dice de 4 a 6 cursos), aunque la mayoría de los profesores daban siempre seis cursos y no decían nada. Hoy todos enseñan cinco. Tal vez los colegas del Departamento de Literatura de Los Andes, los mismos que hoy no han expresado absolutamente ninguna solidaridad (a diferencia de otros profesores de otras facultades, que sí lo han hecho valientemente) no recuerden que por mi "jodedera" enseñan cinco clases y no seis, y cobran cuando enseñan en Educación Continuada. Quizás les dé miedo recordarlo, como les da miedo decir públicamente las críticas al rector y sus políticas que expresan en el Consejo de Departamento y que solo yo digo públicamente. Yo los entiendo: da miedo que lo echen a uno del trabajo. Estoy comprobando hoy que es pesado eso de no tener trabajo. Y eso de agradecer a un colega indisciplinado también debe de ser muy difícil. Es mejor mandarle una carta al rector encabezada con "Querido rector" y lamentando el deplorable comportamiento de una colega en los medios (el mío), para congraciarse con el patrón y curarse en salud, como hicieron varios de mis colegas, sin tener, sin embargo, un solo reproche ni personal ni académico que hacerme, más allá de mi molesta personalidad. Los estudiantes en cambio quizás sí recuerden que por mi "jodedera" hoy pueden graduarse con tesis en escritura creativa, y que diseñé y conseguí que se abriera la opción en creación literaria en la Universidad, y que logré que se abriera un curso de Español para los estudiantes de Literatura (que antes tenían que tomar Español con los demás estudiantes, como si no fuera su área de especialización), y que por mí se enseñó en el departamento por primera vez un taller de traducción, por ejemplo, además de muchos otros cursos nuevos (dicté 15 cursos distintos, en 7 años), y que traje a escritores externos a que dictaran talleres, etc., etc. Hice cosas constantemente por la Universidad de Los Andes, y le fui leal. Y era la única profesora de planta dedicada a escribir literatura en un departamento de Literatura que ahora no tiene en su planta a ningún escritor. En eso, creo yo, era un ejemplo para los estudiantes, a los que en el Departamento de Literatura de los Andes se les ha dicho, semestre a semestre, desde que entran: “Aquí no vienen a ser escritores”. Adicionalmente, insistí y logré que se incluyera el año pasado, en el Reglamento de la Facultad de Humanidades, por primera vez en la Universidad de Los Andes, la prohibición explícita de tener relaciones o acercamientos sexuales o románticos con estudiantes (el artículo fue redactado por mí, como recordará la Decana, que lo aprobó). Digo todo esto —hago esta lista de servicios prestados— con un poco de impudor y hasta de patetismo, y la hago en mi defensa. Pero sí, es cierto: nunca hice amistad con nadie. Nunca conspiré con nadie. No participé en charlas de corredor. Nunca tomaba tinto ni fumaba con los colegas a la salidita de la oficina, en el patiecito. Nunca le hice sonrisas al rector, ni a ningún vicerrector. No iba a comer donde mis colegas ni invité a ninguno a comer a mi casa, porque hago muy poca vida social y solo con mis íntimos. No solía hacerles conversación tampoco a los estudiantes por fuera de clase. No me dediqué a ser simpática con los estudiantes, ni a decirles lo geniales que eran, ni a hacerme la chévere con ellos, y, a pesar de eso, muchos de ellos (y me atrevo a decir que los mejores) me querían. Entre los profesores de Los Andes tuve un solo amigo, que sabe quién es, y varios enemigos: por mi antipatía y también porque yo estaba dedicada a los estudiantes, a las clases y a escribir: quizá porque me tomaba demasiado en serio mi trabajo. Yo a Los Andes solo iba a trabajar. Jamás quise un puesto de dirección, y de hecho así lo expresé claramente, lo que debió ser también sospechoso. Pero tampoco traté, para no ir a herir a los colegas, de no destacarme, ni dejé de formar parte de la vida cultural nacional, ni hice mi trabajo menos bien que lo que podía. Y nunca creí que había un patrón. Y tampoco lo creo ahora. Si hubiera de verdad un patrón, yo no podría escribir esto cuando quiero, donde quiero, para que lo lea quien quiera. No hay patrón, jóvenes, patrón no existe. —Carolina Sanín”.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFOdJXO7js2HOFO1acosoEUuPE_aHh8tQOqlR06lXXCG5imKTbv8q03MIzo8UcqaXX47KyBJk63gdZq0kqK7UwvZxjaatW4F5-KiusLarK2jwiGKoAlwTA_bXpH2DJWJ_UaYmwxVFvHlM/s1600/CS.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFOdJXO7js2HOFO1acosoEUuPE_aHh8tQOqlR06lXXCG5imKTbv8q03MIzo8UcqaXX47KyBJk63gdZq0kqK7UwvZxjaatW4F5-KiusLarK2jwiGKoAlwTA_bXpH2DJWJ_UaYmwxVFvHlM/s320/CS.jpg" width="240" /></a></div>
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, 'Times New Roman', 'Bitstream Charter', Times, serif; font-size: 16px;">
</div>
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-9869773469516754492016-08-21T16:00:00.000-07:002016-08-21T16:00:10.929-07:00Más entero<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJhZB94UTw0iXOTRQGjj6dNaQ8SQZqGzp847QyTUd_abZ_0Emffb26tCfMMbVWv55b5_OiyS3GJL8AnyTEylZ6W9PgyLcitgsbnonFrrEOYnZda23ZZEAGhrUTPPUwrH-scZmJeCWUggY/s1600/Daniel+Segura+-+Sala+de+Proyectos_Page_2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJhZB94UTw0iXOTRQGjj6dNaQ8SQZqGzp847QyTUd_abZ_0Emffb26tCfMMbVWv55b5_OiyS3GJL8AnyTEylZ6W9PgyLcitgsbnonFrrEOYnZda23ZZEAGhrUTPPUwrH-scZmJeCWUggY/s320/Daniel+Segura+-+Sala+de+Proyectos_Page_2.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 11pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 11pt;">En la película <i>El sol
del membrillo</i> hay una escena donde dos pintores viejos conversan en</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">un patio; uno de ellos
tiene su taller en obra y ha decidido pintar un árbol membrillero<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">que crece en la mitad de
su modesto jardín. Durante la conversación recuerdan el lema<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">que repetía una y otra
vez un profesor de la escuela de arte donde ambos estudiaron. “Más<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">entero”, les decía, “Más
entero”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">Los pintores cuentan que
esa frase, a pesar de la insistencia del profesor, les pareció<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">incomprensible en su
juventud: “Estábamos tan intimidados por nuestros profesores que<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">no nos atrevíamos a
preguntarles qué querían decir con sus palabras”, dice el artista que<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">está pintando el cuadro,
y añade: “pero luego, con el tiempo…”; y así ambos dan cuenta de<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">esa lenta revelación de
lo que se entiende por “entero”. Pero en realidad es toda la película<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">la que, una y otra vez,
revela su comprensión en la meticulosidad con que muestra los<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">hábitos del pintor que
pinta —hasta donde es posible— la imagen completa del árbol que<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">crece y se le escapa,
cuando muestra cómo en vez de pintar la luz empieza a dibujar a ver<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">qué puede capturar. El
otro pintor renuncia a explicar verbalmente lo que comprende por<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">“entero” y ante la
ausencia de una frase concluyente hace un gesto con las manos como si<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">sostuviera un globo
invisible que demarca esa zona del arte que comienza donde terminan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">las palabras. En la
conversación hay largas pausas, silencios elocuentes en los que ambos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">artistas dan cuenta de
algo evidente, fundamental para su oficio, y que solo aprendieron<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">con la experiencia
habitual de componer una imagen en un cuadro bajo el mandato del<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">enigmático “más entero”
que les dejó de lección su profesor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">A la luz de esta
historia se podría decir que entre las imágenes de las obras de Daniel<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">Segura hay una que
responde de manera incontestable a la lección de la película. El cuadro<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">“más entero” sería el
retrato en primer plano de un perro, de la serie <i>Embozalados</i>, que está<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">al reverso de esta
invitación. La imagen mide 1.94 x 1.70 metros y fue hecha entre los años<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">2007 y 2008. Esta obra
que cumple con el “más entero” está en el catálogo de la exposición<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">entre otras 64 piezas
que muestran cómo una pieza singular y el resto de ellas son extremos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">de una sola producción,
extremos que unidos pueden dar cuenta del núcleo de la<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">acción de este artista
que murió a los 28 años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">La imagen del inmenso
perro con bozal recoge la experiencia de muchas de las otras<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">imágenes que aquí se
exponen. Por ejemplo, en los retratos y autorretratos en que usa el<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">grafito, el carboncillo
o el lápiz, es evidente que más allá del tema —hacer un autorretrato,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">pintar un modelo—
subsiste una voluntad expresiva que no se contenta con lograr la<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">descripción de un tema
sino que en sí misma expresa una fuerza que cruza y entrecruza<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">líneas, rige y corrige trazos,
borra y mancha, y por momentos llega incluso al límite de<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">opacar lo que está
pintando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">Esta patria del gesto es
un lugar abandonado de palabras y figuras, la mano parece traducir<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">al papel lo que le dicta
una pulsión gestual que no pasa por la boca. Habitar este lugar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">es difícil, no ilustra
un verbo ni un concepto ni una narración, el impulso gráfico no está<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">anclado al puerto de la
metáfora, escapa a un destino conceptual, a una normalidad explicativa<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">que la apacigüe. De ahí
que la frase “más entero” sea el eco a un desarrollo dinámico,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">incesante, donde el
artista no solo dibuja sino que es dibujado pues solo se concibe a sí<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">mismo en la acción de
hacer. Y terminar una obra es solo una pequeña tregua para un<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">impulso que cuando es
verdadero resulta insaciable. Una finalidad sin fin.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">Es natural que en arte
esta pulsión haya llevado a algo que llamamos “abstracción”, pero<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">este impulso no es
novedoso porque, vistos de cerca, en las imágenes de otras épocas, los<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">fragmentos en detalle
revelan estos gestos que siempre han estado presentes. Tal vez ahora<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">podemos darnos el lujo
de mirar de cerca, de tener esa mirada microscópica que entraña<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">un placer gestual,
visual, y que goza de una música extraña que lleva a ese estado libre, intenso,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">sin objetivos precisos, donde
es posible pasar del mundo como narración al mundo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">como yuxtaposición, sin
iconos y símbolos la música de un espacio de signos cambiantes,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">contingentes, ambiguos,
incluso insignificantes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">En la imagen concreta de
este perro conviven de manera paralela varias fuerzas: en unas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">áreas el cuadro está
completo y en otras aparenta estar inacabado; tiene tanto de descripción,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">por ejemplo, en la
costura del bozal y su carácter raído, como de sugestión, el mismo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">tratamiento del bozal
sugiere una descomposición mayor, un microcosmos de hilos, una<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">ruina orgánica. La
imagen no se define entre ser un dibujo o una pintura, las manchas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">y los chorreones
líquidos contrastan con la precisión de algunos bordes, a veces hay<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">volumen y a veces solo
trazo; a esto se suma la ausencia de un fondo, solo hay blanco y una<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">cuadrícula que da una
noción de orden, de continuidad, de método, un contrapunto para<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">este inmenso y ominoso
manchón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">En la exposición se
pueden encontrar repasos escolares a la obra de Van Gogh o ejercicios<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">académicos sobre
Rembrandt, también emulaciones al método de zonas y detalles de los<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">retratos de Chuck Close,
y bocetos y pinturas sin figuras, todo un vademécum de experiencias<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">que sirven para
inventariar un lenguaje y que le dieron a la mano de Daniel Segura<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">firmeza y confianza para
lograr el estado físico que demandó hacer esta obra tan “entera”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">Si la patria del gesto
no basta, se le pueden sumar a esta obra singular de la serie Embozalados<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">otros relatos, por
ejemplo, que su gesto certero e intenso está ligado a un ojo agudo,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">penetrante; a una mirada
compleja, alimentada día a día. Daniel Segura hizo esta composición<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">inspirado en el siempre
vigilante sistema de seguridad de la universidad privada<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">donde él estudio arte.
En esta obra, que fue la pieza casi única que definió su proyecto de<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">grado, trabajo durante
un año y así la describió él mismo: “El “aparato” de vigilancia crea<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">desasosiego, ciertas
formas del miedo. Hay una tensión latente que pareciera siempre a<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">punto de explotar. El
bozal del perro es amenaza contenida. El perro es la cara más brutal<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">de la vigilancia privada
y pública. Al ser el perro un arma viva, nos remite a lo más descarnado<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">de la seguridad.” Es
claro, fidelidad a la vida antes que nada, a lo que Daniel Segura<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">vio día a día en la
universidad, pero una vez comenzó a trabajar en esta pieza fue la fidelidad<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">a la imagen lo que
primó, y así creó una pieza poderosa que no para de inquietar, que<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">resulta aun más
monstruosa en su impavidez, en lo que oculta el bozal, en su expresiva<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;">forma pero remota
austeridad, en la mirada frente a frente, entera, con el animal.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: text1;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDpX8HNQIb5porTYtGlynR4TgkxRI2HY02UXhDg8iE3qRciIySYEm6x79zszL-Umc0soV1-q_cNgmnD8XexX6EBjJV5epKwCTDNySP2esDEXAcOvL18CExk-LAzxzGezZgEuqhkTFVKtI/s1600/Daniel+Segura+-+Sala+de+Proyectos_Page_1.jpg" imageanchor="1" style="font-family: -webkit-standard; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDpX8HNQIb5porTYtGlynR4TgkxRI2HY02UXhDg8iE3qRciIySYEm6x79zszL-Umc0soV1-q_cNgmnD8XexX6EBjJV5epKwCTDNySP2esDEXAcOvL18CExk-LAzxzGezZgEuqhkTFVKtI/s640/Daniel+Segura+-+Sala+de+Proyectos_Page_1.jpg" width="640" /></a></span></div>
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-52031458110174889362016-08-21T14:21:00.001-07:002018-02-02T08:03:00.303-08:00Respuesta a Piedad Bonnet<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 19px;">Respuesta a Piedad Bonnet:</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 19px;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
http://www.elespectador.com/opinion/historia-de-un-oprobio</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Fui alumno de Piedad Bonnet en la
Universidad de los Andes, y luego,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cuando volví como profesor, su hijo Daniel estuvo en varios de los cursos
que doy. Durante un año fui su asesor del proyecto final de grado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Cuando supe del suicidio de Daniel lo
primero que hice fue buscar la información que tenía sobre él en un computador.
Lo que encontré —textos de clases, diseños, borradores— se lo envié a Piedad
Bonnet y me sumé al apoyo que varias personas le estaban dando desde la universidad.
Parte de ese apoyo fue organizar una exposición sobre el trabajo de Daniel Segura
en la Sala de Proyectos del Departamento de Arte. Trabajé hombro a hombro con
Piedad Bonnet para escoger las obras y luego me dediqué al montaje de la
muestra. Programé una visita guiada a la exposición, pues me parecía importante
que otros estudiantes pudieran conocer su historia. Escribí el texto curatorial
y antes de publicarlo se lo envié a Piedad, ella le hizo algunas anotaciones de
forma y me recordó su labor como profesora, lo que aprendí de ella, en especial
en el Taller Literario donde me regaló a Salinger, Carver, Dinesen y a tantos
otros autores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">En su momento también escribí un texto para
la revista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Arcadia</i>, por pedido de la
directora, sobre Daniel, sobre su labor como artista. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Las imágenes de la exposición y un
video de la visita guiada pueden ser vistos aquí:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Pinturas
y dibujos / Daniel Segura Bonnet (1983-2011) <br />
</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;"><a href="https://saladeproyectos.uniandes.edu.co/pinturas-y-dibujos-daniel-segura-bonnet-1983-2011/">https://saladeproyectos.uniandes.edu.co/pinturas-y-dibujos-daniel-segura-bonnet-1983-2011/</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Y el texto que escribí para <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Arcadia</i> acá:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Retrato
del artista adolescente</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;"><br />
<a href="http://www.revistaarcadia.com/arte/articulo/retrato-del-artista-universitario/28606">http://www.revistaarcadia.com/arte/articulo/retrato-del-artista-universitario/28606</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Después de esto no volví a ver a Piedad
Bonnet, pero cuando publicó <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lo que no
tiene nombre</i> lo leí y la seguí leyendo en las entrevistas que daba sobre el
libro, sobre su intento de comprender el suicidio de su hijo y sobre ese
rompecabezas que ahora, con la publicación de su relato, estaba expuesto en lo
público.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">A comienzos del semestre pasado, en un
curso de Arte y cine, donde los estudiantes ven películas y escriben textos
breves que tienen la contingencia de poder ser publicados en hojas y en un blog
público del curso, un texto llamó mi atención. Era sobre Daniel. Había sido escrito
en reacción a la película <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Harold y Maude</i>
de Hal Ashby, una película difícil de clasificar, donde un adolecente finge una
y otra vez su suicidio, pues vive en un entorno de élite de valores y mensajes
muertos. El registro de la película pasa de lo macabro a lo jovial, cuando el
joven conoce a una anciana vital que le muestra un mundo que cambia su
percepción de la vida y un nuevo juego de valores donde la representación
tendrá otro registro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">El texto sobre Daniel daba cuenta del
matoneo a un profesor por parte de un grupo de estudiantes en un salón de clase
de un colegio. Cuando leí el texto mi sensación fue de compasión por Daniel en
su rol de profesor. Por un momento pude estar ahí, en ese salón, ante esa
crueldad. Luego de leerlo pensé que esta podía ser una escena más del libro. Por
supuesto, no compartía el tono del texto, ni la posición del que escribía, pero
el relato me ayudaba a comprender aún más a Daniel, y sobre todo al artista que
conocí, y que más adelante, al momento de iniciar un posgrado en Nueva York,
tomó la decisión de hacer una Maestría en Administración con énfasis en Arte,
una decisión alimentada, en parte, por su temor a la escasez, como lo señala
Piedad Bonnet en su libro: “Ya nadie compra pintura, mamá, me decía. ¿De qué
voy a vivir?”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">El texto me mostraba que Daniel, en uno
de sus intentos por ganarse la vida, había tenido una experiencia agria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Le envié el texto a Piedad, le comenté
que estaba escrito en reacción a esa película, y que su contenido era
“agridulce”. Ella me respondió con un mensaje corto en que me decía que ya nada
podía hacerle daño. Unos días después supe que Piedad iba a enviar una carta
oficial a la universidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Intenté disculparme por correo. En los
mensajes que envié a Piedad le decía que ahora, con su reacción, me daba cuenta
que había sido un error enviar ese correo así, y que había leído ese texto
desde otra orilla, desde el lugar del profesor de Daniel, del que hizo una
exposición sobre él como estudiante y como artista, como lector del libro, como
alguien que había contribuido y quería seguir sumando elementos a esta
narración. Sin embargo, le dije, comprendía que había sido impulsivo, que no
había calculado la lectura de mi mensaje o del texto a la luz de otras interpretaciones.
Le dije que </span><span style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">si hubiera sabido que iba a enturbiar la buena
relación que tenía con ella, sobre todo luego de la experiencia feliz que fue
hacer la exposición, no lo habría enviado. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Le
dije que lo sentía y le pedí disculpas. Piedad Bonnet me señaló que se rehusaba
a hablar conmigo y que ya había escogido un camino de acción.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">En la página 100 del libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lo que no tiene nombre</i>, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Piedad Bonnet dice:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">“Mi primera reacción después de la
muerte de Daniel ha sido tratar de comprender. Los que están a mi lado, tal vez
más sabiamente que yo, se contentan con aceptar. Así es. Fue. Sucedió. Fue la
enfermedad, dicen. Pero yo sé que había algo más allá del trastorno: una
lucidez suficiente como para querer morir. Quisiera poder saber —aunque no sé
bien para qué— cuánto duró su vacilación, de qué magnitud fue su sufrimiento,
qué opciones contempló, cuándo empezó a estrecharse el cerco.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Y, en la página 101, cierra la idea: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">“A partir de ahí, en un intento por
comprender cómo se tejió la red de eventos que terminaron por lanzarlo a la
muerte, trato de guiarme a través del laberinto aferrada al hilo de las últimas
decisiones de Daniel. Y el rompecabezas se va armando ante mis ojos, aunque
desde ya puedo anticipar que quedaran faltando algunas piezas”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Todos queremos comprender qué pasó, ver
ese rompecabezas que Piedad Bonnet nos ha compartido y ver cómo podemos sumar
otras piezas para tener una imagen más completa de Daniel y de nosotros mismos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">Lamento el dolor que le pude haber
causado con mi acto a Piedad Bonnet, me dejé llevar por la persona que he visto
a través de sus cursos, del libro y las entrevistas sobre Daniel, ahora
comprendo que no la conozco lo suficiente como para entender el efecto que iba
a tener mi mensaje. Tampoco sé lo que es el dolor de perder un hijo. Una vez
más: lo siento.</span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;"><br /></span>
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt; mso-ascii-font-family: Cambria; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-hansi-font-family: Cambria;">* * *</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Posdata: </span><br />
<br />
<span lang="ES-TRAD">1. </span><span lang="ES-TRAD">(25/08/2016)</span><br />
<span lang="ES-TRAD">La Universidad de
los Andes, un espacio que he habitado por más de 18 años como estudiante y
profesor, me hizo un extenso señalamiento a través de un Comité Ad hoc. Para
estudiar el caso se siguieron las pautas que señala el reglamento y se
respetaron las garantías que da el Estatuto Profesoral de la Universidad. Luego
del proceso, el Comité me hizo un llamado de atención que coincide en varios
aspectos con mucho de lo discutido y planteado en estos días. Este llamado de atención no constituyó una falta disciplinaria (contrario a lo que luego se <a href="http://www.eltiempo.com/vida/educacion/pablo-navas-rector-de-uniandes-dice-que-hubo-sancion-en-caso-de-piedad-bonnett-35257" target="_blank">afirmó</a> en algunos medios). Lo que sigue son
algunos apartes de un texto que hago público para que sirva de guía y memoria
del aprendizaje que deja este incidente y que sirva de antecedente para sopesar mis futuras actuaciones en la universidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">“El Comité quiere señalar la necesidad de
que usted examine su comportamiento con respecto a los trabajos de los
estudiantes y la sensibilidad de terceras personas ante la información que
ellos contienen. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">En primer lugar, usted utilizó sin
autorización información escrita por un estudiante en el ámbito de su clase; en
segundo término, decidió enviar dicha información a una tercera persona sin
tener en cuenta la natural reacción que ésta podría tener, dado el contenido
relacionado con un aspecto en extremo doloroso de su vida privada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">El Comité encuentra que usted puso por
encima de los derechos del estudiante, y de la sensibilidad de las personas, su
propia perspectiva sin ningún tipo de reflexión sobre las consecuencias que sus
actos podrían acarrear. En otras palabras, usted no fue consciente y sensible
ante los sentimientos de esas otras personas. Este Comité lo invita, por tanto,
a medir y valorar sus acciones. La libertad con el uso de la información y el
sentido público del arte que usted defiende, principios loables ambos, no son
absolutos. No están, en ningún caso, por encima de valores basados en el
respeto profundo que se debe tener por los demás. Tienen límites establecidos
por los derechos de las personas al buen uso de su producción académica, así
como por el necesario respeto a las sensibilidades y creencias de sus colegas.
Estos valores son fundamentales para la construcción de una sociedad más
tolerante, y respetuosa , en la cual las personas tengan la capacidad de
ponerse en el lugar de otras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">El Comité espera que situaciones como
esta no se vuelvan a presentar y que lo sucedido le sirva de lección, en el
marco de su crecimiento como profesor y persona solidaria y compasiva hacia
otras personas, principio básico de la convivencia en que su arte debe estar
comprometido. Así mismo, lo invita a que realice una reflexión profunda sobre
hasta dónde llegan las esferas pública y privada, para que sea tenida en cuenta
como insumo y regla de juego clara en futuros cursos que usted dicte.”</span><br />
<br />
<span lang="ES-TRAD">2. </span><span lang="ES-TRAD"><span lang="ES-TRAD">(2/01/2018)</span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzhGrWic-KgQuCi8VAKkkbkGq_6oEfM3QK5zu1grI09wBegOt5Ws8v1R3HIQgRzWOxL4e-Nec7lb1v6CMnG2mtBguEANbM5DbZ4su8wvb8TcyMcdPRSb7gc3AH5-aDr9V5Vulbv16qNYs/s1600/Burgos.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1440" data-original-width="1345" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzhGrWic-KgQuCi8VAKkkbkGq_6oEfM3QK5zu1grI09wBegOt5Ws8v1R3HIQgRzWOxL4e-Nec7lb1v6CMnG2mtBguEANbM5DbZ4su8wvb8TcyMcdPRSb7gc3AH5-aDr9V5Vulbv16qNYs/s640/Burgos.png" width="596" /></a></div>
<br />
3. <span lang="ES-TRAD"> </span><span lang="ES-TRAD"><span lang="ES-TRAD">(2/01/2018)</span></span><br />
<i>¿Linchamento público en nombre de la paz?</i><br />
<a href="https://www.vice.com/es_co/article/9b4e9z/lucas-ospina-piedad-bonnett-historia-oprobio-daniel-samper">https://www.vice.com/es_co/article/9b4e9z/lucas-ospina-piedad-bonnett-historia-oprobio-daniel-samper</a><a href="https://www.vice.com/es_co/article/9b4e9z/lucas-ospina-piedad-bonnett-historia-oprobio-daniel-samper" target="_blank">https://www.vice.com/es_co/article/9b4e9z/lucas-ospina-piedad-bonnett-historia-oprobio-daniel-samper</a><br />
<span lang="ES-TRAD"></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></div>
<!--[if gte mso 9]><xml>
<o:DocumentProperties>
<o:Revision>0</o:Revision>
<o:TotalTime>0</o:TotalTime>
<o:Pages>1</o:Pages>
<o:Words>409</o:Words>
<o:Characters>2250</o:Characters>
<o:Company>U. ANDES</o:Company>
<o:Lines>18</o:Lines>
<o:Paragraphs>5</o:Paragraphs>
<o:CharactersWithSpaces>2654</o:CharactersWithSpaces>
<o:Version>14.0</o:Version>
</o:DocumentProperties>
<o:OfficeDocumentSettings>
<o:AllowPNG/>
</o:OfficeDocumentSettings>
</xml><![endif]-->
<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:View>Normal</w:View>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves/>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:DoNotPromoteQF/>
<w:LidThemeOther>EN-US</w:LidThemeOther>
<w:LidThemeAsian>JA</w:LidThemeAsian>
<w:LidThemeComplexScript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:SnapToGridInCell/>
<w:WrapTextWithPunct/>
<w:UseAsianBreakRules/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:SplitPgBreakAndParaMark/>
<w:EnableOpenTypeKerning/>
<w:DontFlipMirrorIndents/>
<w:OverrideTableStyleHps/>
<w:UseFELayout/>
</w:Compatibility>
<m:mathPr>
<m:mathFont m:val="Cambria Math"/>
<m:brkBin m:val="before"/>
<m:brkBinSub m:val="--"/>
<m:smallFrac m:val="off"/>
<m:dispDef/>
<m:lMargin m:val="0"/>
<m:rMargin m:val="0"/>
<m:defJc m:val="centerGroup"/>
<m:wrapIndent m:val="1440"/>
<m:intLim m:val="subSup"/>
<m:naryLim m:val="undOvr"/>
</m:mathPr></w:WordDocument>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
DefSemiHidden="true" DefQFormat="false" DefPriority="99"
LatentStyleCount="276">
<w:LsdException Locked="false" Priority="0" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Normal"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="heading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="35" QFormat="true" Name="caption"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="10" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" Name="Default Paragraph Font"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" QFormat="true" Name="Body Text"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="11" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtitle"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="22" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Strong"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="20" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="59" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Table Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Placeholder Text"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="No Spacing"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Revision"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="34" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="List Paragraph"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="29" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="30" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="19" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="21" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="31" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="32" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="33" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Book Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="37" Name="Bibliography"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" QFormat="true" Name="TOC Heading"/>
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]-->
<!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-priority:99;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin:0cm;
mso-para-margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:Cambria;
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;}
</style>
<![endif]-->
<!--StartFragment-->
<!--EndFragment--><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</div>
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com54tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-13355589572603220172015-06-10T09:54:00.001-07:002015-06-10T09:54:19.197-07:00Charlie Hebdo es una mierda<div class="medium-size-text">
Se ha usado la palabra sátira para describir lo que hacían los artistas y escritores que trabajaban en la revista<em> Charlie Hebdo</em>. La palabra sátira ha resonado en cada mención noticiosa luego de la masacre del 7 de enero en París.</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
¿Qué hace la sátira? La sátira condena a
personas e instituciones por sus propias acciones, usa una expresión
pública y voluntaria y la convierte en crítica involuntaria. </div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
El satirista puede actuar de forma mínima,
repitiendo lo que otro ya ha dicho para que la ironía y el sarcasmo
surtan efecto, o también puede condimentar a gusto el traspiés del otro y
cocinar su burla en un caldero al que añade parodia, yuxtaposición,
comparación, analogía, ambigüedad y producir un potaje amargo cargado y
agresivo. El efecto no siempre es humorístico, la risa que genera la
sátira es más nerviosa que jovial, su crítica es corrosiva, tiene tintes
de autocrítica, es un humor purgativo que despierta buenos y malos
humores.</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
Otra de las características de la sátira es
que une al crítico con el objeto de su ataque, la unión no solo se da
por la invocación de lo ajeno bajo la apariencia de lo propio sino por
la temporalidad misma de la acción. La sátira responde al presente del
artista y luego, una vez la memoria se hace porosa y se desconocen las
claves que originaron la crítica, el acento militante del ironista se
desvanece, la sátira se desprende del ancla de la historia y la imagen
producida se abre a otras interpretaciones. Todo el que satiriza debe
aceptar estas circunstancias y reconocer que la permanencia de su obrar
esta atada a la fugacidad del objeto de su ataque, cuando el tiempo o la
pereza mental desconecten la realidad de la ironía, la imagen será un
envase listo para llenarlo con la interpretación de turno, incluso con
una carga de sentido adverso.</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
Algo así pasó en estos días cuando, tras los asesinatos de la plana mayor de <em>Charlie Hebdo</em>,
junto al eslogan tan solidario como sensiblero de “Je suis Charlie”, se
movió el contraeslogan de “Je ne suis pas Charlie”, con el que muchos
se resistían a la emotividad del consenso, reacios a darle un apoyo
irrestricto a una publicación a la que calificaban de racista. Como
ejemplo de racismo se mostraba una selección de portadas del semanario
en que algunas de las poblaciones minoritarias francesas eran
representadas con sus características físicas acentuadas y ataviados de
los prejuicios sociales más chambones y facilistas. </div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
Leigh Phillips, en su texto <em>Perdidos en la traducción: Charlie Hebdo, libertad de expresión y la izquierda mololingüe</em>,
intentó refutar estas afirmaciones y mostró cómo una de las portadas
más denunciadas, en la que salía una mujer de piel negra con un cuerpo
simiesco y la frase “Azul Congregación Racista”, representaba a la
Ministra de Justicia de Francia de índole socialista que hacía poco
había sido comparada con una foto de un primate por parte del Frente
Nacional. El juego de palabras correspondía a una traducción burlona del
eslogan de esa agrupación política de extrema derecha y al nombre de la
candidata que puntea las encuestas y podría ser la próxima jefe de
Estado francés (un juego con el <em>“Marine” de “Rassemblement Bleu Marine” y el “Jean Marine Le Pen”</em>). </div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
Phillips retomó más casos de crítica en los
que, por décadas, los artistas han satirizado todo tipo de ismos y
centró su atención en el lenguaje: en el análisis simplón, afanado y
mediocre de los grandes medios y la agenda cruzada a nivel geopolítico
en que el fascismo de diferentes vertientes intenta simplificarlo todo,
generar un choque de civilizaciones donde no lo hay, hablar de bárbaros y
civilizados, y ponerle un límite a la libertad de expresión: “La
libertad de expresión no es una chuchería liberal. Es la primera
libertad, de ella dependen todas las otras libertades”, cerraba
Phillips.</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
Por internet circula una sátira que satiriza una portada de <em>Charlie Hebdo</em>.
En ella vemos a Stéphane Charbonier, el editor en jefe asesinado, que
sostiene un ejemplar de su revista como escudo para intentar defenderse
contra balas que lo atraviesan. La imagen canibaliza una portada previa
del hebdomadario en la que un hombre, con un atuendo de musulmán,
intentaba usar el Corán como defensa ante las balas. La frase de la
portada original decía “El Corán es la mierda”, la frase de la sátira de
la sátira reza: “Charlie Hebdo es una mierda”. </div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
La sátira es un acto de amor hacia el
lenguaje, esta sátira de la sátira tal vez habría sido del agrado de
Charbonier, una puesta en abismo que los retrata bien a él y a sus
colegas. “No tengo hijos, esposa, carro o crédito. Esto puede sonar
pomposo pero prefiero morir parado que vivir de rodillas”, dijo el
editor. Lástima que ahora todos ellos no estén muertos de la risa.</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcSqixN9g4joZj7mSzcVfem1VHUNsqWycjZxQVEodLC1pCBifN7FeIhopHyVsYAJFBTKKM0WknayVhWl0JqGle0H2vOOxVMiaSjSth_9SmVaZiUpSBQPHKTGhjnJj__wprusIe64W3uv4/s1600/Twitter+-+Acreditata+a+jaime-ca.org.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcSqixN9g4joZj7mSzcVfem1VHUNsqWycjZxQVEodLC1pCBifN7FeIhopHyVsYAJFBTKKM0WknayVhWl0JqGle0H2vOOxVMiaSjSth_9SmVaZiUpSBQPHKTGhjnJj__wprusIe64W3uv4/s320/Twitter+-+Acreditata+a+jaime-ca.org.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-85130457616133804912015-06-03T05:36:00.003-07:002015-06-03T05:36:41.694-07:00El arte de soltar la presa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-glIidntdvuBJxgifuY8UnNUbg87WZHc_tDECODgE6euIh6hsztvP88fKlNoRXOQ6sL94VsCSoQ4rkHSA0iYseL0jVrZdaTgHCoFjaAQadC5z8JOg3BpcE7fSvqRB1kktSy0k_cI2KZU/s1600/550014_10151305895511627_1172823898_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-glIidntdvuBJxgifuY8UnNUbg87WZHc_tDECODgE6euIh6hsztvP88fKlNoRXOQ6sL94VsCSoQ4rkHSA0iYseL0jVrZdaTgHCoFjaAQadC5z8JOg3BpcE7fSvqRB1kktSy0k_cI2KZU/s320/550014_10151305895511627_1172823898_n.jpg" width="239" /></a></div>
<br />
Una pareja de artistas, Paulo Licona y Ana Rivera, descubrieron en sus
casas, y en las de sus amigos, un menaje variopinto de “chécheres, arte,
porcelana, libros, publicaciones y juguetes”. Para evitar las vicisitudes de todo acumulador compulsivo pensaron en
darle un mejor destino a la colección pasiva de estos minimuseos.
“¿Quién querrá estas cosas?”, se preguntaron.
<br />
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<br />
De octubre de 2012 a junio de 2013 alquilaron un espacio en el Mercado
de las Pulgas San Alejo, en el centro de Bogotá, y lo bautizaron
Mercadito y Mentidero, un “varieté de chucherías, en su mayoría de
carácter cultural”. La cercanía con el Museo de Arte Moderno de Bogotá y
el Museo Nacional resultaba insinuante. Mientras allá todo era
quietismo y solemnidad, ahí, en el espacio donde Licona y Rivera
parquearon su mercancía inspiradora, cada domingo pululaban alrededor de
15.000 viandantes ante una colección líquida que se liquidaba y
renovaba con inusitada celeridad.
<br />
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
Claro, el asunto no era solo mercantil, un negocio para hacer billete y
ver crecer el capital reputacional. La palabra mentidero invocaba otras
pautas para la empresa: “Sitio o lugar donde para conversar se junta la
gente ociosa”. El espacio fue rentable y tuvo una versión portátil que
viajó a otros lugares de la ciudad y del país, y justo cuando prometía
más posibilidades de expansión, cuando la fiesta no podía estar mejor,
el mentidero murió: “Nos cayó la Dian, Idartes nunca nos apoyó.
La Tate nos censuró y el ego de algunos de los artistas que apoyábamos
nos regaló una bella demanda que reposa en los anaqueles de la Fiscalía
[…] Oh, mercadillo vete de nosotros y quémate con toda tu basura
cultural, ya no más, se acabó, que de la cultura la mogolla no salió, no
más, no más, ni ayuditas, ni limosnas... Óigase: a nadie más vamos a
ayudar... piensen, piensen, piensen... […] y como dicen por ahí, al que
madruga (los domingos) Dios le ayuda... pura mierda... mierdita
cultural.”<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN27vtVXxbOrT91s9m9Z-4_rwlJDa7nJ2mWB-CxwXtmf0I6ckiLcDRw0tzbgFZxCGaX-fp35IbPe31S7YjyvSYZcYvUl_ANXzf1k1GkNM_Kby9-iES1YS_DMllWYLpjDr1LE18ABnzJU4/s1600/208936_564597390230803_1206286565_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN27vtVXxbOrT91s9m9Z-4_rwlJDa7nJ2mWB-CxwXtmf0I6ckiLcDRw0tzbgFZxCGaX-fp35IbPe31S7YjyvSYZcYvUl_ANXzf1k1GkNM_Kby9-iES1YS_DMllWYLpjDr1LE18ABnzJU4/s320/208936_564597390230803_1206286565_n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
Este año, Licona adaptó el comedor de su apartamento, en un edificio
viejo del centro de Bogotá, para hacer una versión gastronómica del
mentidero. Instaló una mesa de ping-pong para 12 comensales, bautizó su
experimento con el nombre del juego, y durante las veladas de varios
sábados ofreció cupos limitados para su banquete de bolitas comestibles.
La sucesión de platos y sabores exóticos era orquestada por la artista
Irene Trujillo y su equipo. Jugos de frutas, aguas tropicales, vinos y
cigarrillos hasta la sobremesa y la tertulia en la cocina para los
raspafiestas. Tras una decena de funciones, Ping-Pong terminó su
campeonato de forma intempestiva y triunfal.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFW5ilPyoiQwD3cj7aAKIqXMDkNwJUaGNl6Z1vZCdxvCXfZoMwef4JldW_CIr3NDPRWGZubKAOe-gHJwYm6esz5r9tVM8hsMLBhGFz3YSREabNi19iaawL8qFMrznekXGuz4GZxhk1UnI/s1600/Paulo+Licuona.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFW5ilPyoiQwD3cj7aAKIqXMDkNwJUaGNl6Z1vZCdxvCXfZoMwef4JldW_CIr3NDPRWGZubKAOe-gHJwYm6esz5r9tVM8hsMLBhGFz3YSREabNi19iaawL8qFMrznekXGuz4GZxhk1UnI/s320/Paulo+Licuona.jpg" width="240" /></a> <br />
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<br />
Los experimentos de Licona sirven para hablar de una pretendida disyuntiva entre un arte independiente y un arte institucional. En
el campo cultural es mucho lo que se habla sobre independencia e
institución, dos conceptos que se plantean como opuestos, pero que
comparten sábanas en una misma cama. Lo independiente depende
de lo institucional para seguir siendo “independiente”, y lo
institucional depende del lustre que le da lo independiente –“sangre
nueva”, conexión, apertura, novedad–, Este podría ser un falso problema,
pues basta con decir arte para que allí se acomode la institución.
Institución no es un edificio, una entidad o un ministerio, así como la
independencia tampoco está en librarse del horario oficinesco o en una
calculada y predecible pose de rebelde. La institucionalización la da el
espíritu de autoperpetuación, el temor al silencio así no se tenga ya
nada que decir. Licona y compañía han sabido hacerle el quite a la
sosera de un ambiente autosatisfecho –a la “mierdita cultural”–, han
privilegiado la imaginación sobre la corrección política, y se han
independizado de sus creaciones antes de que la dependencia los
transforme en administradores de la rutina de un lugar, los encierre en
la cárcel del estilo o les imponga un matrimonio por conveniencia.
<br />
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<br />
Valdría la pena recordar a Bartleby, el escribiente del cuento largo, o novela corta, de Herman Melville. Bartleby,
el copista eficiente, de un momento a otro se niega a seguir
escribiendo, ante cada llamado a la acción, responde: “Preferiría no
hacerlo”. Hay quienes ven en Bartleby a un apocado, un
perdedor, un ocioso, sin comprender que Melville construye un personaje
extremo, como cualquier artista, que cada vez que prefiere no hacer algo
–trabajar, votar, mudarse, amar, hablar y finalmente comer– se adentra
en un nuevo estadio más radical que el anterior.
<br />
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<br />
Y sí, es preferible no hacer, o no hacer más. Hay que saber cuándo es tiempo de soltar la presa. El arte es expresión, sí, pero ante todo autoconfrontación.
Iniciativas como el Mercadito y Mentidero y Ping Pong son las que hacen
falta, puestas en escena temerarias, que prefieran la muerte abrupta,
bella y sin condición al pasmo y la perpetuación de la normalidad.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGx5ijILW5gaofVJlCh3F7sWX96USwwmrBl2ldFJtHq0VLfE07QXhw0vsigSyZPEayNtYDXISf_Iua12pHsxQ6KCb3GtEAebPBFCc5tnqbbwHiUrd7AXjyp8mzjdlbwc3Gd2pjqKNYfgc/s1600/603088_10152520935115367_585831100_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGx5ijILW5gaofVJlCh3F7sWX96USwwmrBl2ldFJtHq0VLfE07QXhw0vsigSyZPEayNtYDXISf_Iua12pHsxQ6KCb3GtEAebPBFCc5tnqbbwHiUrd7AXjyp8mzjdlbwc3Gd2pjqKNYfgc/s320/603088_10152520935115367_585831100_n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
(Publicado en <i>Revista Arcadia</i> <a href="http://www.revistaarcadia.com/edicion/111" target="_blank">#111</a>) <br />
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-31470332922887240842015-06-03T05:23:00.001-07:002015-06-03T05:24:16.102-07:00Artistas y antiartistas<div align="justify" class="medium-size-text">
La imagen sesgada del
artista como chamán, paria, rebelde y soñador pasó a ser la de un sapito
encantado a la espera del beso del mercado laboral para convertirse en
el príncipe azul de las industrias creativas: constructor, ingeniero,
analista, experto en relaciones humanas, en comunicaciones, productor de
proyectos, diseñador, estratega, vendedor y hasta administrador. </div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
A todo eso se suma su
capacidad de adaptación: los artistas, más que nadie, son capaces de
trabajar en las más variadas labores y ámbitos, son versátiles,
visionarios, arriesgados, apasionados por lo que hacen. Además, son
maestros del doble sentido, de la ambigüedad, mientras la moda viene,
ellos ya han ido y vuelto, son cazadores de tendencias por excelencia, –<i>cool hunters</i> es el título con que los gradúan en el argot publicitario–. Son, para resumirlo, maestros del rebusque. </div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
Los artistas son los
llamados a revitalizar un cuerpo laboral anquilosado, un sector que
orbitó a la estela de los astros de Bill Gates o Steve Jobs, pero que no
logró eclipsar a sus ídolos y nunca pudo ir más allá del motor
empresarial del “think outside the box”. </div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
La carta del arte siempre ha
sido determinante para repensar la utopía: desde la cadena de
producción imitativa del estudio de Rubens hasta el mito creativo de la
Escuela de la Bauhaus; desde los experimentos del Black Mountain College
hasta la apertura de la Universidad Libre de Beuys y Böll; desde la
experiencia de Dewey hasta <i>El espectador emancipado</i>, de Rancière; desde el arte como pedagogía de Camnitzer hasta <i>El Elogio de la dificultad</i>, de Zuleta. El mercado logrará hacer realidad lo que todas las vanguardias artísticas apenas soñaron.</div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
En el pasado, el mercado liberó al arte de la Iglesia y del Estado, ahora el mercado será la vanguardia capaz de llevar la educación artística de la cuna a la escuela,
y de ahí a la empresa, la fábrica y la oficina. El supermercado humano
hará uso del artista, un artista que en vez de apelar a su talento, o al
crédito de un buen maestro, centrará todo su capital en actitud. Una
actitud de artista.<br />
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
Las bases para esta
deconstrucción profesional han sido bien edificadas a partir del cambio
de imagen que ha traído el “boom del arte” a cada escena cosmopolita. La
percepción de la figura del artista, en especial en las economías
emergentes, ha <i>progresado</i>. Los iconoclastas de antaño ahora son
íconos, sus ideas son “jingles” cargados de responsabilidad social,
usan la beneficencia y se dejan abusar (arborizarte, mariposearte). Y,
sobre todo, se portan bien: son dúctiles, pretenden no tener pretensión,
critican los problemas del mundo pero no critican –al menos en público–
al mundo. No muerden la mano que los alimenta y menos la de su
intermediario, sea institución, coleccionista, marchante, <i>dealer</i>, historiador o curador. </div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
Sin embargo, el arte solo puede servir al progreso, a la economía, a la sociedad, en la medida en que se sirve a sí mismo. Si acudimos a los artistas en busca de soluciones, encontraremos eso: soluciones, no arte. Para
el arte no hay soluciones, solo problemas, incluso, no hay problemas
por la sencilla razón de que no hay solución. Cuando un artista ofrece
una solución, lo único que está solucionando es su imagen de artista
como alguien que por fin ha encontrado su lugar en el mundo, una
posición que le gana un espacio en la sociedad, pero que lo pierde para
el arte. </div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
Hoy se confunde arte con
comunicación: se le suma ideología y resulta en propaganda, se le suma
mercado y deviene en publicidad, se le añade función y se torna en
diseño, se traduce en dinero y cuaja en negocio. Pero la fuerza del arte
no está en comunicar, está en su incomunicación. </div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
Es a este tipo de artista al
que busca el mercado en sus entrevistas laborales. Este artista
incomunicado es el único que puede encontrar nuevos lenguajes. Alguien así, conectado con su tiempo pero distanciado de su tiempo, es el único capaz de darle a la imagen lo que más falta le hace: imaginación. </div>
<br />
Nadie sabe para quién
trabaja. Ante este estado de euforia laboral y apetito por el arte,
habría que citar a un tal Marcel Duchamp: “Solo soy un respirador […] Solo soy perezoso”.<br />
<br />
(Publicado en <i>Revista Arcadia</i> <a href="http://www.revistaarcadia.com/edicion/110" target="_blank">#110</a>) Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-43076111151225181272015-06-03T05:21:00.002-07:002015-06-03T05:21:30.257-07:00El fin de la clase media en el arte
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/nascar.jpg"><img alt="nascar" class="alignnone size-large wp-image-69369" height="400" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/nascar.jpg?resize=600%2C400" width="600" /></a><br />
<br />
Dave Hickey, estadounidense, escritor de cuentos cortos, ensayista,
marchante atípico, profesor por defecto y crítico tempestuoso, <a href="http://observer.com/2012/10/dave-hickey-retiring-sort-of-interview/?show=all">anunció</a>
hace un par de años una suerte de retiro de toda actividad pública
relacionada con el mundo del arte. En una entrevista le preguntaron por
sus experiencias de más de medio siglo por universidades, galerías,
ferias, bienales y museos, y cuando le pidieron que describiera el mayor
cambio que había presenciado, Hickey respondió: “El cambio principal,
del que la gente no se ha dado cuenta, es que ya no hay una clase media
—hay una clase de cortesanos, que seríamos usted y yo—. Somos meseros
intelectuales para gente inmensamente rica. En consecuencia, comparado
con los ingresos de los coleccionistas actuales, el arte es más barato
que nunca: una compra que significaría mucho para una pareja de medianos
ingresos es nada para esta gente. Los coleccionistas no entienden la
geometría de la elevación de precios en el arte, espacialmente del arte
histórico. Ellos lo reinvierten todo muy pronto, lo que daña el mercado y
no les importa. Siempre quise vender arte de tal manera que el
coleccionista se lo llevara y dijera, “¡Por US$40.000!— ¡Y basta con
mirarlo!” Siempre tuve la esperanza de que podía haber alguna
transubstanciación del valor del dinero al valor del arte.”<br />
<br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/Byrne3_1.jpg"><img alt="Byrne3_1" class="alignnone size-large wp-image-69370" height="400" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/Byrne3_1.jpg?resize=400%2C400" width="400" /></a><br />
<br />
El cantante David Byrne, de la banda Talking Heads, se preguntaba en un artículo reciente: <a href="http://davidbyrne.com/i-dont-care-about-contemporary-art-anymore">“¿Ya no me interesa más el arte contemporáneo?”</a>,
y se respondía en la misma línea de Hickey: “No es noticia que el mundo
del arte está al servicio del 1% más millonario […] El desmembramiento
en curso de la clase media ha afectado mi modo de ver. Esto significa
que nadie, excepto los muy ricos, son el público objetivo para ver el
arte en las tiendas de las galerías: cualquier otro que piense que este
arte estaba a su alcance debe resignarse a desaparecer del espectro
económico […] Esto no necesariamente es una crítica a los artistas —es
más sobre cómo mi percepción ha cambiado.”<br />
<br />
<a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/Los-meseros-ES.jpg"><img alt="Los meseros ES" class="alignnone size-large wp-image-69384" height="324" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/Los-meseros-ES-600x324.jpg?resize=600%2C324" width="600" /></a><br />
<br />
Hickey y Byrne cantan desde el primer mundo una opereta a la desesperanza que acá, en Colombia, dados los <a href="http://arte.uniandes.edu.co/blog/bogota-capital-del-arte/">alcances del mercado</a>, apenas llega al nivel de <a href="http://esferapublica.org/nfblog/una-presentacion-formal-a-la-medida-preambulo-de-artbo-2014/">tuna folclórica</a>. En los extremos del <a href="http://esferapublica.org/nfblog/ferias-de-arte-la-transescena-del-arte/">espectro criollo</a> podríamos tener dos <em>hits</em>
económicos que, mal leídos, son síntomas de triunfo: el primero, la
compra reciente por más de $1200 millones de pesos que hizo el único
coleccionista pudiente del país a la artista mejor posicionada en el
escalafón de la inteligencia mundial: la “compra de tres unidades del
obra plegaria muda” por “US$686.560.400”, como reza en el <a href="http://www.banrep.gov.co/economia/dsbb/con_bys_sgcl_2013.pdf">informe de contratación de 2013</a>,
que hizo el Banco de la República a la Galería Alexander and Bonnin que
representa a nuestra Doris Salcedo en Nueva York. El segundo ejemplo
podría ser la Feria del Millón, una feria paralela a la Feria de Arte de
Bogotá, donde lo que importa es el precio: cada pieza expuesta “vale un
millón de pesos (o menos)”. En la versión del 2013, expuso 42 artistas
escogidos entre 365 solicitudes y se vendieron el 92% de las obras
exhibidas.<br />
<br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/PM-AB.jpg"><img alt="PM AB" class="alignnone size-large wp-image-69372" height="400" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/PM-AB.jpg?resize=363%2C400" width="363" /></a><br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/FM.jpg"><img alt="FM" class="alignnone size-large wp-image-69373" height="400" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/FM.jpg?resize=303%2C400" width="303" /></a><br />
<br />
En la mitad de ambos ejemplos está la inopia: unos cuantos
coleccionistas —dicen que son más o menos 25 en el país— que de vez en
cuando compran arte. Y lo compran dominados por un sexto sentido, por un
fervor errático y caprichoso que, más temprano que tarde, termina
convertido en un juego inaprensible y volátil. El mundo del arte es un
espejismo para inversionistas, es una isla, es el único espacio de la
tierra donde el dinero no sabe lo que compra y la incertidumbre misma
sobre el valor de lo real se convierte en experiencia.<br />
<br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/pacho.jpg"><img alt="pacho" class="alignnone size-large wp-image-69374" height="400" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/pacho.jpg?resize=600%2C400" width="600" /></a><br />
<br />
Mientras tanto para una masa ingente, y cada vez mayor de artistas,
de los más de 500 que salen egresados año a año de la universidad, el
modelo de negocios del arte —por más industrias culturales que le metan—
no funciona. A los artistas cachorros nadie parece haberles dicho que
el arte no es una profesión, que aparte de las becas estatales y de una
que otra migaja filantrópica, lo mejor es que se inventen una forma de
automecenazgo que los haga menos vulnerables a las <a href="http://lasillavacia.com/elblogueo/lospina/36469/la-fabula-de-artbo-arte-en-la-feria-del-poder">fluctuaciones sociales</a>
de un sistema económico aleatorio. El arte solo es negocio para el que
niega el ocio, el artista proclama el ocio, el negociante, en cambio,
todo lo convierte en trabajo y, por ende, en dinero.<br />
<br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/paisajistas-trabajando.jpg"><img alt="paisajistas trabajando" class="alignnone size-large wp-image-69376" height="400" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/paisajistas-trabajando.jpg?resize=474%2C400" width="474" /></a><br />
<br />
Pero el arte no es de ricos o de pobres, es algo que anda por ahí, es
de todos y es de nadie, es un espacio desclasado para los que se
atreven a hacerle el quite a la <a href="http://esferapublica.org/nfblog/manifiesto-curaduria-independiente-para-un-arte-independiente-jose-roca/">bancarrota vital</a>, que es lo que a final de cuentas marca el auge o el declive real de toda vida y toda escena.<br />
<br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/trabajar.jpg"><img alt="trabajar" class="alignnone size-large wp-image-69377" height="210" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/11/trabajar.jpg?resize=600%2C210" width="600" /></a><br />
<br />
(Publicado en <a href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/el-fin-de-la-clase-media-en-el-arte/39449">Revista Arcadia #108) </a>Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-55635693940303092392015-06-03T05:19:00.002-07:002015-06-03T05:19:29.377-07:00El documental como monumento<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicI1Vr-WmQLCMm2xGJfKC3En1B0U2c2L-J3rEZZbAyagLRxRCVH4WNAC1OwBJ6TI0LlgMloSa503YQ-jFP43OKrRX6raBZiVA5jS_Y0wWLq35fFbD-MT_YAtENUphJAy9PXawZFSeO2PM/s1600/39107_132224_1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicI1Vr-WmQLCMm2xGJfKC3En1B0U2c2L-J3rEZZbAyagLRxRCVH4WNAC1OwBJ6TI0LlgMloSa503YQ-jFP43OKrRX6raBZiVA5jS_Y0wWLq35fFbD-MT_YAtENUphJAy9PXawZFSeO2PM/s320/39107_132224_1.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
"La memoria es fascinante”,
le dice un hombre a otro, “mira este experimento psicológico. A un grupo
de personas se le enseña diez imágenes distintas de su infancia, nueve
de ellas son realmente de su infancia y una es falsa: un retrato trucado
de su imagen añadido a una feria que nunca visitaron. El 80 % se
reconoció en la imagen, asumió la foto como prueba de una experiencia
real. El 20 % restante no pudo recordarla. Los investigadores
insistieron, preguntaron de nuevo y esta vez las personas restantes
tuvieron un recuerdo del evento a partir de la imagen –“Fue un
maravilloso día en el parque con mis padres”–. Todos recordaron una
experiencia completamente fabricada. La memoria es dinámica. Está viva.
Si algún detalle se pierde, la memoria rellena los huecos con cosas que
nunca ocurrieron”.</div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
El diálogo está en <em></em><a href="http://www.revistaarcadia.com/cine/articulo/guerra-dolor-amor-fin-vida/22618"><em>Vals con Bashir </em>(2008), una película animada del israelí Ari Folman</a>.
El director comenzó el proyecto al darse cuenta de que no recordaba
pasajes enteros de algunas de las misiones en las que participó como
soldado durante la primera guerra con el Líbano, a principios de los
años ochenta. En su documental entrevista a otros soldados que sufren del mismo mal y entre todos ayudan a recomponer el pasado
buscando los detonantes que bloquearon la posibilidad de recordar. El
recurso de la animación produce un efecto extraño, la voz de los
personajes los hace emotivos, pero visualmente lucen mecánicos, una
suerte de zombis. Este distanciamiento intencional se comprende al final
de la película.</div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
En la última secuencia, en
minuto y medio, la película deja la animación y choca al espectador con
el documento periodístico de un suceso: el día después de una masacre,
el registro audiovisual de lo que sucedió del 16 al 18 de septiembre de
1982, cuando las milicias cristianas de Bashir Gemayel vengaron el
asesinato de su líder en los campos de refugiados palestinos de Sabra y
Shatila. En la zona, controlada por el ejército israelí, los altos
mandos de ese ejercito dieron ordenes dispares, entre ellas la de lanzar
bengalas durante toda la noche, un falso sol que les permitió a los
paramilitares consumar su genocidio: entre 762 y 3.500 civiles
asesinados.</div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
Folman da a entender que la
imagen de unas mujeres llorando por sus víctimas le produjo el estrés
postraumático que lo bloqueó. Él, como soldado, fue uno de los que, sin
saber bien qué sucedía, iluminaron la noche. El tratamiento que da
Folman a su película está lejos de ser un ejercicio narcisista de
autoría o de autosanación culposa. La distancia, la impavidez de la
animación, evita una identificación plena con él y otros de sus
antihéroes, un problema recurrente en tanta narración donde se impone un
personaje sobre los hechos y donde la sensiblería anestesia la
sensibilidad.</div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
Sí, la memoria es
fascinante, nunca estuvimos en Sabra y Shatila, pero ahora tenemos un
recuerdo vivo, ese minuto y medio de realidad sin velo pega fuerte, es
un shock de empatía con la situación y los familiares de las víctimas.
La emoción, provocada por un evento veraz o por un experimento
psicológico, siempre es real. Folman fabricó una película para insertar
ese momento humano a la locura, a la memoria, que está viva y es
dinámica.</div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
En Colombia, a raíz de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras de 2011, se establece el derecho a la memoria.
El recurso legal es la reparación simbólica, que consiste, en resumen,
en la creación de memoriales y monumentos, en otras palabras, el recurso
es el arte. La ley y sus actores tienen a la mano un arsenal estético
heredado de otras épocas: una placa, una estatua, una escultura o un
evento en un sitio público. La pieza puede invocar un aspecto literal de
lo que se quiere recordar, ser figurativa o abstracta, efímera o
concreta, pero más allá del lirismo, del concepto, o del alto turmequé
del artista, difícilmente podrá dar cuenta de la naturaleza compleja de
los hechos. Con el tiempo, estos monumentos a la memoria se convierten
en esfinges silenciosas que terminan de estaciones de peregrinaje o
sitios de turismo. Habría que recordarles a los legisladores que el arte
cuenta con otros medios, el cine, por ejemplo. </div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
Hay documentales que son monumentos por derecho propio<strong>.</strong> Están <em>Noche y niebla</em>, de Alain Resnais; <em>La isla de las flores</em>, de Jorge Furtado, y la dupla <em>El acto de matar</em> y <em>The Look of Killing</em>, de Joshua Oppenheimer. En Colombia pueden estar <em>Camilo, el cura guerrillero</em>, de Francisco Norden; <em>Chircales</em>, de Jorge y Marta Rodríguez; <em>El baile rojo</em>, de Yesid Campos; <em>La Toma</em>, de Miguel Salazar, y Robatierra, también de Salazar junto a Margarita Martínez; <em>Don Ca</em>, de Patricia Ayala; <em>Memorias del Calavero</em>, de Rubén Mendoza, y <em>Marmato</em>,
de Mark Grieko. Pero es mucho lo que falta por hacer y, si se trata de
justicia y reparación, mucho lo que nos queda por ver y oír para salir
de la anestesia y desmemoria. </div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
<br /></div>
<div align="justify" class="medium-size-text">
(Publicado en <i>Revista Arcadia</i> <a href="http://www.revistaarcadia.com/edicion/108" target="_blank">#108</a>) </div>
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-14396841331253030522015-06-03T05:15:00.001-07:002015-06-10T09:56:14.031-07:00Bavaria artistaLa cervecería Bavaria interiorizó la frase de “todo hombre es un
artista” y, montada en una ola de bohemia empresarial, lleva años
intentando <a href="http://www.elespectador.com/noticias/judicial/bavaria-pide-sus-botellas-sean-obras-de-arte-articulo-507518">registrar</a> ante el Estado sus envases como obras de arte.<br />
<br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/refajate.jpg"><img alt="refajate" class="alignnone size-large wp-image-68548" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/refajate.jpg?resize=585%2C400" height="400" width="585" /></a><br />
<br />
A mediados de los años 90 Bavaría Artista lo intentó con el envase de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=PO2zM7kYoyQ">Cola & Pola</a>,
la solicitud le fue negada, tal vez los funcionarios solo vieron ahí un
refajo malogrado de Arte & Mercadeo. Bavaria Artista ahora insiste,
ya llevó su caso al Consejo de Estado para conseguir aprobación estatal
y proteger sus obras de arte bajo el canon leonino del derecho de
autor.<br />
<br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/perfecta.jpg"><img alt="perfecta" class="alignnone wp-image-68549" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/perfecta.jpg?resize=455%2C632" height="632" width="455" /></a><br />
<br />
Bavaria Artista debería mostrar más seguridad en sí misma, dejar de
atrincherarse en los torcidos del derecho para conseguir gabelas y que
sean los usuarios los que degusten su producto. Bavaria Artista lleva
años diciendo que Club Colombia, su cerveza estelar, es “perfecta”, que
tiene “maestría cervecera” y que “las mejores cosas de la vida toman
tiempo”, y este autobombo etílico, de ser cierto, debería ser
suficiente, ¿O es que no es así? ¿Por qué para Bavaria Artista no le
basta con decir que hace arte o con registrar su marca y sus diseños?
¿La protección legal que pide se traducirá en ventajas tributarias o
solo le está apostando a aumentar con afán su capital cultural?<br />
<br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/agui.jpg"><img alt="agui" class="alignnone size-large wp-image-68552" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/agui.jpg?resize=534%2C400" height="400" width="534" /></a><br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/icono.jpg"><img alt="icono" class="alignnone wp-image-68553" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/icono.jpg?resize=535%2C328" height="328" width="535" /></a><br />
<br />
Bavaria Artista siempre está creando, y así como es ligera con la cerveza Aguila que conceptualiza en <a href="http://lasillavacia.com/elblogueo/lospina/26003/santos-goles-balas-culos-y-tetas">fútbol y tetas</a>,
con Club Colombia es solemne y le apunta a una obra maestra total. Club
Colombia es, según Bavaria Artista, el “símbolo de lo que somos” y,
como si se tratara de ingredientes, suma a su bebida seis valores <i>muy</i>
colombianos: “la herencia, la evolución, el progreso, la creatividad,
la cultura y la dedicación”. La botella tiene en relieve el mismo logo
simbólico que acompaña su etiqueta, un trazo indigenista. Según Bavaria
Artista basta con tocar esta botella “para reconocer toda la historia
que llevamos en nuestras manos”.<br />
<br />
<br />
<a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/textu.jpg"><img alt="textu" class="alignnone size-large wp-image-68551" src="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/textu.jpg?resize=600%2C353" height="353" width="600" /></a><br />
<a href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/1948+LEY+34+DE+1948.jpg"><img alt="1948+LEY+34+DE+1948" class="alignnone size-large wp-image-68556" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/1948+LEY+34+DE+1948.jpg?resize=279%2C400" height="400" width="279" /></a><br />
<br />
Bavaria Artista aquí no miente: a comienzos del siglo pasado, las
empresas cerveceras, en aras de lograr el monopolio de las bebidas
alcohólicas, atacaron a la chicha, la bebida artesanal heredada de los
indígenas, y amparadas por los ideales de evolución y progreso acabaron
con gran parte de la creatividad, la cultura y la dedicación que tenían
los fabricantes populares que se vieron perseguidos por la policía, las
autoridades y la iglesia. “La chicha embrutece, no tome bebidas
fermentadas”, decía la publicidad oficial impresa en las mismas máquinas
en que se hacían etiquetas de cerveza. Tiene la razón Bavaria Artista:
su obra de arte nos ayuda a “reconocer toda la historia que llevamos en
nuestras manos”.<br />
<br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/carteles2.jpg"><img alt="carteles2" class="alignnone size-large wp-image-68555" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/carteles2.jpg?resize=276%2C400" height="400" width="276" /></a><br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/bavaria1.jpg"><img alt="bavaria1" class="alignnone size-large wp-image-68554" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/bavaria1.jpg?resize=287%2C400" height="400" width="287" /></a><br />
<br />
El cinismo de Bavaria Artista se deja ver, sus cruces mercantiles dan
buena cuenta de esto. Basta con recordar el artilugio de la rifa de un
cuadro de Botero en la temporada navideña del 2006. Se dijo que había 50
tapas premiadas en envases de Club Colombia. Podían participar todos
los colombianos pero para Bavaria Artista hay unos colombianos más “Club
Colombia” que otros: una noche decembrina el dueño del Restaurante
Andrés Carne de Res se ufanó ante sus clientes de que una de las tapas
premiadas estaba en su local y se agotaron las provisiones hasta que un
corredor de bolsa la encontró. Al otro día algún resentido enguayabado
destapó la chapuza ante los medios. Se descubrió que Bavaría Artista
había sembrado 35 tapas en establecimientos afines a su idea de cliente
tipo “Club” . La empresa recibió una <a href="http://centrocedec.files.wordpress.com/2011/07/resolucion_247_2007.pdf">multa</a>
de 43 millones de pesos por publicidad engañosa, una nadería comparada
con las ganancias que trajo la venta de cerveza esa temporada.<br />
<br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/club-colombia-1.jpg"><img alt="club colombia-1" class="alignnone size-large wp-image-68557" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/club-colombia-1.jpg?resize=600%2C375" height="375" width="600" /></a><br />
<br />
La ambigüedad de Bavaria Artista está en su doble cara, la
bienpensante de los seis artistas jóvenes que la acompañan en sus videos
promocionales maquillando su logo en instalaciones de conceptualismo
naif. O la otra, la del carretazo leguleyo que se echan Bavaria Artista y
sus curadores para justificar su arte “Esta obra plasma el nivel de
reconocimiento, el orgullo patrio elaborado sobre el prestigio, el
perfeccionismo y el buen gusto, los cuales se pueden apreciar al
examinar las características de su forma: tiene un cuello corto, con
hombros altos que simbolizan el poder, con trazos suaves y ángulos
agudos que muestran su refinamiento”.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/-_dHOpO173o?list=UU_OUTkiHTPLcudczBjJpduA" width="560"></iframe>
<br />
Pero no hay que confiarse, hay que estar alerta ante los usos que el
arte exige, y el trabajo de Bavaria Artista se podría asemejar al de un
colega suyo que en 1961 produjo 90 pequeñas latas cilíndricas de metal.
Los recipientes iban sellados, se vendían por US$ 37 y hoy se subastan
por más de US$ 70.000. Las etiquetas, como las etiquetas de Bavaria
artista, tenían su truco, un letrero traducido en varios idiomas en que
el artista, Piero Manzoni, además de describir el contenido mercantil,
le daba un título a su obra: “Mierda de artista”.<br />
<br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/manzoni.jpg"><img alt="manzoni" class="alignnone size-large wp-image-68558" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/09/manzoni.jpg?resize=477%2C400" height="400" width="477" /></a><br />
<br />
(Publicado en <a href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/bavaria-artista/38477">Revista Arcadia #107</a>)Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-29825189275059137092015-06-03T05:11:00.001-07:002015-06-03T05:11:53.306-07:00La manzana envenenada de la cultura<br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/carpas.jpg"><img alt="carpas" class="alignnone size-large wp-image-68313" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/carpas.jpg?resize=600%2C392" height="392" width="600" /></a><br />
<br />
Hace poco, sobre la carrera tercera con calle 19, en pleno centro de
Bogotá, en medio de un lote inmenso y ruinoso, la Cinemateca Distrital
instaló carpas provisionales para <a href="http://www.idartes.gov.co/index.php/artesaudiovisuales-multimedia/582-imagenes/i-2014/2215-inauguracion-nueva-cinemateca-distrital">celebrar</a>
que ahí será construida su nueva sede, una promesa cultural con todos
los juguetes que se pueden comprar con una partida estatal de 23 mil
millones de pesos. Por una noche, el evento obligó a las ratas de la
zona a no merodear la esquina sur de su manzana envenenada.<br />
<br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Cine.jpg"><img alt="Cine" class="alignnone size-large wp-image-68314" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Cine.jpg?resize=600%2C386" height="386" width="600" /></a><br />
<br />
La velada tuvo un tinte cinematográfico, mientras en pantalla gigante
se proyectaban secuencias de películas colombianas, entre los
asistentes deambulaba un elenco de actores con atuendos peliculeros,
entre ellos, un Bolívar autócrata para <i>Bolívar Soy Yo</i> y un falso embajador hindú para <i>El Embajador de la India</i>. Faltó, sin embargo, dado el contexto de la locación, una película que destacó por su ausencia: <i>La Estrategia del Caracol</i>,
de Sergio Cabrera, y como extras para evocarla habría bastado con
invitar a los antiguos residentes de ese lote para que representaran el
mismo destino sufrido por los personajes de esa tragicomedia: ser
desahuciados.<br />
<br />
<a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Estra.jpg"><img alt="Estra" class="alignnone size-large wp-image-68315" src="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Estra.jpg?resize=600%2C326" height="326" width="600" /></a><br />
<br />
Las decenas de vecinos que residían en esa manzana fueron
interpelados en 2005 por funcionarios de un ente distrital, la ERU
(Empresa de Renovación Urbana), para notificarles sobre la expropiación
que estaba en curso para construir un inmenso centro cultural bajo el
auspicio del Gobierno de España y 300 unidades de vivienda. Los
habitantes se opusieron a una venta condicionada que devaluaba sus
predios y les daba a cambio sumas irrisorias por las inversiones de toda
una vida. Durante más de siete años los residentes demandaron a la ERU
por la irregularidad de los trámites de expropiación y por un avalúo que
no correspondía a la realidad, pero pudo más el acuerdo hecho con los
españoles y el poder de coacción estatal que los derechos individuales.<br />
<br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/CCE.jpg"><img alt="CCE" class="alignnone size-large wp-image-68312" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/CCE.jpg?resize=400%2C400" height="400" width="400" /></a><br />
<br />
El Distrito ganó el pleito y cuando en el 2011 el Gobierno de España
quebró e incumplió sus promesas, quedó claro que el comodín de la
cultura se había jugado solo para embellecer el naipe y que lo que
siempre estuvo detrás fue una jugada mercantil para favorecer los
indicadores de gestión de los <a href="http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-10924801">altos funcionarios</a> de la ERU y a los tahúres del truco inmobiliario.<br />
<br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/ERU.jpg"><img alt="ERU" class="alignnone size-large wp-image-68316" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/ERU.jpg?resize=600%2C337" height="337" width="600" /></a><br />
<br />
Hoy toda la manzana tiene un cerramiento metálico con años de parches
de pintura, consignas institucionales, pegotes comerciales y pintadas,
pero, adentro de este monumento a la gentrificación, hace pocas semanas
la constructora QBO y la promotora Convivienda comenzaron con la
construcción de <a href="http://www.qbo.co/proyectos/cityu.html">“City U”</a>,
un complejo tan desangelado como su nombre y que contará con tres altas
torres de cromo y vidrio, tan brillantes y trasparentes como opaca y
turbia ha sido la gestión del predio. El metro cuadrado se ha
multiplicado entre 10, 15 y 20 veces en relación al precio de
expropiación y la oferta ha gozado de gran <a href="http://blogdelrector.uniandes.edu.co/2013/12/02/un-proyecto-innovador/">acogida</a> comercial.<br />
<br />
<a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Horrender-CITY-U.jpg"><img alt="Horrender CITY U" class="alignnone size-large wp-image-68318" src="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Horrender-CITY-U.jpg?resize=553%2C400" height="400" width="553" /></a><br />
<br />
En <i>La Estrategia del Caracol</i> un grupo de inquilinos va a ser
desalojado de una gran casa marchita porque su propietario quiere hacer
pasar el inmueble por un bien de interés cultural para crear una
burbuja inmobiliaria, los residentes saben que la lucha está perdida
pero recurren a todo tipo de maromas para dilatar el proceso. Al final,
cuando los autoridades del Estado llegan al predio para dar la última
estocada se encuentran con un cascaron endeble que se derrumba y deja
ver el vacío: los habitantes se han llevado la casa a cuestas y solo han
dejado un mural con el croquis de la fachada y un mensaje digno de
despedida: <a href="https://www.youtube.com/watch?v=22apzNiMyj8">“Ahí tienen su hijueputa casa pintada”</a>.<br />
<br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/horrender.jpg"><img alt="horrender" class="alignnone size-large wp-image-68317" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/horrender.jpg?resize=600%2C400" height="400" width="600" /></a><br />
<br />
En medio de la inopia urbanística de las últimas alcaldadas, en la
manzana en cuestión una valla pantallera de la Bogotá Humana en
consorcio con “City U” anuncia: “Aquí empieza el renacer del centro de
Bogotá”. Las maquinaria se mueve diligente junto al set de una sala de
ventas. Mientras la realidad comercial avanza a su ritmo, la promesa
cultural sigue siendo solo promesa. El área de la muelita cultural de la
nueva Cinemateca Distrital está vacía, el concurso para su diseño
apenas comienza.<br />
<br />
<a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/renacer.jpg"><img alt="renacer" class="alignnone size-large wp-image-68319" src="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/renacer.jpg?resize=425%2C400" height="400" width="425" /></a><br />
<br />
Tal vez solo queda invocar la distopía que <a href="http://www.elperiodico.com.co/informe-especial/109-informe-especial/1136-el-centro-cultural-espanol-se-quedo-en-promesas-.html">escribió</a>
uno de los antiguos habitantes de esta zona cuando vio que, de la noche
a la mañana, su inmueble perdió el estatus de conservación
arquitectónica y le llegó la orden perentoria de abandonar su hogar: “he
sido expulsado de mi casa junto con los libros de la nutrida biblioteca
que, libro a libro, levanté a lo largo de la vida. Alguien debería
consignar ese hecho, como un punto más del programa <i>Bogotá capital mundial del libro</i>. Espero que en el futuro el horror sea patrimonio de la ficción y no de la realidad”. Las palabras son del escritor <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Jairo_An%C3%ADbal_Ni%C3%B1o">Jairo Aníbal Niño</a>,
un artista desahuciado por la promesa de cultura que no le dio tiempo
de idear su estrategia del caracol, dos años luego de escribirlas murió
en agosto de 2010.<br />
<br />
<br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/EP.jpg"><img alt="EP" class="alignnone size-large wp-image-68320" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/EP.jpg?resize=600%2C337" height="337" width="600" /></a><br />
<br />
(Publicado en Revista Arcadia #106)Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-7013059352766161412015-06-03T05:08:00.001-07:002015-06-03T05:08:48.645-07:00Arte y fútbol<div class="medium-size-text">
En 1972 se jugó un histórico partido de
fútbol entre Alemania y Grecia en el Olympiastadion, en los Olímpicos de
Múnich. Un video en Youtube reproduce esta guerra a muerte entre las
dos potencias y es narrado con el entusiasmo insufrible de un
comentarista deportivo. Los jugadores teutones salen del camerino
liderados por Hegel, su capitán. La alineación es un 4-2-4: “Leibniz en
la portería; defensa de cuatro con Kant, Hegel, Schopenhauer y
Schelling; adelante Schlegel, Wittgenstein, Nietzsche y Heidegger, y en
la mitad Beckenbauer y Jaspers. Beckenbauer, obvio, es una sorpresa
menor”.
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
Salen los togados del onceno helénico: “Y aquí vienen los griegos,
liderados por su veterano mediocampista, Heráclito (…) Como era de
esperar, es una alineación más defensiva: Platón en la portería,
Sócrates a la delantera, y Aristóteles como líbero (…), la inclusión de
Arquímedes es inusual.”
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
El árbitro camina por la línea central flanqueado por dos hombres de
negro con halos celestiales, se trata de Confucio y sus dos jueces de
línea, San Agustín y Santo Tomás de Aquino.
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
Hegel y Heráclito se dan la mano, el juez central pita. ¡Comienza el
partido! El balón, estático en el punto central de la grama, es ignorado
por todos los jugadores que en profunda contemplación deambulan
dispersos por el campo de juego. Nietzsche, a mitad del partido,
interpela al árbitro, lo acusa de no tener libre albedrío y recibe una
tarjeta amarilla (la tercera amonestación en cuatro partidos). Un
jugador rollizo, barbado y en sudadera calienta en la pista, es el
reemplazo de Wittgenstein. Se trata de Karl Marx, señal clara de que
Lutero, el director técnico, quiere revolucionar el medio campo. Marx
entra a la cancha y… nada pasa. La “esférica” no se ha movido.
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
A un minuto de finalizar la contienda, Arquímedes exclama “¡Eureka!” y
patea la pelota: “Arquímedes a Sócrates, Sócrates de nuevo a Arquímedes,
Arquímedes a Heráclito, dejan atrás a Hegel, Heráclito se proyecta,
viene al segundo palo, Sócrates está ahí, se adelanta, cabecea,
¡Sócrates marca el gol! Los griegos enloquecen […] los alemanes lo
disputan: Hegel sostiene que la realidad es simple y nada más que un <i>adjunto a priori de éticas non-naturalísticas</i>,
Kant mantiene —vía el imperativo categórico— que desde un postulado
ontológico la celebración solo existe en la imaginación y Marx afirma
que el gol se produjo en fuera de juego”. Se repite el gol desde otro
ángulo: Marx tiene razón, es ilegítimo, pero final, final, no va más,
Confucio da por terminado el partido. Grecia 1, Alemania 0.
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
El “Partido de fútbol para filósofos” es una pieza de los Monty Python,
una selección de cómicos británicos que tuvo una popular serie
televisiva. La secuencia pone a la par balompié y filosofía: el acto
intelectual, solitario y campanudo, se trenza con el acto físico de un
picadito gregario donde “el que piensa pierde” o donde la única forma de
marcar un gol es filosofar haciendo.</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/hReASuvB92U" width="420"></iframe>
<br />
<div class="medium-size-text">
<br />
Enfrentar arte y fútbol es invocar la caricatura, la religiosidad del
juego minimiza las interpretaciones solemnes de tanto artista que fatiga
el cliché —la excepción es el trabajo de unos artistas ninguneados: los
fotógrafos de prensa—. Pareciera que solo el que se toma el humor en
serio puede producir buenos resultados con el fútbol —recordar al
caricaturista Fontanarrosa—, una pauta de sentido y sensatez para
artistas ambiciosos tan inflados de toque-toque teórico y mercantil como
vacíos de experiencia en el terreno de juego. </div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
Hay, sin embargo, una obra cinematográfica que muestra un enfrentamiento
virtuoso, simétrico al partido de los filósofos aunque opuesto a su
ánimo. Se enfrentan el Real Madrid y el Villarreal por la liga española
el 17 de junio de 2004 en el estadio Santiago Bernabéu. La clave de la
filmación no está en el conjunto sino en un único jugador que, tenga o
no el balón, es seguido de forma continua por 17 cámaras a lo largo de
todo el juego.
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
</div>
<div class="medium-size-text">
<br /></div>
<div class="medium-size-text">
<i>Zidane, un retrato del siglo XXI</i>,
la película de Douglas Gordon y Phillippe Parreno, se centra en un solo
futbolista introspectivo que, acompasado por la devoción de la multitud
se abre a diagonales, horizontales, parábolas, triángulos y centros de
metafísica y absurdo. Zidane recibe y hace pases infraleves, juega
centros proféticos y hace paredes tan ilusorias que se hermana con
cualquier espectador que haya intuido que los instantes poéticos del
fútbol van más allá del gol.<br />
<br />
<br />
<br />
(Publicado en <i>Revista Arcadia</i> <a href="http://www.revistaarcadia.com/edicion/105" target="_blank">#105</a>) </div>
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-83311805373602409302015-06-03T05:04:00.001-07:002015-06-03T05:04:19.594-07:00Prohibir la palabra “arte”: entrevista a Antonio Caro<strong>¿Qué es el lobo?</strong><br />
La pequeña historia es que a mediados del 2012 me llegó una
convocatoria restringida, de esas que son para un pequeño grupo de
personas, de la Fundación de Arte Cisneros Fontanals, para hacer una
propuesta que incluía la venta de una obra por un precio determinado por
ellos. Yo me quedé digamos rumiando la cosa, que es un término de
pronto más sabio. Rumiando la cosa y dije: si lo logras ya quedas
clasificado en 20.000 dólares y eso es bueno, vender obras a 20.000
dólares es bueno, pero por un lado puedo quedar encasillado en vender a
20.000 dólares y de pronto a 25.000 y se supone que uno va progresando.<br />
<br />
<strong>Y es que las obras no bajan…</strong><br />
No, si bajan se desinfla la burbuja y que Dios nos proteja de que
esta burbuja no se rompa sino dentro de muchos años. Con la convocatoria
también vino un pajarito malicioso que me dijo: ¿y si no ganas? No
hagas cuentas tan alegres, tan poco es tan fácil llegar a vender a
20.000 dólares. Le di vueltas a la cosa y dije: quiero proponer la
edición de un libro. Yo sabía que si proponía una obra extensa o un
catálogo monográfico sobre mi obra iba perdiendo pero el tema de los
talleres yo sabía que clasificaba y finalmente clasificó. Llegó el
dinerito después de varios problemas administrativos increíble. Los
bancos viven del dinero pero que llegara la plática a mi bolsillo por
intermedio del banco fue bastante difícil, no por culpa mía sino del
banco y eso que era dinero legal. De razón que estamos tan avanzados en
Colombia. Es más fácil que llegue cierto dinero a que llegue el dinerito
honesto, lo digo por experiencia propia.<br />
<br />
<strong> <a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Bf0ARAJCAAAqXa5.jpg"><img alt="Bf0ARAJCAAAqXa5" class="alignnone size-large wp-image-68348" height="400" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Bf0ARAJCAAAqXa5.jpg?resize=329%2C400" width="329" /></a></strong><br />
<br />
<strong>Lo acaba de vivir…</strong><br />
Exacto. Pero bueno, comenzó todo a funcionar, me tocó sentarme a
escribir, a hacer acopio de material y ahí llega el amigo Santiago
Reyes, con quien hicimos un libro antes y casi desde el principio lo
integré al proyecto. Yo que soy zurdo puedo decir con toda la confianza
que él es mi mano izquierda. Cosas curiosas de la experiencia: Yo dije
¡Oh! Un libro con esta envergadura necesita de un editor, le golpeé la
puerta a uno o dos muy agradables y muy prestigiosos, que supuestamente
me quieren y son amigos míos y me dijeron: “tú no me sirves”. Después
entendí que el editor vive del mensajero, del porcentaje del diseñador,
del porcentaje del fotógrafo, del porcentaje del impresor y como yo no
ofrecía esos porcentajes pues yo no servía. Ya supe la realidad escueta
cuando un editor dice “tú no me sirves”. Afortunadamente Juan David
Giraldo, por cuestiones de la vida, pudo aceptar no mi contrato sino la
responsabilidad de ser el editor de mi libro y él aportó lo que aportan
los editores. Sé que lo hizo muy bien, con mucho cariño pero francamente
todavía no sé qué es lo que hace un editor. “El lobo” son tres partes.
Una parte escritos míos, que supuestamente es el eje del libro, una
parte de información visual sobre el taller en sí: tareas y situaciones.
Y finalmente una parte de documentos.<br />
<br />
<strong> <a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/antonios.jpg"><img alt="antonios" class="alignnone size-large wp-image-68349" height="304" src="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/antonios.jpg?resize=600%2C304" width="600" /></a></strong><br />
<br />
<strong>¿Cuál fue la iniciativa para hacer esos talleres a comienzos de los años 90?</strong><br />
Se dañó el reportaje porque me toca decir que la verdad y nada más
que la verdad: la mezquina necesidad. Yo ya no era tan joven pero
todavía alcanzaba a clasificar, no tenía dinero ni entradas y supe que
en el Banco de la Republica había un programa de talleres en toda
Colombia y que la gente que estaba montada en esos talleres le daban una
plática y los ponían a dictar talleres, pasaba bueno y si se portaba
bien le ofrecían uno más y otro más. Ante eso tan bueno tuve que
esforzarme mucho para saber cómo era la cosa y después de mucho trabajo
tuve un taller que si no recuerdo mal fue en Popayán.<br />
<br />
<strong>¿Tenía libertad para hacer el taller?</strong><br />
La libertad era absoluta, incluso la administrativa. Hablemos mal del
Banco en estos momentos ¿o no? ¿me quedaré sin contrato? En ese apoca
había mucha libertad. Había una partida para mis viáticos y una partida
para mis honorarios pero yo podía disponer de eso casi que a mi antojo,
por ejemplo todos mis colegas o compañeros de taller se quedaban en
hoteles buenos. Yo la primera vez me quedé en un ‘hotelucho’ y ahí
aprendí muchas cosas de la vida y pagué 15 días de estadía. El modelo de
los talleres es de 2 días, usted llega con su maletica al taller, da el
taller con la maletica al lado, esa noche se queda en un hotel
exclusivo y contratado por el banco, nada de ‘hoteluchos’, el banco no
puede dar una mala imagen, se queda en un hotel bueno en la ciudad y al
otro día usted salé con su maletica en la mano, entra al taller, la
tiene todo el tiempo con usted, termina el taller y por la noche se
regresa porque no hay hotel para dos noches. Antes era más fácil y para
mí era el equivalente del lema publicitario de esa época: “casa, carro y
beca”, porque paseaba, me quedaba un buen tiempo y hasta a veces volvía
a Bogotá con plática. Ya eso no es tan bueno.<br />
<br />
<strong> <a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/AntonioCaroTaller-header.jpg"><img alt="AntonioCaroTaller-header" class="alignnone size-full wp-image-68350" height="280" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/AntonioCaroTaller-header.jpg?resize=600%2C280" width="600" /></a></strong><br />
<br />
<strong>¿Usted que entiende por creatividad en los talleres?</strong><br />
Llevo 20 años en esto y sé que no sé dónde está la creatividad, sé
que no se unta, sé que depende de cada persona. Tengo una especulación
muy bonita de que la creatividad ha sido el motor del desarrollo de la
humanidad. Que se haya torcido no es culpa de la creatividad, pero si no
hubiera creatividad no estaríamos sentados y no estaría ese juguete de
la grabadora registrando. Es un concepto muy amplio, o muy básico, el de
la creatividad pero en el taller, por fortuna, han salido de casualidad
axiomas. Uno muy bonito es el siguiente: el arte necesita de la
creatividad pero la creatividad no necesita del arte.<br />
<br />
<strong>¿Eso es algo colectivo, suyo o alguien lo dijo? </strong><br />
No, no. Yo creo que alguna vez fue mío, pero ya no sé, ahora solo es algo que anda por ahí.<br />
<br />
<strong>¿Qué hacen en esos talleres?</strong><br />
Hay una palabra que tiene muchas letras y muchas silabas pero creo
que resume la filosofía del taller: DI-NA-MI-ZA-CIÓN. Me tocó irla
usando por el camino, dinamización de la creatividad, dinamizar la
creatividad en un grupo de personas. Lo que yo manejo son mis
elementales conocimientos sobre el diseño básico. Un ejercicio es que
traigan una composición —se trata de evitar términos muy complejos—,
donde haya fondo y figuras. Nos pasamos un buen tiempo discutiendo sobre
qué es fondo. Puede ser fondo musical, puede ser el Fondo Monetario
Internacional, pero en este caso es un papelito donde encima se le pegan
cosas.<br />
<br />
<strong>¿Y eso le funciona, usted lo ha probado en muchos lugares y con muchas personas? </strong><br />
Si, generalmente tengo la táctica de utilizar lo que llaman los
colores complementarios, nunca les digo a ellos que son colores
complementarios, pero sí funciona porque al otro día me dicen: “¡Me
pegué una mareada haciendo eso!”. Es por la fuerza de contraste de los
colores.<br />
<br />
<strong>¿Qué piensa de la ignorancia en el arte? ¿De esa muletilla
trágica que usan muchas personas cuando dicen “es que yo no sé de arte”?</strong><br />
Hay dos aspectos ahí. Uno, el más fácil, es que yo prohíbo el
término, el concepto, incluso la palabra “arte” en el taller. Yo hecho
el cuento de que voy a poner un recipiente, un vasito y que cada vez que
una persona nombre la palabra “arte” o siquiera “artista” tiene que
pagar una multa y cuando el vasito esté lleno de dinero con eso vamos a
tomar una Coca-Cola o un tinto. Entonces de principio el concepto, la
idea o el mundo llamado arte esta proscrito del taller. Primero, como
para que no me salga un artista más fuerte que yo y me casque, y segundo
porque el arte tiene algo de subjetivo y si le damos solo al “a mi me
gusta”, uno como tallerista no puede hacer nada, o dice “a mi también” o
se calla y se va. En cambio, si se puede lograr objetividad, por
ejemplo, cuando en un ejercicio digo que la cantidad de blanco tiene que
ser la misma de negro y si hay una duda se saca una reglita, se mide y
ya. En aras de la objetividad se elimina el arte. Yo no soy Platón pero
puede ir por ahí la cosa.<br />
<br />
<strong>Y esa estrategia le ha funcionado…</strong><br />
Totalmente. Y por otro lado, yo partí desde la ignorancia, está en
varias de las anécdotas del libro. En la presentación de “El lobo” que
hicimos en la Luis Ángel salió una frase que creo que algunos educadores
pueden compartir: uno aprende enseñando, el corolario es que los pobres
estudiantes tienen que aguantarse el aprendizaje de uno.<br />
<br />
<strong>¿Cómo se presenta usted en esos talleres? </strong><br />
Yo me acojo a la intermediación de una entidad que dice este señor va
a dicar un taller. En algún sentido ellos como que me avalan. Sí tengo
un viejo truco en la presentación personal, que me parece es crucial en
el sentido de que uno debe lograr desde el comienzo lo que yo llamo
“autoridad moral”. Por qué un señor, como sucedió hace unos años en
Bogotá, sale de su oficina cansado y en lugar de irse a su casa a
descansar o a disfrutar en un espacio equis con amigos o a otro lugar,
va venir a un taller a escuchar a un bobo mal vestido que, además de
decirle estupideces, le va a poner una tarea que lo hace trasnochar.
Lograr que ese señor bien vestido y correcto salga de su oficina, camine
varias cuadras, llegue a un taller y esté ahí y vuelva al otro día,
sobretodo que vuelva al otro día, es lograr la autoridad moral. Creo que
eso es importante.<br />
<br />
<strong>¿Cómo se logra esa autoridad moral?</strong><br />
Mí táctica es llegar y decir yo soy Antonio Caro, nací en Bogotá en
1950. Hay muchas cosas que se sobreentienden cuando uno está en Bogotá o
en Medellín, en otros sitios toca ser más amplio, ingresé a la
Universidad Nacional en 1969. No pude hacer nada. Se van poniendo las
cartas sobre la mesa, o más bien quitando, yo quito cartas: nunca me
gradué, esa funciona. Comencé a hacer cosas de arte en tal época, en tal
momento, de eso no vamos a hablar y después paso a hablar de mi
personita, digo que musicalmente soy una tapia, que me gusta mucho
comer, que cuáles sitios hay por ahí para comer, que me gusta pasear y
que por eso también estoy por ahí y por eso no hago talleres en Bogotá,
porque allá no hay paseo. Después juego el albur de decir: contesto tres
preguntas que no sean tan íntimas y que no tengan que ver con el arte. A
veces salen preguntas agradables.<br />
<br />
<a href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/caro+.jpg"><img alt="caro+" class="alignnone size-large wp-image-68359" height="372" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/caro+.jpg?resize=600%2C372" width="600" /></a><br />
<br />
<strong>En “El lobo”, en muchos de los relatos sobre los talleres,
uno ve que usted se pone en juego y se negocia como educador. Maestro,
¿cómo asume usted la jerarquía del profesor?</strong><br />
Es que en el caso particular de los talleres, como son grupos
realmente muy heterogéneos, sobre todo en edad, dignidad y gobierno.
Ahoritica, en el último taller que hice, se me presentó un señor con
edad, dignidad y gobierno, mayor que mi persona. Todo un señor que
además era el papá de la persona que coordinó el taller. Un caso que era
inmanejable porque yo tenía que respetar y obedecer al señor, digamos
por su jerarquía. El señor ha sido el asistente más necio que yo he
tenido en mi vida, ni un cagonsito de 11 años ha sido tan necio como él y
afortunadamente nunca le peleé ni nada pero me hizo sufrir como nunca.
Está el aspecto humano y el aspecto de comportamiento o de conocimiento
que puede aportar un alumno. Yo creo que uno siempre debe ceder ante la
potencialidad de conocimiento. Es una cosa muy sencilla que a veces los
profesores olvidan, si yo sigo estorbando hasta el 2030 o el 2042 ya es
demasiado, pero el muchachito puede que pise el 2070, entonces eso de
estorbarle el futuro es muy complicado.<br />
<br />
<strong>Uno ve que a usted se negocia a sí mismo en cada taller…</strong><br />
Cambiamos entonces el terminacho de la “autoridad moral” que dijimos
hace un rato por el de lograr una buena negociación, eso me gusta mucho
con respecto al arte porque en el taller yo paso de agache, en cambio en
el arte siempre la cosa es pisando. Por eso me gusta el taller porque
me toca pasar de agache.<br />
<br />
<strong>¿Le han preguntado, por ejemplo, de qué vive un artista?</strong><br />
No se han atrevido.<br />
<br />
<a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/artista-colombiano-.jpg"><img alt="artista-colombiano-" class="alignnone size-large wp-image-68351" height="400" src="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/artista-colombiano-.jpg?resize=322%2C400" width="322" /></a><br />
<br />
<strong>Hablemos de la figura del artista. Sé que a usted alguna vez
lo detuvo la policia paraguaya en Asunción porque a pesar de decir que
era artista </strong><strong>“no tenía pinceles o elementos de pintura”…</strong><br />
Esa anécdota fue un poco más compleja, difícil. No me gusta mucho
hablar sobre eso. Hay muchos factores ahí cruzados, el básico es ser
colombiano.<br />
<br />
<strong>La policía estaba buscando a un supuesto enlace de las FARC… </strong><br />
Ese fui yo. Me pareció muy irónico. Por fortuna no llevaba conmigo el
artículo que escribió el artista y crítico Luis Camnitzer titulado
“Antonio Caro el Guerrillero Visual”. El papel aguanta todo pero que si
hubieran encontrado la revista donde se publicó eso, no estaríamos aquí
hablando.<br />
<br />
<strong>La policía dijo que usted tenía un mapa con la ubicación de una sede diplomática…</strong><br />
Si, iba a saludar a una persona en una galería y me hicieron un
pequeño croquis que resultó ser un plano subversivo porque pasaba por
enfrente de la Embajada de Japón.<br />
<br />
<strong>Sé que es una experiencia incomoda pero me interesa que
miremos qué hace usted con su “vida de artista”. Usted estudió arte pero
no se graduó, para ganarse la vida hace talleres, lo convocan a una
beca y se la gana…</strong><br />
Volvamos a Paraguay. A los ojos de un policía yo fui sospechoso. Me
vio sospechoso. Me dijo venga para acá. Me hizo una requisa exhaustiva.
Me hizo un interrogatorio en una comisaria cerca de la terminal de
transporte de Asunción. A los dos o tres días de detención, me volvió a
ver y fue todavía más intenso en sus cosas pero no tenía bases concretas
y me dejó ir. Luego, en alguna parte caí, y ahí si fue mucho más fuerte
la cosa, pero no quiero extenderme en eso. Mi apariencia es sospechosa,
sea o no artista. Yo tenía un pequeño recurso, que al final salvó la
situación, pero nunca dije en un principio que era un artista y que
venía a investigar. Yo era un NN vivo, todavía, pobre, que estaba
paseando, forastero en esa ciudad y mi estrategia era tener la boca
cerrada, no como acá que estoy hablando hasta por los ojos. Yo solo
decía: si, no, si, no.<br />
<br />
<strong>La policía decía que a usted le encontraron unos “</strong><strong>unos escritos que no estaban bien coordinados”…</strong><br />
Era un pequeño cuadernito de viajes con datos finalmente inconexos.
Lo único que sé cómo experiencia es que es de las situaciones más
difíciles en las que he estado en mi vida, en donde aprendí que estar
callado es lo mejor y si algo me salvó fue la relación con la cultura
porque yo cargaba una tarjetica del agregado cultural de Colombia en
Paraguay, ellos la tomaron, investigaron, él habló por mí y me salvó.<br />
<br />
<strong>El funcionario certificó que usted era un artista colombiano…</strong><br />
Sí. Conclusión: para algo sirve ser artista, creo que es la primera
vez en la vida que me ha servido para algo de verdad, verdad.<br />
<br />
<a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/ColombiaMarlboro.jpg"><img alt="ColombiaMarlboro" class="alignnone size-large wp-image-68353" height="400" src="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/ColombiaMarlboro.jpg?resize=276%2C400" width="276" /></a><br />
<br />
<strong>Otra experiencia que me interesa es su relación con el mundo
de la publicidad. En los ejercicios de los talleres usted habla de forma
y fondo, de signos y símbolos, de mensajes y enigmas. Cuando usted dejó
la universidad trabajó en publicidad. Desde la mera subsistencia y como
experiencia ¿qué le dio la publicidad?</strong><br />
Esa es una época de mi vida, todavía estaba medio joven, fue una agencia llamada <em>Leo Burnett</em>.
Aparte de conseguir lo de la papita creo que lo poquito que sé de
comunicación, o lo poquito que logro de comunicación, lo aprendí de una
agencia de publicidad. Usted hace un comercial de un jabón y ese
mensaje, como un misil, tiene que dar en el blanco, si no va a dar en el
blanco no hacen el misil, ni siquiera lo disparan. Todo lo que hace una
agencia de publicidad tiene que dar en el blanco, el blanco son las
personas. Entre paréntesis: el blanco, más que las personas, es la mente
de las personas y más que la mente es el deseo de las personas. Me
callo o si no me vuelvo el cínico más grande del mundo. Digamos, lo
único cierto —voy a hablar elusivamente—, es que de pronto eran pésimos
los comerciales que hice para jabón pero vendieron mucho jabón.<br />
<br />
<strong>¿Cómo creativo que rol tenía usted en esa campañas publicitarias? </strong><br />
Yo tuve una palanca que me puso en frente de un gerente y le dijo:
“meta a este loco”. Y el gerente le creyó al que me llevó y me dijo, muy
paternalista, bueno ¿usted qué quiere hacer? Tuve la magnífica idea de
decir yo quiero escribir. Si hubiera dicho yo quiero pintar, no
estaríamos hablando porque “ni chicha ni limona”, si hubiera revuelto lo
poquito visual que yo tenía, con lo gráfico de allá entonces no
habríamos hecho nada. Cuando dije que iba a escribir, era la época de
las máquinas de escribir mecánicas, yo ni siquiera sabía escribir a
máquina, ni siquiera a mano tampoco, pero ahí aprendí. Me fui por el
lado del texto y fui pasando al concepto publicitario.<br />
<br />
<strong>¿Por qué fue efectiva su publicidad para el jabón?</strong><br />
Es que eso lo miden y eso si no retribuye en ventas el cliente se va,
eso no es tan fácil. Jabón era una cuestión elusiva pero en una o dos
campañas estuve yo.<br />
<br />
<strong>¿En que punto se parecen los conceptos de la publicidad a los conceptos del arte?</strong><br />
Que me perdonen los diseñadores pero un problema de diseño es
realmente semejante, suavecito, semejante a un problema de publicidad.
El problema es específico, completo y externo a usted. Es que el jabón A
no se está vendiendo porque el jabón C es mejor y cuesta menos. Y si
una gente se está estrellando porque las flechitas en un edificio están
mal puestas, finalmente la culpa es de las flechitas y no del
arquitecto. La diferencia está en que los artistas nos inventamos
nuestros propios problemas, algo un poquito cercano a la esquizofrenia.<br />
<br />
<a href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Antonio+Caro.jpg"><img alt="Antonio+Caro" class="alignnone size-large wp-image-68357" height="400" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Antonio+Caro.jpg?resize=300%2C400" width="300" /></a><br />
<br />
<strong>Al</strong> <strong>ver el libro es claro su interés por el
problema de la tipografía, usted hace letreros. Su propia letra a mano
alzada está en la portada de “El lobo” ¿por qué le interesa esa relación
con lo tipográfico?</strong><br />
La pregunta suya de una manera muy tonta y muy elemental, me sitúa
como artista antiguo, y soy un artista antiguo, juguemos con esas
palabras. A algunos artistas antiguos les gustaba el paisaje, el
desnudo, el retrato, el bodegón. A mí, como soy tan bobo, aparte de la
literalidad y las palabras, y como las palabras son construidas con
letras, me fue interesando la tipografía y ha sido subyacente, uno de
mis elementos de trabajo. Encima está la literalidad y la palabra pero
por debajo estaría la tipografía. A otra gente le apasionan otras cosas,
lo que dice, pero a mí la tipografía. Y aquí le hago una cuña y le
cuento que sin haber llegado a un nivel profesional, yo tengo una letra
“o”. El alfabeto nuestro tiene muchas letras y muchas vocales pero yo
hice una “o” y algún día se la muestro, le puede interesar.<br />
<br />
<strong>Usted tiene una peculiar manera de <a href="http://www.citytv.com.co/videos/9312/">contar</a> el proceso de su obra <em>Colombia</em>,
un letrero rojo con blanco en que el nombre del país está escrito con
la tipografía de Coca-cola. En su versión usted privilegia el “cómo”
antes que favorecer el “qué” de la obra. Algo importante pues una manera
rápida de “consumir” o de explicar esa obra ha sido decir que se trata
de una crítica al imperialismo…</strong><br />
Usted está tocando un tema profundo. En ese momento [los años
setenta] había un ambiente saturado en Bogotá con lo del arte político.
Como datos históricos estaba Clemencia Lucena con una posición muy
definida sobre esa temática y estaba el Libro Rojo de Mao Zedong. Había
posiciones muy encontradas, actitudes, todas eran posiciones
maniqueistas y yo estaba, ahora con esta distancia lo puedo decir, yo
estaba sufriendo el problema y cuando se me ocurrió hacer esa solución,
digamos, visual, grafica o formal del “imperialismo es un tigre de
papel” me liberé de hacer algo correctamente político, algo fundamentado
y algo definido o nítido y eso. Era una consigna que decía textualmente
“el imperialismo es un tigre de papel” y yo hice, literalmente, un
tigre de papel. Yo no sé por qué la gente se puso con tanta bobada, no
tendrían mejor cosa que discutir y me atacaron, yo que no había hecho
nada sino poner muy bonita una frase, muy importante y literalmente
hacer un tigre de papel. A partir de esa expresión me liberé de lo
correctamente político y creo en esa libertad que tienen los artistas.<br />
<br />
<a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Imperialismo.jpg"><img alt="Imperialismo" class="alignnone size-large wp-image-68360" height="400" src="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/Imperialismo.jpg?resize=478%2C400" width="478" /></a><br />
<br />
<strong>Usted respondió al dogma con literalidad al decir esto es lo que es y no me obliguen a tomar una posición aquí o allá. </strong><br />
Su conversación se abre a muchas cosas, hablaba que no estoy a un
lado ni a otro, ni bailarín de una cosa o la otra, ni voz cantante ni
nada de eso. Hay una canción de salsa que dice “mi política no está ni a
la derecha ni a la izquierda de ninguna parte, está en el centro de un
tambor bien legal”. No voy a decir que soy el gran maestro ni el gran
artista, no lo voy a decir primero porque ya me estoy volviendo viejito,
pero de pronto esa es la gran paradoja del artista, poder decir
pendejadas y que se las crea, pero cuando se lo toman con solemnidad la
vaina va mal.<br />
<br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/sal.jpg"><img alt="sal" class="alignnone size-large wp-image-68358" height="372" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/sal.jpg?resize=600%2C372" width="600" /></a><br />
<br />
<strong>¿Cómo quisiera usted que se leyera lo que usted hace?</strong><br />
Bueno, yo como no tuve formación académica ni intelectual ni nada, sí
respeto mucho, —bueno cuando me gusta—, lo que escriben sobre mí. Una
anécdota es que cuando presenté mi primer trabajo en público, un señor
que se llamaba Juan Calzadilla, que era el jurado invitado venezolano,
dijo que lo mío era influencia del pop, que era la vertiente conceptual,
yo no sabía nada de eso, entonces si me ha servido de alimentación lo
que entre comillas sanamente han escrito sobre mi persona. No lo
desconozco, me ha servido para una retroalimentación. Bueno, la máquina
lo está grabando y ojala lo lean los jóvenes: es que realmente lo
importante en el fondo no es lo que uno ha hecho sino lo que uno puede
hacer. Yo de pronto, si la suerte me lo permite, puedo hacer alguna cosa
dentro de un año y puede que eso contradiga unos discursos, pero si lo
contradice es porque sirve.<br />
<br />
<strong>A veces el estilo es una cárcel… </strong><br />
Yo tengo una palabra más sofisticada porque he comido libros, y más
que estilo es el problema del discurso. Yo creo ahora que más o menos ya
tengo un discurso, y más o menos tengo posibilidades, no tengo ni el
mejor entrame ni el gran dinero, pero ya tengo posibilidades de hacer
cosas. El problema más difícil para mí, y creo que se puede generalizar,
es decir cosas que funcionen el día que se dicen. No estoy llamando la
atención sobre la novedad por la novedad, y sin hacer un llamado al
esnobismo, a la actualización, creo que lo más difícil para un artista
es decir cosas para el momento en que las está haciendo y las está
diciendo. Ese es el problema de la decadencia, cuando se comienza a
hacer muy bien las cosas. ¡Ay! ¡Una frase brillante! Me emocioné: “El
problema de la decadencia es comenzar a hacer las cosas que se hicieron
hace diez años mal, la decadencia es comenzar a hacerlas muy bien
ahora”. Eso es.<br />
<br />
<a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/caro-maco.jpg"><img alt="caro maco" class="alignnone size-large wp-image-68361" height="400" src="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/caro-maco.jpg?resize=282%2C400" width="282" /></a><br />
<br />
<strong>Usted a veces es elusivo cuando habla de su obra, pero cuando
hace preguntas en foros y encuentros o escribe críticas es directo y va
al punto, ¿cómo explica eso?</strong><br />
Hay dos facetas, una es, y voy a tratar de generalizar, la de la
persona que produce como artista y la otra es la actuación social como
artista. Juntas son igual de importantes, hacer buenas cosas pero
también tener un sentido ético. Estar en el sitio correcto, en el
momento correcto y a veces uno puede decir esto está mal o esto estuvo
mal y no tiene que ver con lo que uno está garrapateando, una vez lo
dije, ese es el verdadero performance artístico que me interesa, como él
o ella acepta un puesto o él o ella reacciona ante tal situación. No
las actuaciones momentáneas de los performancistas de ahora sino el
verdadero performance ético de los artistas, eso me interesa mucho.<br />
<br />
<strong>Más de una vez he visto como usted manda textos de críticas
al foro del portal esferapública.org sobre una situación o a una
institución y pone al final el sitio desde donde las escribe, y muchas
veces son sitios lejanos al ombligo de la capital. ¿Cómo ve usted este
mundo más allá de Bogotá?</strong><br />
A nivel anecdótico<strong>, </strong>en el año 1969, cuando llegué a
la sede principal de la Universidad Nacional, yo siempre había vivido
acá y lo interesante —lo interesante es lo más tonto—, yo descubrí al
país, porque en esa época en la universidad en Bogotá se daban
condiciones propicias para que gente de todo el país viniera a estudiar.
Aquí tenían bienestar, había cuartico y comida gratis para los
estudiantes de provincia que clasificaban en el examen y de donde venían
no había donde estudiar. Entre el porcentaje de ellos, entre horrorosa
comillas, de los llamados “provincianos”, pude conocer gente que venía
de otras partes del país y eso me fascinó. Creo que es de las
experiencias más importantes de haber estado en la Universidad Nacional.
Me enteré que había un país, que no era este circulito bogotano. Esto
me apasionó y me interesó, y tal vez una de las muletas para conocer el
arte, y casi para conocer el poquito mundo que conozco, ha sido el arte.
Otra frase ridícula: el arte pueden ser unas buenas muletas, gracias a
ellas he estado en Barranquilla, en Medellín, en Cali, hasta en Estados
Unidos. También, a nivel de anécdota, la primera vez que pedí la visa
para una visita cultural, como todo esta tan fríamente calculado, antes
de acercarme a la ventanilla ya no tenía la visa. Después hicieron toda
una vuelta en el Misterio de Cultura, gracias al señor Eduardo Serrano,
pongámole la cuña que fue él quien hizo la vuelta allá, cuando fui la
segunda vez, el cónsul o el funcionario ya sabía, “cuando vea a esa cosa
póngale la mejor visa”. En las malas y en las buenas para algo sirve el
arte, para librarme de la policía paraguaya y para conseguir visas.<br />
<br />
<a href="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/200909_1a_6b4146.jpg"><img alt="200909_1a_6b4146" class="alignnone size-large wp-image-68362" height="400" src="http://i2.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/200909_1a_6b4146.jpg?resize=550%2C400" width="550" /></a><br />
<br />
<strong>¿Para bien y para mal cómo ha cambiado Colombia desde su época en la Universidad Nacional y ahora?</strong><br />
¿Cómo es la cosa, lo crudo y lo cocido? Lo crudo es que hace un
poquito más de 40 años, yo tengo 63, de prácticamente haber votado en
todas las ocasiones en que tocaba votar y lo que me asombra, es que las
posiciones de izquierda han perdido puntaje en Colombia. Eso en mi época
era inconcebible, o por las armas o por la democracia dizque la
izquierda iba a triunfar. Eso es algo que a los que somos de esa época
nos hace pensar. Creo que incluso desde la evolución económica
(evolución es un piropo como decía un amigo), la evolución económica en
Colombia ha sido increíble, siempre ha existido el dogmatismo y cosas
maniqueas, entonces los costeños tomaban una cerveza que se producía en
la costa y los de la montaña tomábamos una cerveza que se producía en la
montaña. Llegó un momento en que la economía creció y resultó que el
dueño de la cerveza que se hacía en la costa era el mismo dueño de la
cerveza que se hacía en la montaña y ahora todos felices, porque los
dueños que creo que son unos sudafricanos. La evolución económica ha
sido muy amplia. No solo porque la juventud es bella, de cosas bonitas,
es que los jóvenes de ahora, por muchos factores, comenzando por sus
mismos padres que son de un sitio y de otro, sí son colombianos y tienen
muchas expectativas puestas en el exterior. Ahora el costeño más
costeño tiene cosas de Ipiales y el de Ipiales tiene algo de llanero y
muchos jóvenes conocen mucho país, creo que ya hay un buen promedio al
que puede llamarse juventud colombiana. Esto me parece muy positivo.<br />
<br />
<strong>Hablando de juventud, usted se viste de una manera juvenil.
Botas o tenis, bluyines, una camiseta, una mochila y una chaqueta para
el frío. Vi que incluso hizo una exposición de su colección de
camisetas. Pero más allá del uniforme, veo que este atuendo también
responde a llevar una vida económica, sin enseñoramientos…</strong><br />
Eso es muy concreto y ojalá lo escuchen los jóvenes. Se está
volviendo un poco una frase, se me olvida la palabra cuando uno dice lo
mismo, lo mismo y lo mismo —es que a veces se me van las palabras—.
Reiterativa<strong>, </strong>esa es la palabra<strong>. </strong>No,
pero es algo menos sofisticado, como un cliché, eso, un cliché o hasta
una cantoneria. Yo tengo realmente un nivel bajo de consumo aunque no
soy obrero uso botas de obrero porque duran más y uso camisetas que
entre otras cosas intento que siempre me las regalen. Para mi es más
fácil que yo me compre unos buenos pantalones, siempre uso bluyin, es
más fácil que yo adquiera otras cosas a que compre una camiseta, cuando
yo quiero una camiseta es algo muy extraordinario. A mí me regalan las
camisetas y los costos del uniforme se bajan sensiblemente. Pero creo
que es un bueno consejo para los jóvenes ahora que prácticamente el
desenvolvimiento artístico es muy equivalente al desenvolvimiento
comercial, pues si consumen menos en algún sentido van a necesitar menos
y eso les puede servir no para su propia apariencia ni para su imagen
pero para la obra de ellos, para su propia producción.<br />
<br />
<strong>En sus obras uno no solo ve que hay un eje económico sino que también son económicas en su producción…</strong><br />
Sí, yo no tenía muchos recursos. Entre otras cosas por no tener
recursos familiares no pude entrar a la Universidad de los Andes en la
época gloriosa de Luis Caballero y todos ellos. Entonces sí, mi arte fue
pobre, me tocó hacer cosas con materiales muy precarios y por eso fue
que me tocó pensar un poquito y tal vez eso me ayudó bastante.<br />
<br />
<strong>¿Qué tan traducibles son sus obras a otros países? </strong><br />
Yo alguna vez dije que pasando Ipiales desaparezco como artista, creo
que ni llegué a Paraguay. Si creo que son muy difíciles de traducir
aunque uan que hice con achote me funcionó en México, aunque por otro
lado mi apuesta de mercadeo, uno tiene sus cálculos hasta financieros,
mi apuesta de mercadeo es hacerme fuerte en Colombia.<br />
<br />
<a href="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/carojo.jpg"><img alt="carojo" class="alignnone size-large wp-image-68354" height="400" src="http://i0.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/carojo.jpg?resize=380%2C400" width="380" /></a><br />
<br />
<strong>¿Qué personas que usted haya conocido desde el arte y como
artistas, abandonaron el arte o no gozan del reconocimiento artístico
que merecen?</strong><br />
Su pregunta, más allá de un análisis o de una posición de un
estudioso, está teñida de cierta sensibilidad. Se la voy a responder
desde el lado de la sensibilidad o desde el lado de mi propia vida. Yo
tuve un amigo, incluso fuimos amigos desde el tiempo de los scouts, y
nos encontramos en la Universidad Nacional. Yo estaba un semestre
adelante que él, luego él me alcanzó porque yo fui peor estudiante que
él y alcanzamos a presentarnos, no con una obra en conjunto, pero en la
misma exposición llamada Nuevos Nombres allá en el Museo de Arte Moderno
cuando quedaba en el Planetario, época antigua. Hicimos una obra en
conjunto en la Bienal de Cali de dibujo y repartimos 3000 dibujos, él
hizo 1500 dibujos buenos, yo hice 1500 dibujitos, y los repartimos, los
regalamos. Por cosas de la vida en algún momento él desapareció;
desapareció es muy diferente a saber si está vivo o si no está vivo,
pero desapareció del mundo del arte, entonces un poquito de nobleza
obliga, tengo que decir su nombre, Jorge Posada. Él tiene una cercanía
muy estrecha conmigo. Jorge Posada Morris, para más claridad de los
investigadores.<br />
<br />
<strong>¿Usted ha seguido en contacto con él? </strong><br />
Dije desapareció, puede que esté vivo puede que no esté vivo. Y hay
otra persona que quiero nombrar y simplemente voy a decir su nombre:
Alicia Barney.<br />
<br />
<strong>Le hago estas preguntas porque usted, a pesar de estar
siempre en el presente y de gozar de reconocimientos fugaces, me parece
cercano a todos esos artistas que por cosas del destino desaparecen de
un momento a otro…</strong><br />
Yo no soy ningún erudito pero creo que fue Hearst, ese magnate de los
periódicos en Estados Unidos, el que dijo algo así: “El éxito es muy
fácil, solamente hay que tener talento, trabajo y suerte”.<br />
<br />
<a href="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/caro-pop.jpg"><img alt="caro pop" class="alignnone size-large wp-image-68352" height="400" src="http://i1.wp.com/esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/08/caro-pop.jpg?resize=437%2C400" width="437" /></a><br />
<br />
(Versión en extenso de una entrevista publicada en la <a href="http://www.revistaarcadia.com/impresa/portada/articulo/ahi-viene-el-lobo/37316">Revista Arcadia</a>)Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-18413021806065910132014-06-07T16:45:00.001-07:002014-06-07T17:21:39.240-07:00Oscar Murillo, la novelita mercantil<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Oscar-y-Tutina.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Oscar-y-Tutina.jpg"><img alt="Oscar y Tutina" class="alignnone size-large wp-image-67578" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Oscar-y-Tutina-600x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Oscar-y-Tutina-600x400.jpg" height="400" width="600" /></a><br />
<br />
Los
Ministerios de Cultura y Relaciones Exteriores no han tomado cartas
sobre el asunto. El Despacho de la Primera Dama de la Nación no se ha
manifestado. El <a data-mce-href="http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/felipe-restrepo-y-alberto-alberto-chehebar-se-refirieron-a-la-obra-de-oscar-murillo/20130902/oir/1962062.aspx" href="http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/felipe-restrepo-y-alberto-alberto-chehebar-se-refirieron-a-la-obra-de-oscar-murillo/20130902/oir/1962062.aspx">coleccionismo</a> nacional tampoco. Ni la <a data-mce-href="http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/el-maestro-jose-roca-comenta-sobre-las-obras-de-oscar-murillo/20131023/oir/2000370.aspx" href="http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/el-maestro-jose-roca-comenta-sobre-las-obras-de-oscar-murillo/20131023/oir/2000370.aspx">curaduría</a> o la <a data-mce-href="http://www.wradio.com.co/noticias/sociedad/leonardo-di-caprio-pago-400000-dolares-por-la-obra-del-colombiano-oscar-murillo/20130926/nota/1979891.aspx" href="http://www.wradio.com.co/noticias/sociedad/leonardo-di-caprio-pago-400000-dolares-por-la-obra-del-colombiano-oscar-murillo/20130926/nota/1979891.aspx">prensa</a>, en especial su máximo defensor, el popular comentarista Julio Sánchez, ni el mánager <a data-mce-href="http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=6916&pag=1" href="http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=6916&pag=1">Fernán Martínez</a>,
han movido sus hilos. A nadie en Colombia parece importarle el ataque
que ha sufrido el maestro vallecaucano Oscar Murillo, gloria y promesa
del arte nacional, por parte de la crítica estadounidense. Una vil
pareja de críticos de arte ha criticado —de forma negativa y con mal
gusto— la primera exposición individual del Maestro Murillo en la
Galería David Zwirner, en la ciudad de Nueva York.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Una-novela-mercantil-Facebook.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Una-novela-mercantil-Facebook.jpg"><img alt="Una novela mercantil - Facebook" class="alignnone size-large wp-image-67580" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Una-novela-mercantil-Facebook-582x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Una-novela-mercantil-Facebook-582x400.jpg" height="400" width="582" /></a><br />
<br />
Bajo el título de <i>Una novela mercantil</i>,
el Maestro Murillo, en asocio con Colombina, la empresa colombiana de
confites, importó trabajadores de la fábrica en La Paila y los puso a
laborar en la galería en una máquina que produce unidades de “Chocmelos”
(un pequeño malvavisco blanco cubierto de chocolate oscuro). El
producto se reparte gratis, se espera que el público lo distribuya y
que, según un <a data-mce-href="http://www.davidzwirner.com/exhibition/a-mercantile-novel/page/1/" href="http://www.davidzwirner.com/exhibition/a-mercantile-novel/page/1/">comunicado</a> de la galería, la obra refleje “los modos de transporte a través de Nueva York y la diversidad de sus comunidades”.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/6-Hand-in-Chocolates.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/6-Hand-in-Chocolates.jpg"><img alt="6--Hand-in-Chocolates" class="alignnone size-large wp-image-67586" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/6-Hand-in-Chocolates-534x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/6-Hand-in-Chocolates-534x400.jpg" height="400" width="534" /></a><br />
<br />
Los
críticos de arte se metieron donde nadie los ha invitado y vertieron su
mala leche sobre una obra que apenas está en proceso digestivo.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/img-saltz-and-smith_094215120790.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/img-saltz-and-smith_094215120790.jpg"><img alt="img-saltz-and-smith_094215120790" class="alignnone size-large wp-image-67579" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/img-saltz-and-smith_094215120790-400x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/img-saltz-and-smith_094215120790-400x400.jpg" height="400" width="400" /></a><br />
<br />
Jerry Saltz del New York Magazine es un crítico judío al que la revista ArtReview puso en el puesto <a data-mce-href="http://www.artnet.com/magazineus/features/saltz/ask-an-art-critic10-26-10.asp" href="http://www.artnet.com/magazineus/features/saltz/ask-an-art-critic10-26-10.asp">75</a>
de las 100 personas más poderosas del arte en el año 2009 (el mercado
ya corrigió esa anomalía y no ha vuelto al escalafón). Saltz <a data-mce-href="http://www.vulture.com/2014/05/saltz-on-oscar-murillos-candy-art.html" href="http://www.vulture.com/2014/05/saltz-on-oscar-murillos-candy-art.html">pontificó</a>:
“Oscar Murillo, el muchacho de 28 años que es el consentido del mercado
y que ha vendido piezas por casi medio millón de dólares, todavía hace
un trabajo de estudiante. […] No me interesan mucho sus pinturas casi
monocromas de retazos y manchones abstractos o su uso sabrosón de
composiciones con palabras en ellas, él tiene un lindo sentido de los
colores cálidos, un toque guapo y una ambición llena e inflada […] La
reputaciones se hacen antes de que el trabajo llegue a conocerse […]
puede estar actuando estratégicamente, con ligereza, o cautela, pero
Murillo ha optado por no exhibir pinturas en su primera exposición en
solitario en Nueva York. A cambio, tenemos una instalación ridícula,
derivada, triste, insípida y a una gran escala teatral. Un espectáculo
de mega-galería. […]. Es una pesadilla de arrogancia autocomplaciente.”<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/10308209_528621120579609_2773822439232164088_n.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/10308209_528621120579609_2773822439232164088_n.jpg"><img alt="10308209_528621120579609_2773822439232164088_n" class="alignnone size-large wp-image-67581" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/10308209_528621120579609_2773822439232164088_n-300x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/10308209_528621120579609_2773822439232164088_n-300x400.jpg" height="400" width="300" /></a><br />
<br />
Saltz
cuenta que llevó un “Chocmelo” a un editor de una publicación de
comida: “Como arte, seguro este proyecto ofrece un comentario y un
discernimiento que se me escapa. Como dulce, preferiría algo con un
acento más fuerte”, dijo el crítico gastronómico. “Chistoso”, concluye
Saltz, “esto es exactamente lo que estaba pensando sobre el arte.”<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/tumblr_m0zwtpNjFv1qg899vo1_500.gif" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/tumblr_m0zwtpNjFv1qg899vo1_500.gif"><img alt="tumblr_m0zwtpNjFv1qg899vo1_500" class="alignnone size-full wp-image-67582" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/tumblr_m0zwtpNjFv1qg899vo1_500.gif" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/tumblr_m0zwtpNjFv1qg899vo1_500.gif" height="206" width="500" /></a><br />
<br />
La otra crítica es de Roberta Smith del New York Times, esposa de Saltz (¡!), calificada por Art Review en el puesto <a data-mce-href="http://artreview.com/power_100/2010/" href="http://artreview.com/power_100/2010/">80</a>
en 2010 (y también negreada en listados recientes). La pareja comparte
cobijas para escribir sus panfletos y juega al policía bueno y al
policía malo. Smith <a data-mce-href="http://www.nytimes.com/2014/05/09/arts/design/oscar-murillo-a-mercantile-novel.html?_r=0" href="http://www.nytimes.com/2014/05/09/arts/design/oscar-murillo-a-mercantile-novel.html?_r=0">escribe</a>:
“El esfuerzo merece algo de crédito por exponer, con franqueza inusual y
resonancia, las brechas creadas por la raza, la clase y la nacionalidad
en una galería de arte, uno de los espacios más privilegiados del
mundo.”<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Murillo-2.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Murillo-2.jpg"><img alt="Murillo-2" class="alignnone size-large wp-image-67584" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Murillo-2-600x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/Murillo-2-600x400.jpg" height="400" width="600" /></a><br />
<br />
Sin
embargo, Smith muta en dominatrix y concluye: “Aunque de no ser así,
esto es solo una jugada astuta para frustrar expectativas —la
imprevisibilidad, después de todo, es una mercancía artística
apreciada—. Todo sigue siendo una salida fácil, cálida y difusa,
dirigida al mercado del arte. A medida que los pequeños paquetes de
caramelos se acumulan en la parte frontal de la galería, es probable que
un exceso similar de pinturas frescas de Murillo estén cambiando de
manos en la parte de atrás.”<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/fragil.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/fragil.jpg"><img alt="fragil" class="alignnone size-large wp-image-67590" data-mce-selected="1" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/fragil-250x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/fragil-250x400.jpg" data-wp-imgselect="1" height="400" width="250" /></a></div>
<br />
A este par de sicarios morales del arte no solo hay que prohibirles
pisar el suelo colombiano sino que es un deber con la Patria el
refutarlos. No hay que olvidar que la obra del Maestro Murillo es una
crítica a la pintura, al éxito, a la identidad, al <a data-mce-href="http://taboofart.com/2014/03/26/oscar-murillo-at-zwirner-nyc-and-villar-rojas-at-goodman-paris-social-tourism-for-the-rich/" href="http://taboofart.com/2014/03/26/oscar-murillo-at-zwirner-nyc-and-villar-rojas-at-goodman-paris-social-tourism-for-the-rich/">turismo social de los ricos</a>, al <a data-mce-href="http://abceconomia.co/2014/04/25/colombina-presente-en-el-a-mercantil-novel-de-new-yorl/" href="http://abceconomia.co/2014/04/25/colombina-presente-en-el-a-mercantil-novel-de-new-yorl/">mercantilísmo</a>, al <a data-mce-href="http://www.bloomberg.com/news/2013-09-18/oscar-murillo-mints-money-with-scribbles-dirt-food.html" href="http://www.bloomberg.com/news/2013-09-18/oscar-murillo-mints-money-with-scribbles-dirt-food.html">coleccionismo</a>, a los <a data-mce-href="http://www.newyorker.com/reporting/2013/12/02/131202fa_fact_paumgarten?currentPage=all" href="http://www.newyorker.com/reporting/2013/12/02/131202fa_fact_paumgarten?currentPage=all">12</a> empleados de relaciones públicas que trabajan para Zwirner, a la <a data-mce-href="http://historiacritica.uniandes.edu.co/view.php/528/index.php?id=528" href="http://historiacritica.uniandes.edu.co/view.php/528/index.php?id=528">explotación</a>
de los trabajadores vallecaucanos por parte de la industria azucarera
(y al exilio de algunos sindicalistas en el Reino Unido), al racismo
(los Chocmelos son negros por fuera pero blancos por dentro), a la “<a data-mce-href="http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/el-artista-oscar-murillo-se-refiere-proyecto-con-la-fundacion-menorah/20131101/oir/2006305.aspx" href="http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/el-artista-oscar-murillo-se-refiere-proyecto-con-la-fundacion-menorah/20131101/oir/2006305.aspx">comunidad</a> del arte” (una idea que el Maestro Murillo calificó en la Revista Bomb de <a data-mce-href="http://bombmagazine.org/article/6921/" href="http://bombmagazine.org/article/6921/">“pura mierda”</a>), a la <a data-mce-href="http://kaleidoscope-press.com/issue-contents/oscar-murillowords-by-isobel-harbison/" href="http://kaleidoscope-press.com/issue-contents/oscar-murillowords-by-isobel-harbison/">logorrea</a>
y a toda la historia del arte. Así de amplio es el espectro de esta
obra, a fin de cuentas, su arte es vida: es todo… y es nada.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/oscar-murillo.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/oscar-murillo.jpg"><img alt="oscar-murillo" class="alignnone size-large wp-image-67585" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/oscar-murillo-600x374.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/06/oscar-murillo-600x374.jpg" height="374" width="600" /></a><br />
<br />
(Publicado en <a data-mce-href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/la-novelita-mercantil-de-oscar-murillo/37347" href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/la-novelita-mercantil-de-oscar-murillo/37347">Revista Arcadia #104) </a>Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-90640241935791284222014-05-07T17:05:00.005-07:002014-05-07T17:05:42.234-07:00El arte en el acto de matar<a href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Captura-de-pantalla-2014-05-07-a-las-6.23.24-PM.png"><img alt="Captura de pantalla 2014-05-07 a las 6.23.24 PM" class="alignnone size-large wp-image-67123" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Captura-de-pantalla-2014-05-07-a-las-6.23.24-PM-600x374.png" height="374" width="600" /></a><br />
<br />
El mayor logro de <i>El acto de matar</i>, la película de Joshua Oppenheimer, pareciera ser la nominación al Oscar de este año. Nominada a “Mejor documental”, la obra recorrió la alfombra roja y se sumó a ese puñetazo televisado de glamour con que Hollywood le recuerda cada año al mundo su dominio sobre el multiplex mental de miles de millones de personas.<br />
<br />
<a href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/8f31e2e0-a2ad-11e3-938b-0d354453d0c7_86th-annual-academy-awards-backstage-20140303-062434-690-selfie.jpg"><img alt="8f31e2e0-a2ad-11e3-938b-0d354453d0c7_86th-annual-academy-awards-backstage-20140303-062434-690-selfie" class="alignnone wp-image-67117" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/8f31e2e0-a2ad-11e3-938b-0d354453d0c7_86th-annual-academy-awards-backstage-20140303-062434-690-selfie-600x337.jpg" height="341" width="608" /></a>
<i> </i><br />
<br />
<i>El acto de matar</i> no obtuvo el Oscar. Es una película fuerte. Algunas personas ven el corto promocional de dos minutos y eso les basta, otras ven las dos horas y cuarenta minutos y salen felices por comparación luego de la dosis de horror foráneo (en el país en que sucede la acción la película está prohibida).<br />
<br />
<a href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Captura-de-pantalla-2014-05-07-a-las-6.13.38-PM.png"><img alt="Captura de pantalla 2014-05-07 a las 6.13.38 PM" class="alignnone size-large wp-image-67118" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Captura-de-pantalla-2014-05-07-a-las-6.13.38-PM-600x374.png" height="374" width="600" /></a><br />
<br />
El comienzo, como en tantos documentales, es una parrafada de contexto: Indonesia, 1965, un golpe militar otorga al comunismo la categoría de enemigo y, con la ayuda directa de los gobiernos de Europa y Estados Unidos y, con el auspicio local de periodistas, políticos y hombres de negocios, más de un millón de “comunistas” son asesinados. El ejército usa paramilitares y gánsters para ejecutar las matanzas. Son ellos quienes ganaron la guerra, continúan hoy en el poder y persiguen a sus opositores. Los vencedores escriben con orgullo la Historia y el presente del país. En el documental son ellos mismos quienes escenifican las secuencias de la trama de sus memorias, actúan como víctimas y victimarios para mostrar qué hicieron y cómo, “la película sigue ese proceso y documenta sus consecuencias”. Sin pudor. Sin miedo (han pasado más de cuatro décadas desde que todo comenzó y los asesinos dicen que sus crímenes ya han proscrito).
En el documental no hay una sola imagen de archivo y solo vemos las creaciones de un trío de estos gánsters. El que más destaca es Anwar Congo que, además de asesino, trabajó en una sala de cine.<br />
<br />
<br />
<a href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Imagen-El-acto-de-matar.jpg"><img alt="Imagen El acto de matar" class="alignnone size-large wp-image-67119" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Imagen-El-acto-de-matar-600x334.jpg" height="334" width="600" /></a><br />
<br />
A la mitad de la película, Congo y su socio supervisan una escena en la que Congo hace de un hombre torturado del que solo queda su cabeza viva sobre un montículo de tierra. Su socio criminal, sobrevestido y maquillado de mujer, lo alimenta con pedazos de su cuerpo cercenado hasta provocarle nauseas. Congo, como actor y director, comenta: “Imagínate si la película termina con esta escena. La gente pensará que es mi mal karma. Pero si este es el principio, todas las cosas sádicas que hago después estarán justificadas por este sadismo. ¡Totalmente justificadas!” Su socio le dice que esto va contra la lógica lineal de la narrativa, Congo le dice que eso se soluciona con una elipsis, un “túnel de tiempo” en la edición.<br />
<br />
<a href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Captura-de-pantalla-2014-05-07-a-las-6.11.12-PM.png"><img alt="Captura de pantalla 2014-05-07 a las 6.11.12 PM" class="alignnone size-large wp-image-67120" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Captura-de-pantalla-2014-05-07-a-las-6.11.12-PM-600x374.png" height="374" width="600" /></a><br />
<br />
Al cruzar esta escena con algunas secuencias del final del documental se produce un efecto perturbador: Congo, más introspectivo, sufre de insomnio, sonríe menos, incluso ordena detener el rodaje de una secuencia donde lo van a estrangular con el mismo método que usó para asesinar a cientos de hombres. Vemos a Congo hastiado, asqueado, quiere vomitar. Uno puede pensar que el asesino está arrepentido y creer en el poder sanador del arte: memoria, catarsis y recuento han surtido su efecto: crimen y castigo, un final feliz que reconcilia.
Pero recordemos la escena del “túnel de tiempo”, ahí Congo da prueba fehaciente de conocer al detalle los efectos y afectos del arte. La cosa se vuelve compleja: ¿es Congo un artista que interpreta su arrepentimiento? ¿quién dirige a quién en esta película? ¿Oppenheimer a Congo o Congo a Oppenheimer? O ninguno de los dos y el karma del arte es algo más esquivo, tan esquivo como la verdad misma.<br />
<br />
<a href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Captura-de-pantalla-2014-05-07-a-las-6.11.38-PM.png"><img alt="Captura de pantalla 2014-05-07 a las 6.11.38 PM" class="alignnone size-large wp-image-67122" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Captura-de-pantalla-2014-05-07-a-las-6.11.38-PM-600x374.png" height="374" width="600" /></a><br />
<br />
Este es tal vez el mayor logro de esta obra masiva, ir más allá de un periodismo lírico satisfecho de crear monumentos solemnes o memoriales efímeros de indignación, “arte contemporáneo” que gracias a su fotogenia sirve de portada para sesudos libros académicos y decora nichos de conmiseración en apartamentos de lujo. El documental supera ese “efecto Guernica” que permite recrear una fecha o evocar un suceso para contribuir con su “granito de arena” a invocar el dolor del otro, un arte incapaz de mirar de frente a los ojos del lobo y que a cambio de complejidad solo ofrece íconos de didactismo moral y plegarias bienpensantes.<br />
<br />
<a href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Captura-de-pantalla-2014-05-07-a-las-6.11.35-PM.png"><img alt="Captura de pantalla 2014-05-07 a las 6.11.35 PM" class="alignnone size-large wp-image-67121" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/05/Captura-de-pantalla-2014-05-07-a-las-6.11.35-PM-600x374.png" height="374" width="600" /></a><br />
<br />
El acto de matar es terrible, es una gran mentira oscilante que representa verdades tan humanas como absurdas e inasibles. Algo habrá que aprenderle a esta obra en Colombia donde tanto arte quiere dar cuenta de lo que aquí se ha vivido.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="allowfullscreen" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/3tILiqotj7Y" width="560"></iframe><br />
<br />
(Publicado en <a href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/el-arte-en-el-acto-de-matar/36589">Revista Arcadia #103</a>)
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-45598453528873642392014-04-09T09:58:00.001-07:002014-04-09T09:58:19.907-07:00Contrato para vender obras de "arte político"<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/Lingote-de-oro-Marcel-Broodthaers.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/Lingote-de-oro-Marcel-Broodthaers.jpg"><img alt=""Lingote de oro" Marcel Broodthaers" class="alignnone size-large wp-image-66590" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/Lingote-de-oro-Marcel-Broodthaers-256x400.jpg" height="400" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/Lingote-de-oro-Marcel-Broodthaers-256x400.jpg" width="256" /></a><br />
<br data-mce-bogus="1" />
En
1971, durante la Feria de Arte de Colonia, el artista Marcel
Broodthaers quiso saldar la deuda del descalabro financiero del “Museo
de Arte Moderno” que había creado. En medio de la temporada de safari
del arte mercantil, Broodthaers ofertó un lingote de oro. La pieza,
junto a un certificado de autenticidad del curador (Broodthaers), se
vendía bajo un contrato financiero que fijaba el precio al doble de la
cotización del día y obligaba a pagar en efectivo.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/contrato-brood.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/contrato-brood.jpg"><img alt="contrato brood" class="alignnone size-large wp-image-66591" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/contrato-brood-600x390.jpg" height="390" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/contrato-brood-600x390.jpg" width="600" /></a><br />
<br />
En un <i>brochure</i>
informativo Broodthaers era entrevistado por un periodista indiferente
(¿el mismo Broodthaers?) que increpaba sobre la naturaleza ficticia del
museo y la transacción con el lingote. Broodthaers respondía: “Ficción o
realidad, no importa, se trata de un contrato lógico […] es una ficción
lógica”. Una fantasmagoría que prometía duplicar el precio del oro con
solo llamarlo arte. ¿Se habrá vendido la pieza? ¿Alguien habrá firmado
el contrato? Las respuestas son parte de la leyenda de Broodthaers pero
el gesto, su “ficción lógica”, permanece.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/exxon.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/exxon.jpg"><img alt="exxon" class="alignnone size-large wp-image-66598" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/exxon-391x400.jpg" height="400" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/exxon-391x400.jpg" width="391" /></a><br />
<br />
En 1975, la Casa Christie’s vendió en subasta seis placas metálicas grabadas con citas de mecenas del arte. La obra <i>Sobre el engrase social</i>
del artista Hans Haacke alcanzó los US$90.000 y triplicó el precio
base. La transacción fue peculiar porque estaba amparada por un contrato
instigado por el marchante Seth Siegelaub, pionero en “arte
conceptual”, y redactado por Bob Projansky, un abogado familiarizado con
la industria del arte.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/contractEN-copy.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/contractEN-copy.jpg"><img alt="contractEN copy" class="alignnone size-large wp-image-66599" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/contractEN-copy-44x400.jpg" height="400" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/contractEN-copy-44x400.jpg" width="44" /></a><br />
<br />
El
contrato se diseñó para favorecer a los artistas y sus beneficios van
desde garantizar un l5% en futuras ventas hasta poder asesorar y vetar
propuestas expositivas de la obra. Haacke recibió lo suyo pero a futuro
la iniciativa contractual resultó una traba comercial y otros artistas
que intentaron ser fieles a las cláusulas tuvieron que ceder para evitar
el veto. Solo celebridades conceptuales como Haacke, y uno que otro
ocioso con recursos para jugar a la ética, continuaron usando el
Contrato Projansky.<br />
<br />
La única regla del mercado del arte es que no
hay reglas, se puede hacer todo tipo de contratos: duplicar el precio
del oro, vender artesanía conceptual a precio de lingote o hacer
negocios redondos inflando Boteros al doble o triple de su precio
histórico (como <a data-mce-href="http://lasillavacia.com/elblogueo/blog/los-santos-boteros-46757" href="http://lasillavacia.com/elblogueo/blog/los-santos-boteros-46757">intentaron</a> hacerlo los Botero con el Presidente Santos en 2012).<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/fresco.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/fresco.jpg"><img alt="fresco" class="alignnone size-large wp-image-66602" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/fresco-400x400.jpg" height="400" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/04/fresco-400x400.jpg" width="400" /></a><br />
<br />
Es
arte: las cosas cuestan lo que las gentes —el ansioso, el amante, el
conocedor, el estratega, el marrano— estén dispuestas a pagar. Sin
embargo, a la luz de la casuística de Broodthaers y compañía, es
abrumadora la simpleza conceptual de la mayoría de contratos del arte.
Se trata de un “chan con chan” que a duras penas produce un recibo. Y
claro, si usted es un artista cachorro, si quiere vivir del arte, o si
es un cínico, un indiferente o un romántico que cree en el “arte por el
arte”, poco importa la transacción y bien, todo bien (mientras le paguen
su parte).<br />
<br />
Sin embargo, este consentimiento comercial es
paradójico en todos esos artistas consagrados que manifiestan tener una
profunda conciencia social y que surfean la ola del “arte político”.
Artistas visionarios que hacen <a data-mce-href="http://www.las2orillas.co/el-experimento-del-famoso-pintor-oscar-murillo-con-los-ninos-del-sur-de-bogota/" href="http://www.las2orillas.co/el-experimento-del-famoso-pintor-oscar-murillo-con-los-ninos-del-sur-de-bogota/">filantropía</a>
en compañía de la Primera Dama de la Nación, pero cuando les preguntan
sobre la especulación que se hace con sus piezas se tapan ojos, oídos,
nariz y boca; artistas prestos a crear sentidas grietas de conmiseración
y a denunciar con fiereza las injusticias provocadas por el desmadre
social, pero que se acomodan a lo mercantil y son complacientes con la
sobreexplotación de su obra.<br />
<br />
Un ejemplo de contrato para vender
“arte político” podría parodiar el contrato de Broodthaers, solo que a
la inversa: estipular que para futuras ventas sea mandatorio depreciar
la obra, hacer que la transacción —el precio— trabaje para el sentido
—el valor—, y no al revés. Cláusulas así mostrarían que no basta con
repetir una y otra vez que <a data-mce-href="https://www.youtube.com/watch?v=q88Oq3p9iOQ#t=17" href="https://www.youtube.com/watch?v=q88Oq3p9iOQ#t=17">“el buen arte es político”</a>,
sino que los buenos “artistas políticos” hacen, venden y exhiben su
arte políticamente. Pero tal vez este tipo de “contrato lógico”, o
“ficción lógica”, excede los intereses de estos artistas que actúan como<b> </b>la conciencia<b> </b>del
“arte contemporáneo”, pero a quienes su plácida inconciencia, en
términos de mercado, solo da para acomodarlos en el género del arte
naíf.<br />
<br />
(Publicado en Revista Arcadia #102)Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-64487883372883621542014-03-11T15:14:00.000-07:002014-03-11T15:29:22.763-07:00La maquinaria de Álvaro Barrios<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios129.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios129.jpg"><img alt="alvarobarrios129" class="alignnone size-large wp-image-66297" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios129-501x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios129-501x400.jpg" height="400" width="501" /></a><br />
<br />
<i>Esfinge de los diamantes IV</i>
es una imagen del artista Álvaro Barrios. A la izquierda, una médium
satisfecha exclama en el globito de las caricaturas: “La esfinge de los
diamantes dice que los diez artistas más importantes del Siglo XX son
Cézanne, Monet, Gauguin, Kandisnky, Matisse, Picasso, Duchamp, Pollock,
Beuys y Warhol…” A la derecha, un hombre maduro clama: “Pregúntele,
¡Aprisa! ¿Quiénes serán los imprescindibles del Siglo XXI?” En medio de
la escena flota una calavera brillante.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/bb.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/bb.jpg"><img alt="bb" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/bb-600x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/bb-600x400.jpg" height="400" width="600" /></a><br />
<br />
Sobre
el significado de la esfinge Barrios es categórico: “es una crítica al
posmodernismo, que acabó con los críticos de arte, con lo cual estoy de
acuerdo. Marta Traba hizo un estilo de crítica propia del arte moderno:
‘El mejor es Alejandro Obregón’. Hoy no es así. La crítica de arte se
hace a través de la curaduría.”<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/Bj1.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/Bj1.jpg"><img alt="Bj" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/Bj1-551x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/Bj1-551x400.jpg" height="436" width="601" /></a><br />
<br />
Así las cosas, ¿qué crítica le hace a la obra de Barrios la curaduría de la exposición <i>La leyenda del sueño </i>en el Banco de la República?<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/rollos.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/rollos.jpg"><img alt="rollos" class="alignnone size-large wp-image-66301" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/rollos-557x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/rollos-557x400.jpg" height="400" width="557" /></a><br />
<br />
La
revisión parte del siempre en el ahora, los comienzos de Barrios como
coleccionista impenitente de historietas y los rollos que armaba al
pegar las secuencias de las “tiras cómicas”: la dosis diaria de
entretenimiento no bastaba, lo del artista barranquillero era adicción,
sobredosis homeopática, extrañamiento informativo. Sumado a esto hay
cuadernos de apuntes a velocidades varias, bocetos, emulaciones y
sátiras. Siguen los “grabados populares”, un proyecto de largo aliento
que libera las imágenes de Barrios de las parroquías museales del arte y
usa la reforma protestante de los medios de reproducción masiva para
difundir el mensaje: la imagen se reproduce en un periódico o revista de
alta circulación y Barrios convoca a los creyentes a ceremonias
autorales (una <a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/?p=65011" href="http://esferapublica.org/nfblog/?p=65011"><i>firmatón</i></a> que le suma a los papelitos el <a data-mce-href="http://proyectostransversales.blogspot.com/2009/02/intervencion-sobre-un-grabado-popular.html" href="http://proyectostransversales.blogspot.com/2009/02/intervencion-sobre-un-grabado-popular.html">aura</a> de la rúbrica del artista).<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/GP.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/GP.jpg"><img alt="GP" class="alignnone size-large wp-image-66302" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/GP-527x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/GP-527x400.jpg" height="400" width="527" /></a><br />
<br />
Cerca
a estas piezas hay seis cuadros de mediano formato cargados de voltaje,
pulsiones de dibujo y collage que datan de mediados y finales de los
años sesenta. Son obras oscuras, maltrechas, el papel parece chorreado
con tinto, pero hay claridad: Barrios se dejó llevar con lucidez por el
influjo de una yuxtaposición de mensajes. En estas piezas no hay un
estilo definido —o un automatismo virtuoso y satisfecho de la práctica—,
sino muchos estilos. Hay figuras reconocibles —un tarzán, un supermán,
los Beatles— pero en vez de narrar, o de hacer arte sobre arte, aparece
el mundo como ente complejo y Barrios —como médium absorto— es capaz de
materializar lo que intuye en extrañas alegorías y fantasías.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/6.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/6.jpg"><img alt="6" class="alignnone size-large wp-image-66303" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/6-600x365.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/6-600x365.jpg" height="365" width="600" /></a><br />
<br data-mce-bogus="1" />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios136.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios136.jpg"><img alt="alvarobarrios136" class="alignnone size-large wp-image-66304" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios136-522x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios136-522x400.jpg" height="400" width="522" /></a><br />
<br />
A
partir de ahí, en la exposición predomina el arte sobre el arte sobre
el arte, más esfinges, series de san sebastianes con algunos altibajos,
unas instalaciones entre las que hay unas más simples que sencillas y
dos o tres apuntes síquicos. Todo esto es atravesado por una deriva a la
estela de Marcel Duchamp.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios0901.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios0901.jpg"><img alt="alvarobarrios0901" class="alignnone size-large wp-image-66305" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios0901-399x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/alvarobarrios0901-399x400.jpg" height="400" width="399" /></a><br />
<br />
Barrios afirma que este artista “fue un médium que produjo esa verdadera obra de arte [<i>Fuente</i>, el orinal], que era la <i>actitud</i>,
no el objeto en sí.” Duchamp pasó los últimos 25 años de su vida sin
hacer mucho, solo respiraba, jugaba ajedrez, y en un estudio construía
en secreto su testamento: <i><a data-mce-href="http://blog.daum.net/marcel/14674078" href="http://blog.daum.net/marcel/14674078">Étant donnés</a><b>,</b></i>
una composición que traicionó el discurso categórico que se había
erigido en torno a él. La obra se hizo pública el año posterior a su
muerte (1969).<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/etant-donnes3-e1339571708252.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/etant-donnes3-e1339571708252.jpg"><img alt="etant-donnes3-e1339571708252" class="alignnone size-large wp-image-66306" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/etant-donnes3-e1339571708252-488x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/etant-donnes3-e1339571708252-488x400.jpg" height="400" width="488" /></a><br />
<br />
Barrios
no hace en sus obras una alusión explícita a esta última provocación de
Duchamp (tal vez porque se resiste a ser caricatura icónica), pero en
la exposición sí se instaló una modesta caja empotrada en la pared. Se
trata de <i>El beisbolista perdido</i> (1975), una obra rescatada del estado ruinoso en que la tenía el Museo de Arte Moderno de Bogotá.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirPFsqfykhM6a2t_Xmx5KAVCRd8pbIB_sujoLR3o-BLiJAZFD9aMKJpVFPAxaas47Cy2LK58gPVmpvRofxR7vNWMh8tFbHG4UyseC8WACW1Fc_0rQ5XXxcUxoZ94KE3IqG5xcKoYymMbo/s1600/beis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirPFsqfykhM6a2t_Xmx5KAVCRd8pbIB_sujoLR3o-BLiJAZFD9aMKJpVFPAxaas47Cy2LK58gPVmpvRofxR7vNWMh8tFbHG4UyseC8WACW1Fc_0rQ5XXxcUxoZ94KE3IqG5xcKoYymMbo/s1600/beis.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/El-sueño-del-beisbolista-fragmento-Álvaro-Barrios-Foto-Luisa-Poncas.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/El-suen%CC%83o-del-beisbolista-fragmento-A%CC%81lvaro-Barrios-Foto-Luisa-Poncas.jpg"><img alt="El sueño del beisbolista (fragmento) Álvaro Barrios - Foto Luisa Poncas" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/El-sueño-del-beisbolista-fragmento-Álvaro-Barrios-Foto-Luisa-Poncas-600x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/El-suen%CC%83o-del-beisbolista-fragmento-A%CC%81lvaro-Barrios-Foto-Luisa-Poncas-600x400.jpg" height="400" width="600" /></a><br />
<br />
Esta
microinstalación corre el riesgo de pasar desapercibida, su cálida
penumbra y un vidrio dificultan el registro, pero un silencio enigmático
la pone a orbitar en la misma constelación íntima de la pieza póstuma
de Duchamp. En este diorama onírico, un joven deportista acaba de lanzar
una bola contra un paisaje firmado por Barrios, el cuadro se quiebra
como espejo, al fondo del horizonte del cajón hay una estrecha apertura,
un más allá invernal, un eco a la actitud lúcida del que sí fue capaz
de mirar al amplio y ancho mundo con una bella indiferencia. “Yo recibo
una luz y la transfiero —<a href="http://www.banrepcultural.org/alvaro-barrios/autor.php?c=bGVvbmludGVybmE9M2xlb24%3D" target="_blank">intuye</a> Barrios—, y solo trato de que la
maquinaria que provee esa transferencia esté bien. Agradezco poder
transmitir lo que recibo.”<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/BarA426002.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/BarA426002.jpg"><img alt="BarA426002" class="alignnone size-large wp-image-66308" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/BarA426002-291x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2014/03/BarA426002-291x400.jpg" height="400" width="291" /></a><br />
<br />
(Publicado en Revista Arcadia #101) Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-30452774298884783922014-01-21T15:12:00.002-08:002014-02-12T03:20:48.377-08:00Escribidores de catálogo<style>
<!--
/* Font Definitions */
@font-face
{font-family:"MS 明朝";
mso-font-charset:78;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:1 134676480 16 0 131072 0;}
@font-face
{font-family:"MS 明朝";
mso-font-charset:78;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:1 134676480 16 0 131072 0;}
@font-face
{font-family:Cambria;
panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4;
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:-536870145 1073743103 0 0 415 0;}
/* Style Definitions */
p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal
{mso-style-unhide:no;
mso-style-qformat:yes;
mso-style-parent:"";
margin:0cm;
margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:Cambria;
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"MS 明朝";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;}
span.st
{mso-style-name:st;
mso-style-unhide:no;}
.MsoChpDefault
{mso-style-type:export-only;
mso-default-props:yes;
font-family:Cambria;
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"MS 明朝";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;}
@page WordSection1
{size:595.0pt 842.0pt;
margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm;
mso-header-margin:35.4pt;
mso-footer-margin:35.4pt;
mso-paper-source:0;}
div.WordSection1
{page:WordSection1;}
-->
</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcTbAG5zRfYSpUvjge1MUjpQFO3UkxS6mjgfQ36k0S50RSmtT3YV59Z7J6CwQ3XRVMre7AyYzCa7S3onwdQS8G_dc5918fLjbnMQJdtoJPe1d1b-Nia_uGQNqTMDt-z3h4JB6C6l3cM6c/s1600/%22La+literatura+en+rollos+y+vendida+por+pedazos%22+JJ+Grandville+(1844).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcTbAG5zRfYSpUvjge1MUjpQFO3UkxS6mjgfQ36k0S50RSmtT3YV59Z7J6CwQ3XRVMre7AyYzCa7S3onwdQS8G_dc5918fLjbnMQJdtoJPe1d1b-Nia_uGQNqTMDt-z3h4JB6C6l3cM6c/s1600/%22La+literatura+en+rollos+y+vendida+por+pedazos%22+JJ+Grandville+(1844).jpg" height="289" width="320" /></a></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"> En 1980 el escritor Umberto Eco escribió una sátira llamada <a href="http://esquimal.ucoz.com/news/como_presentar_un_catalogo_de_arte/2011-12-13-237" target="_blank"><i>Cómo presentar un catálogo de arte</i></a>. Eco
se preguntaba: “<span lang="ES">¿Cómo se llega a ser un PDC
(presentador de catálogo de arte)?”. Y respondía: “Desgraciadamente,</span><span lang="ES"> </span><span lang="ES">resulta facilísimo. Basta con ejercer una profesión intelectual (los
físicos nucleares</span><span lang="ES"> </span><span lang="ES">y los biólogos están muy
solicitados), constar en la guía telefónica y poseer cierto</span><span lang="ES"> </span><span lang="ES">renombre.” </span></span>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: small;">Eco describía el encargo al PDC
como parte integral del mercadeo de un artista. </span><span lang="ES" style="font-size: small;">El texto del PDC es un infomercial que “contribuye a hacer subir la
cotización de toda la obra”. Si el artista le dice al PDC: “Sea severo, si hace
falta”, esto no es más que un sofisma: la naturaleza misma del encargo demanda amabilidad.
Dice Eco: “en la medida en que el PDC desea salvar su dignidad y la amistad con
el artista, la evasión es el eje de los catálogos de exposición.”</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: small;">La evasión se manifiesta en la formulación por parte del
PDC de un tema general, una “metafísica influyente” como la llama Eco, que
permita destilar todo lo expuesto bajo una “perogrullada que salva al crítico y
deja contentos al artista, al propietario de la galería y al comprador”. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: small;">La parodia ochentera de Eco se ha sofisticado con los
años. Ahora no hay que rogarle prólogos a “físicos nucleares</span><span lang="ES" style="font-size: small;"> </span><span lang="ES" style="font-size: small;">y biólogos”, o a literatos
(como cuando se pensaba que solo un espíritu sensible y lírico podía comprender
la obra de un espíritu sensible y plástico). Ahora el mundo del arte suple esta
demanda con la escogencia de una figura que, previa vinculación por amistad,
canje o asignación institucional, soluciona el problema de la presentación
verbal del artista en sociedad. Este personaje recibe el nombre de curador.</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3RUoieu4301wLDL42JNYNZeCmeRkzgswCNvMkKYS7wT1btCQqliIO1_P_4ZCyqWgo5WeJcgTBMI2ZnS_MPrCZmLS9XTAx8aYq5a4TOsB5ivqPrlC10BYNV964QejQGoKPe64K4uM1lc0/s1600/Serrano+Obrist.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3RUoieu4301wLDL42JNYNZeCmeRkzgswCNvMkKYS7wT1btCQqliIO1_P_4ZCyqWgo5WeJcgTBMI2ZnS_MPrCZmLS9XTAx8aYq5a4TOsB5ivqPrlC10BYNV964QejQGoKPe64K4uM1lc0/s1600/Serrano+Obrist.jpg" height="241" width="320" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: small;">A la ley le gusta explicarse con palabras, y más cuando
se trata de imágenes, y la legitimidad social del arte, su sello de aprobación
definitivo, lo da una cifra monetaria altisonante acompañada de un texto
firmado por alguien que esgrime el mote glamuroso de curador (o de “crítico de
arte” para audiencias anacrónicas). El curador es un abogado del arte listo a
defender a su cliente a toda costa (así lo designó el derecho romano hace siglos cuando le
atribuyó a la curaduría la representación legal de impúberes, idiotas y locos).</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: small;">La gran mayoría de los curadores son tan fieles al
libreto leguleyo que si se abriera un concurso para encontrar un texto
curatorial que le haya hecho reparos a una obra, la convocatoria sería
declarada desierta. Y claro, en este concurso hipotético, habría que remunerar
muy bien a los jurados. Nada más aburrido que leer textos curatoriales: su
débil narrativa, autocomplacencia, citación filosófica ampulosa,
provincianismo, sentimentalismo, metarrelatos, didactismo deliberado,
simplicidad moral, dificultad innecesaria, pretensión de objetividad, pose
academicista y clichés informativos convierten el arte de pensar a través de la
escritura en un protocolo predecible de arte lengua. La gran mayoría de los
textos curatoriales parecen decir “por favor, no me leas” y lo que comunican
con mayor efectividad es el desdén del autor al escribirlos. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: small;">Hace falta más curaduría y menos curadores, más mecánica
de iconos hecha por iconoclastas que transcripciones acomodadas de
cuestionarios promocionales a lo </span><span style="font-size: small;"><i><span style="font-family: Cambria; font-style: normal;">Hans</span></i><span class="st"><i>-</i></span><span class="st">Ulrich<i> </i></span><i><span style="font-family: Cambria; font-style: normal;">Obrist</span></i><span lang="ES">, curador de curadores y modelito cheverista del mundo del arte</span><span class="st">. </span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOnS1INbn7KZcpsCGYSLvAsnAkKR4UZvyKVJw2KMh4rEw0IMxlRcF5rdblgzt_jxc_Pz3Ghgsc756gJzzVM6AotHSh9Ba0oyTivOa03k5pPpsXIcrWPbn04_NcTggVIkxa7QNaPyUhFeM/s1600/una+de+las+mejores.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOnS1INbn7KZcpsCGYSLvAsnAkKR4UZvyKVJw2KMh4rEw0IMxlRcF5rdblgzt_jxc_Pz3Ghgsc756gJzzVM6AotHSh9Ba0oyTivOa03k5pPpsXIcrWPbn04_NcTggVIkxa7QNaPyUhFeM/s1600/una+de+las+mejores.jpg" height="250" width="320" /></a></div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: small;">Los curadores dicen estar al servicio de los artistas
porque puede haber artistas sin curadores pero no curadores sin artistas. Pero
los curadores deben estar es al servicio del arte, de esa quimera inagotable
llamada lenguaje, y de nada más, el resto es demagogia. O si se trata de pedagogía, dado el último giro que quiere entender al curador como pedagogo —como mediador entre el arte, sus instituciones y el público—, gran parte de esa audiencia que se arrima a leer los textos curatoriales agradecería que no solo se lanzara al artista al estrellato y la obra al absoluto de la inteligencia y lo sensible, sino que las cosas bajaran a la tierra, estuvieran cerca a una dimensión humana de prueba y error.</span><br />
<br />
<span lang="ES" style="font-size: small;">El texto, lejos de ser un infomercial, podría trazarle límites al alcance de la obra, sopesar lo que tiene enfrente, hacerle un enroque, ponerlo en jaque, ver bondades y defectos, en resúmen, ser crítico. La curaduría solo es
posible desde el acto complejo y singular de la lectura, desde el ultraje al
canon histórico. La curaduría es la profanación y liberación de las obras del
designio autosatisfecho de sus propios autores para pervertirlas hasta donde
sus mecanismos internos lo permitan.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: small;">A un crítico musical, a la salida de un concierto, le
preguntaron qué pensaba sobre lo que acababa de oír, el escritor respondió:
“todavía no lo sé, tengo que escribirlo”. Se necesitan menos PDC y más
escritores, interpretes escépticos que dejen de lado la diplomacia y se
enfrenten a las obras con un escudo cargado de interrogantes. Lo que tenemos es
un cuerpo curatorial de escribidores que convierten el incómodo silencio del
arte en apacible música ambiental de fondo.</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7di4mHeZWunBLR1HG3m2kRPWG-SPGH7TkCpKtRGzjbOZwAh6ACTtgzHMIbfZt2sICD57y8WofuwcKHr7V2FLWdcttdvnMlXIHNWHcS09qYrU_TYp_RtY4DTTtr0KRM8i9bu2rI2Lf5u4/s1600/artoon.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7di4mHeZWunBLR1HG3m2kRPWG-SPGH7TkCpKtRGzjbOZwAh6ACTtgzHMIbfZt2sICD57y8WofuwcKHr7V2FLWdcttdvnMlXIHNWHcS09qYrU_TYp_RtY4DTTtr0KRM8i9bu2rI2Lf5u4/s1600/artoon.jpg" height="278" width="320" /></a></div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: small;">(Publicado en <a href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/escribidores-de-catalogo/34717" target="_blank">Revista Arcadia # 99</a>) </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-56172042624727373082014-01-21T14:41:00.002-08:002014-01-22T13:09:38.815-08:00La vida social del arte<style>
<!--
/* Font Definitions */
@font-face
{font-family:Times;
panose-1:2 0 5 0 0 0 0 0 0 0;
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:3 0 0 0 1 0;}
@font-face
{font-family:"MS 明朝";
mso-font-charset:78;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:1 134676480 16 0 131072 0;}
@font-face
{font-family:"MS 明朝";
mso-font-charset:78;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:1 134676480 16 0 131072 0;}
@font-face
{font-family:Cambria;
panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4;
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:-536870145 1073743103 0 0 415 0;}
/* Style Definitions */
p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal
{mso-style-unhide:no;
mso-style-qformat:yes;
mso-style-parent:"";
margin:0cm;
margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:Cambria;
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"MS 明朝";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;}
p
{mso-style-noshow:yes;
mso-style-priority:99;
mso-margin-top-alt:auto;
margin-right:0cm;
mso-margin-bottom-alt:auto;
margin-left:0cm;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:10.0pt;
font-family:Times;
mso-fareast-font-family:"MS 明朝";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";}
.MsoChpDefault
{mso-style-type:export-only;
mso-default-props:yes;
font-family:Cambria;
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"MS 明朝";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;}
@page WordSection1
{size:595.0pt 842.0pt;
margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm;
mso-header-margin:35.4pt;
mso-footer-margin:35.4pt;
mso-paper-source:0;}
div.WordSection1
{page:WordSection1;}
-->
</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhz9B1KEGbnaVSHfbJHBH0sGshZkGHydt_u458lB-x5TFm9KLkIzZw8OPduNf2ghjEUvcrL15tNWy7BQi1lkZ8jPd6wKmZVHi4RnHa1W-VMK1M8f4RZlkmte0WYHVqPj2NGUgvdmt2dlgY/s1600/B.+Perat%252C+Vernissage+au+Salon%252C+Paris+1866.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhz9B1KEGbnaVSHfbJHBH0sGshZkGHydt_u458lB-x5TFm9KLkIzZw8OPduNf2ghjEUvcrL15tNWy7BQi1lkZ8jPd6wKmZVHi4RnHa1W-VMK1M8f4RZlkmte0WYHVqPj2NGUgvdmt2dlgY/s1600/B.+Perat%252C+Vernissage+au+Salon%252C+Paris+1866.jpg" height="228" width="320" /></a></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCwSqAODxdi_JFpiR_1ApBfeVzU50Q0-Vw_AKZaz01p-92Mifxa7rgFX-lUTPWjlVUjMKYtahGoNcN0u3yRecGRwkP1Q9PJFN3LQHtCp4hwYqysAOVslQ6WUEitIEFTvGjX-ApcssIPC8/s1600/971069_342258105877224_102740845_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></span></div>
<span style="font-family: Cambria; font-size: small;">Las inauguraciones de arte
son evento rey en la parroquia cultural y su despliegue en las páginas
“sociales” son un acontecimiento periodístico obligado. Otros eventos gregarios
como el cine, los conciertos, el teatro, las conferencias y premiaciones no son
aptos para la libre conversación y divagación. En las inauguraciones de arte,
en cambio, la charla es el espectáculo: precede, acontece y sucede al evento,
ignora el arte y sigue hablando; pero, por cortesía (acaso pudor), asume una
actitud disimulada con mucho de cháchara, algo de arte, un par de comentarios,
opiniones pertinentes sobre lo expuesto… expuesto a la indiferencia, porque las
obras no sabrán nunca que nos fuimos, o que no estuvimos ahí realmente. </span><br />
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGC_01XKEsYKFNjaG2quNqzjshMM5nEF-jshXPTH_jfCPuyKXf62vo2YlMUUvRWpXwPoG5IrJK9FvJj1s1L3U7Ws9aHC7ay9q5PgmbRk9i14ofH70wLww-pSc3_1IM41n9yWwrN50z2bY/s1600/94216_75753_1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGC_01XKEsYKFNjaG2quNqzjshMM5nEF-jshXPTH_jfCPuyKXf62vo2YlMUUvRWpXwPoG5IrJK9FvJj1s1L3U7Ws9aHC7ay9q5PgmbRk9i14ofH70wLww-pSc3_1IM41n9yWwrN50z2bY/s1600/94216_75753_1.jpg" height="232" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-family: Cambria; font-size: small;"> </span><span style="font-family: Cambria; font-size: small;">La inauguración de arte es
la mejor pasarela colectiva y rotativa, llegar temprano o tarde no importa (a
menos que el trago se acabe). Es evento perfecto para una primera cita: para
conocerse y ver a quién se conoce. Se pasa bien pero la mayoría de las conversaciones quedan truncas,
tanto como la percepción de lo expuesto, pero poco importa, al menos se hacen
contactos. El espacio de exposición es entonces oficina, campo de ingeniería
social para hacer “networking”, en miras a un “brainstorming” donde el
“elevator pitch” permita un buen “flow” hacia otros escenarios. Coleccionistas,
diletantes y amateurs se irradian de mecenazgo, bohemia y sana locura en las
inauguraciones; los productores de arte usan el coctel bursátil para cerrar
afanosos negocios que cubran todo lo que no puede exhibirse con decoro: cuentas
de arriendo, agua, luz, teléfono, colegios… Algunos —con simpleza— enmarcan y
venden la pobreza del otro para alejarse de la propia, esa es la alquimia del
comercio: nigromancia y culpa se transmutan en “compromiso” y “denuncia”. </span><br />
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAWF88vaPDqTF4glrqEUX55BD_vJ6dviXNCz5YzeaJtgvfuSEcC3R8HbqVun_Mnj5LZ5SdY307SzoTxMOpn3xAai_V4KJNCiq6N3XTpN0TUqbi7W5faw3h9QoLOJmV9jkTo2tQl9rsDyA/s1600/explico.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAWF88vaPDqTF4glrqEUX55BD_vJ6dviXNCz5YzeaJtgvfuSEcC3R8HbqVun_Mnj5LZ5SdY307SzoTxMOpn3xAai_V4KJNCiq6N3XTpN0TUqbi7W5faw3h9QoLOJmV9jkTo2tQl9rsDyA/s1600/explico.jpg" height="223" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-family: Cambria; font-size: small;">La inauguración, el culmen
de galerías, ferias, bienales o museos, escenifica una situación peregrina: el
evento, la socialización, la fiesta, el trago, no logran conjurar la soledad
que llama desde el arte. Hace unos años, <a href="http://lebodegon.blogspot.com/" target="_blank">El Bodegón</a>, un modesto espacio
expositivo en Bogotá que mezclaba si tapujos “arte y vida social”, solo
mostraba las obras el día de la inauguración. Esta limitación producía un condicionamiento:
el día de la apertura el ojo tendía a mirar un poco más el arte expuesto. En la exacerbación de ese gesto El Bodegón juntaba
lo antitético, el festín y la celebración de la amistad, al tiempo que las
extrañas demandas del arte, convertía el lujo del coctel en un <i>tour de force</i> para ese ojo estrábico que
quería consumar a solas el acto estético. </span><br />
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpOfoJ1qAUlxW4xftevyKplMhNyaz_YMA3GK22cdsIAYwfA3dRTxyHjGGUpAEGcYfUEfMKGI8Ytgog4pCHRHI-EJRjWPwg55vvRwBFJmWH8gyIQikcJNuEDSCyn1gtS1VE-V_zsK3aVFs/s1600/posmo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpOfoJ1qAUlxW4xftevyKplMhNyaz_YMA3GK22cdsIAYwfA3dRTxyHjGGUpAEGcYfUEfMKGI8Ytgog4pCHRHI-EJRjWPwg55vvRwBFJmWH8gyIQikcJNuEDSCyn1gtS1VE-V_zsK3aVFs/s1600/posmo.jpg" height="243" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-size: small;">El poder del arte no
estaría solo en su capacidad de socializar y ser socializado, en comunicar y ser comunicado en festejo, en performance
colectivo, en pieza relacional que convoca, en indicadores de público o en su
consumo como objeto o concepto. El poder del arte está, en mostrar lo
inalienable que es esa vida social del aislamiento que propicia. Ese
aislamiento donde, sin más animación que la motivación propia, el arte interpela
y exige. Navegamos en la superficie del coctel y luego nos vamos al fondo, pero
es en ese estado —entre distraído y abstraído, entre contemplativo y aburrido— donde
está el enigma.</span><br />
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlDIpvTzr-Vz87gJWz5Nz05mD9Vnbi0cyOB8qWmIiIjabwYycqjQannVsT_bWp2E5l5euwSAvSfYfaE9gFzqPWFkSvlpn3euKyYhaFmKmTH5X_SXi4BJLdt-SERUUXr3W9Uw8fMW5vRx4/s1600/soy+mas+santo+que+usted.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlDIpvTzr-Vz87gJWz5Nz05mD9Vnbi0cyOB8qWmIiIjabwYycqjQannVsT_bWp2E5l5euwSAvSfYfaE9gFzqPWFkSvlpn3euKyYhaFmKmTH5X_SXi4BJLdt-SERUUXr3W9Uw8fMW5vRx4/s1600/soy+mas+santo+que+usted.jpg" height="186" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-family: Cambria; font-size: small;"> </span><br />
<span style="font-family: Cambria; font-size: small;">A los artistas no hay que
envidiarles su libertad, que no la tienen, o la imaginación, que todos tenemos,
o su fama, un triunfo pasajero, sino su poder para estar a solas, su traición a
lo social, las robinsonadas que acometen cuando habitan el islote solitario del
lenguaje. Socializar, exponer, vender serían meras pruebas de existencia, registros
sociales que intentan normalizar ese momento extraño donde el individuo difiere
de la especie, momento tan efímero como un sueño, fruslería poderosa, <i>arte</i>, lo más cercano a la nada.</span><br />
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPfOfA_4PihUyK8UlRwTo7s-2bYGV5lG9XLEPbFEdSiUEgG_Fax_bLcv0v7cPqtSGKrcJ4dQtvi-rR16el8PEOIYzaiPJYQsuY45QRWIDacWAT_R0IlCO1v_SxfcMSlOr_jzK2R1_tRQU/s1600/f620249fbadac0ae409d6cdca0d1ed8f.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPfOfA_4PihUyK8UlRwTo7s-2bYGV5lG9XLEPbFEdSiUEgG_Fax_bLcv0v7cPqtSGKrcJ4dQtvi-rR16el8PEOIYzaiPJYQsuY45QRWIDacWAT_R0IlCO1v_SxfcMSlOr_jzK2R1_tRQU/s1600/f620249fbadac0ae409d6cdca0d1ed8f.jpg" height="256" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-size: small;">(Publicado en <a href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/la-vida-social-del-arte/34247" target="_blank">Revista Arcadia # 98</a>)</span><br />
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-35242170026733950252013-10-28T21:56:00.003-07:002013-10-28T21:56:27.566-07:00Por un arte burgués<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/B2.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/B2.jpg"><img alt="B2" class="alignnone size-large wp-image-64429" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/B2-479x400.jpg" height="400" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/B2-479x400.jpg" width="479" /></a><br />
<br />
En
1846 Charles Baudelaire, a los 25 años, escribió una dedicatoria en el
libro de su crítica al Salón de ese año, el importante evento organizado
por la Academia de Bellas Artes en Paris. La publicación iba dedicada
“A los burgueses”:<br />
<br />
“Vosotros sois la mayoría, —número e
inteligencia—; luego sois la fuerza, que es la justicia […] Podríais
vivir tres días sin pan, sin poesía, nunca; y se equivocan aquellos de
vosotros que dicen lo contrario: no se conocen. […] Los aristócratas del
pensamiento, quienes reparten del elogio y la censura, aquellos que
acaparan las cosas espirituales, os han dicho que no teníais derecho a
sentir y a gozar: son unos fariseos. […] Vosotros, burgueses —reyes,
legisladores o negociantes—, habéis creado colecciones, museos,
galerías. Algunas de ellas, que hace dieciséis años sólo estaban
abiertas a los acaparadores, abren ahora sus puertas a la multitud. […]
Vosotros sois los amigos naturales de las artes, porque sois ricos unos,
sabios otros.”<br />
<br />
Baudelaire apelaba a un espíritu burgués que le
permitiría al arte tener, por extensión, la misma fuerza que algunos
“reyes, legisladores o negociantes” le habían inyectado recientemente al
ambiente de negocios de la época. Los negociantes darían todo de sí
para que el ocio se antepusiera al negocio y harían lo “justo” por las
causas del arte: “habéis formado compañías y hecho préstamos para
realizar la idea del futuro con toda su diversidad de formas, política,
industrial y artística. En ninguna noble empresa habéis dejado la
iniciativa a la minoría que protesta y sufre, que es, por otra parte, la
enemiga natural del arte. Pues dejarse adelantar en arte y en política
equivale a suicidarse, y una mayoría no quiere suicidarse”.<br />
<br />
La
burguesía extendería la misma equivalencia general del dinero, su
capacidad de comprarlo todo, su contingencia y su poder, su razón y
sinrazón, a los aconteceres inoficiosos de la estética, al estimulo
filantrópico, a crear una patria del mecenazgo, un mundo del arte que
superaría con creces —y con obras— el cerco numérico de la ficción
monetaria.<br />
<br />
La dedicatoria de Baudelaire lucía más cándida que
irónica, un encomio, un reto para que la burguesía se pusiera a la
altura del elogio del crítico y firmara un cheque en blanco girado al
poeta y sus colegas artistas: “Es, por tanto, a vosotros, burgueses, a
quienes este libro está naturalmente dedicado; pues todo libro que no se
dirige a la mayoría —número e inteligencia— es un libro absurdo.”<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/B3.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/B3.jpg"><img alt="B3" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/B3-285x400.jpg" height="400" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/B3-285x400.jpg" width="285" /></a><br />
<br />
Dos años después Karl Marx y Fiedrich Engels afirmaban en el <i>Manifiesto del Partido Comunista</i>:
“La burguesía despojó de su halo de santidad a todo lo que antes se
tenía por venerable y digno de piadoso acontecimiento. Convirtió en sus
servidores asalariados al médico, al jurista, al poeta, al sacerdote, al
hombre de ciencia.” La figura del artista en la esfera burguesa se
limita a una profesión sujeta —como cualquier otra— a la rentabilidad.
El arte —junto a la medicina, la ley, la religión y la ciencia—, antes
que ser un derecho esencial, actividad “venerable” y digna” propia de un
interés desinteresado, es un servicio sometido a las leyes del mercado,
un oficio más en la nómina contable de la empresa humana.<br />
<br />
La
discusión sobre arte se debate en dos posturas, apoyar o no apoyar a la
burguesía, y entre dos roles, ser o no ser un burgués.<br />
<br />
Por un
lado, esta el que tasa al artista como todo un profesional que oferta
servicios y va a la estela de la tendencia económica del momento: hay
que asumir el rol y chuparle rueda a la bonanza que dejan las
especulaciones financieras, usar, dejarse usar, abusar y ser abusado,
ser un parásito del parásito, tener talento, sí, pero también talante,
ser dúctil en lo plástico y en lo social, creer que el arte es una
promesa de bienestar pero no por ello dejar de ofrecer contenidos
críticos, algo de burla o de terror, recreacionismo intelectual,
revelarse vende, no importa si el artista muerde la mano que lo alimenta
(siempre y cuando suelte presa). Hay un artista entre un millón que
obtiene el boleto ganador en la lotería del glamour, querer ser ese
triunfador, desear que a medida que crece el capital de la reputación
también aumente el capital económico, un ingreso de igual o mayor
cuantía al que ofrece el arte a la sociedad, la sincronía entre valor y
precio ha de ser vista como una ley natural incuestionable, un juego de
especulación donde la única regla es que no hay reglas y todo es
posible: toda venta es factible, todo es arte.<br />
<br />
Y por otro lado,
está el guión que le insufla un halo de santidad al arte y a los
artistas, que habla de autonomía, independencia, emancipación, que ve en
el capital a un gran demonio y se resiste a concederle al dinero
estatus de lenguaje, que busca argumentos morales y sentimentales para
criticar la moral y el sentimiento, que gradúa al artista como eterno
sufridor y maestro de la queja, que se revela con gran solemnidad ante
lo solemne del mercado, que busca en la filosofía sustentos para demoler
el clisé del genio creador, que en su aspiración al absoluto desecha lo
material, que mata al autor e incendia el museo, que invoca la comuna,
que clama por un estado de excepción, por una suerte de política, sobre
todo estatal, que regule y permita a los espíritus sensibles alcanzar
una anhelada —o ilusoria— independencia de la feria bursátil y exima al
sufrido cuerpo del artista del uso y el abuso corporativo (y de paso el
subsidio evite todo ese trabajo oficinesco que aqueja al resto de los
mortales). El arte, dice ese guión, fue secuestrado por el mercado, es
promesa inconclusa (aunque no sobra que recordar que fue el dinero lo
que liberó al arte de sus antiguos mecenas —el Estado, la Iglesia, la
Nobleza—, pero al parecer solo cambió los barrotes de hierro de la
cárcel por unos dorados).<br />
<br />
Hoy, por razones de interés,
incompetencia, desgracia o aparente necesidad, un guión se impone sobre
otro y una noche de epifanía se cierne sobre una nueva generación: la
ficción del arte burgués acrecienta su dominio, fuerzas más benignas y
perversas, más locales y globales, más visibles e invisibles interactúan
dándole a otra camada la oportunidad de vivir la quimera del joven
Baudelaire. Ante esta situación, cabe invocar algo que el crítico
escribió antes de ser un poeta maldito o un maldito poeta, antes de
participar en la revuelta comunitaria y terminar revolcado pues una cosa
es lo que uno quiere hacer con la vida y otra lo que la vida hace con
uno.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/b4.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/b4.jpg"><img alt="Self-portrait (1857-1858) by Charles Baudelaire (1821-1867) French poet and art critic. Pen and Ink." data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/b4-304x400.jpg" height="400" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/b4-304x400.jpg" width="304" /></a><br />
<br />
Baudelaire,
a los 24 años, en la introducción a los textos del Salón de 1845, dijo:
"Y en primer lugar, a propósito de esa impertinente denominación: el
burgués, declaramos que no compartimos en absoluto los prejuicios de
nuestros grandes colegas artísticos que se han afanado desde hace años
en lanzar un anatema sobre ese ser inofensivo... Y en suma, hay tanto
burgués entre los artistas que, en definitiva, más vale suprimir una
palabra que no caracteriza ningún vicio particular de casta".<br />
Y
así, sin prejuicios ni culpas (o con el juicio embebido y la culpa
diluida en un gran cóctel colectivo), aceptemos al arte burgués —esta
media verdad o verdad y media—, asomemos la cabeza por esta ventana de
oportunidad (antes de que se convierta en guillotina).<br />
<br />
La vista es
la de un plácido paisaje ferial, el artista burgués ve con meridiana
claridad el momento prefigurado por el joven poeta parisino: “Unos
sabios, otros propietarios; —llegará un día radiante en que los sabios
sean propietarios, y los propietarios sabios. Entonces vuestro poder
será completo, y nadie protestará contra él.”<br />
<br />
¡Artistas burgueses de todo el mundo, uníos!<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/b1.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/b1.jpg"><img alt="b1" class="alignnone size-large wp-image-64432" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/b1-600x337.jpg" height="337" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/10/b1-600x337.jpg" width="600" /></a><br />
<br />
(Versión extensa de un texto publicado en <a data-mce-href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/por-un-arte-burgues/33819" href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/por-un-arte-burgues/33819">Revista Arcadia # 95</a>)<br />
<br data-mce-bogus="1" />
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-25841566028824409052013-09-26T07:46:00.001-07:002013-09-26T07:46:21.211-07:00El Interbolsa del arte II<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/rj-oppehnheimer-left-one-of-the-creators-of-the-atomic-bomb-went-for-the-overly-dramatic.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/rj-oppehnheimer-left-one-of-the-creators-of-the-atomic-bomb-went-for-the-overly-dramatic.jpg"><img alt="rj-oppehnheimer-left-one-of-the-creators-of-the-atomic-bomb-went-for-the-overly-dramatic" class="alignnone size-large wp-image-64202" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/rj-oppehnheimer-left-one-of-the-creators-of-the-atomic-bomb-went-for-the-overly-dramatic-600x371.jpg" height="371" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/rj-oppehnheimer-left-one-of-the-creators-of-the-atomic-bomb-went-for-the-overly-dramatic-600x371.jpg" width="600" /></a><br />
<br />
En una <a data-mce-href="mailto:http://www.artnet.com/magazineus/features/arkin/arkin10-18-06.asp" href="mailto:http://www.artnet.com/magazineus/features/arkin/arkin10-18-06.asp">conversación</a>, un artista y un coleccionista (Elliot Arkin y Adam Lindenmann), hablaban de arte y mercado:<br />
<br />
E.A.: Me gusta hacer una analogía con la ciencia: los artistas dividen el átomo, pero el mercado del arte crea la bomba atómica.<br />
<br />
A.L.:
Es una buena metáfora. Los hacedores de bombas patrocinan a los
científicos, aunque los artistas puede que lamenten los resultados de su
creación.<br />
<br />
A mitad de este año una <a data-mce-href="mailto:http://www.artmarketmonitor.com/2013/07/01/oscar-murillos-star-shines-in-londons-contemporary-week/" href="mailto:http://www.artmarketmonitor.com/2013/07/01/oscar-murillos-star-shines-in-londons-contemporary-week/">pequeña explosión</a>
se produjo cuando tres casas de subastas de Londres vendieron pinturas
hechas por el colombiano Oscar Murillo. El precio base, entre 20 y 30
mil libras, se multiplicó en Phillips y Sotheby’s casi por 5 y en
Christie’s casi por 12.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/am.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/am.jpg"><img alt="am" class="alignnone size-large wp-image-64203" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/am-588x400.jpg" height="400" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/am-588x400.jpg" width="588" /></a><br />
<br />
La detonación, menor para la bolsa de <a data-mce-href="http://quoi.info/wp-content/uploads/data_art/en/#ancre6" href="http://quoi.info/wp-content/uploads/data_art/en/#ancre6">$40.000</a>
millones de euros anuales que mueve el mercado del arte, fue todo un
chispero en nuestra desangelada escena local. Julio Sánchez, de la
emisora La W, como un rey cultural digno del reino de los ciegos, lo
avizoró y programó una <a data-mce-href="mailto:http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/el-artista-colombiano-oscar-murillo-explico-la-presentacion-de-su-obra-en-londres/20130619/oir/1918578.aspx" href="mailto:http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/el-artista-colombiano-oscar-murillo-explico-la-presentacion-de-su-obra-en-londres/20130619/oir/1918578.aspx">conversación</a> previa con Murillo:<br />
<br />
—Periodista: ¿Oscar para quien esté interesado en comprar […], cuál es el precio medio de sus obras?<br />
<br />
—Murillo:
Eh, en realidad no lo tengo presente, eso ya depende con las galerías,
yo me dedico a trabajar en el estudio y no tengo presente muy bien el
precio individual de una obra…<br />
<br />
—Julito: ¡Eso es lo que le
corresponde responder a un artista! ¡Él pinta y hay otras personas que
venden y hacen el mercadeo!. ¡Maestro! ¡Qué honor tenerlo en La W! […]
¡Allá nos vemos esta noche! […] ¡Urgentemente galería en Colombia!.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/julito-ICA-copy.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/julito-ICA-copy.jpg"><img alt="julito ICA copy" class="alignnone size-large wp-image-64204" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/julito-ICA-copy-600x258.jpg" height="258" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/julito-ICA-copy-600x258.jpg" width="600" /></a><br />
<br />
Ante
esto último, Alberto Casas, compañero de programa de Sánchez y con
participación en la Galería Casas Riegner —que está en conversaciones
con Murillo—, mantuvo un prudente silencio.<br />
La W extendió su cubrimiento y quiso precisar un <a data-mce-href="http://www.semana.com/cultura/articulo/un-negocio-para-enmarcar/355846-3" href="http://www.semana.com/cultura/articulo/un-negocio-para-enmarcar/355846-3">artículo</a>
de la Revista Semana sobre arte y mercado que citaba una opinión sobre
las transacciones de la obra de Murillo. Julito intentó hacerle una de
sus <a data-mce-href="mailto:http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/felipe-restrepo-y-alberto-alberto-chehebar-se-refirieron-a-la-obra-de-oscar-murillo/20130209/oir/1962062.aspx" href="mailto:http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/felipe-restrepo-y-alberto-alberto-chehebar-se-refirieron-a-la-obra-de-oscar-murillo/20130209/oir/1962062.aspx">encerronas</a>
telefónicas al editor cultural de la publicación y quisieron hacerlo
trastabillar atribuyéndole una cita ajena como propia. En La W les dio
dolor de patria que los críticos crucificaran a un artista colombiano en
aras de ilustrar los mecanismos del mercado del arte en vez de
celebrarlo y hacerlo profeta de su tierra. En cambio le dieron micrófono
a Alberto Chehebar, un <i>art-dealer</i> criollo devoto de Murillo,
quien le rezó un inspirado santoral al artista, y a Ana Sokoloff,
“crítica de arte”, que usó la misma <a data-mce-href="mailto:http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/ana-sokoloff-critica-de-arte-sobre-la-venta-de-una-obra-de-oscar-murillo/20130209/oir/1962129.aspx" href="mailto:http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/ana-sokoloff-critica-de-arte-sobre-la-venta-de-una-obra-de-oscar-murillo/20130209/oir/1962129.aspx">camándula</a> de Chehebar: el mercado del arte es el mercado del arte del mercado del arte.<br />
<br />
Y
es cierto: en arte las cosas valen lo que la gente está dispuesta a
pagar por ellas. La misma libertad y apertura que existe para hacer e
interpretar el arte se extiende a su compra y venta, <a data-mce-href="mailto:http://esferapublica.org/nfblog/%3Fp=57579" href="mailto:http://esferapublica.org/nfblog/%3Fp=57579">comparar</a> esto con <a data-mce-href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/el-interbolsa-del-arte/32463" href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/el-interbolsa-del-arte/32463">Interbolsa</a> es solo un acto de sinceridad.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/equilibrio.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/equilibrio.jpg"><img alt="equilibrio" class="alignnone size-large wp-image-64205" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/equilibrio-600x400.jpg" height="400" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/equilibrio-600x400.jpg" width="600" /></a><br />
<br />
Pero, ¿y de Murillo qué? En los últimos tres años sus <i>performances</i> incluyen cócteles, residencias, <a data-mce-href="mailto:http://artforum.com/diary/id=40717" href="mailto:http://artforum.com/diary/id=40717">cenas</a> con <a data-mce-href="mailto:http://artforum.com/diary/id=39764" href="mailto:http://artforum.com/diary/id=39764">coleccionistas</a>, <a data-mce-href="mailto:http://artforum.com/diary/id=41576" href="mailto:http://artforum.com/diary/id=41576">exposiciones</a>, <a data-mce-href="mailto:http://www.carlosishikawa.com/press/oscarmurillo/" href="mailto:http://www.carlosishikawa.com/press/oscarmurillo/">entrevistas</a> con influyentes curadores y <a data-mce-href="mailto:http://artforum.com/diary/id=36153" href="mailto:http://artforum.com/diary/id=36153">fiestas</a>,
baile, cocina y yoga, y el resultado de algunas de estas acciones son
lienzos que como tapetes de papel carbón recogen los gestos y sudores de
todas esas experiencias. Los textos “críticos” repiten la misma <a data-mce-href="mailto:http://www.serpentinegallery.org/2012/09/oscar_murillo_park_nights.html" href="mailto:http://www.serpentinegallery.org/2012/09/oscar_murillo_park_nights.html">dosis</a>
de “arte-lengua”: “Los performances, pinturas, videos e instalaciones
de Murillo usan los opuestos para explorar lo que está en común. Usando
el vocabulario de voceadores callejeros en sus lienzos, él explora la
funcionabilidad del desplazamiento y la reconfiguración de la palabra
recordando el enfoque hacia el lenguaje del movimiento Neo-Concreto de
1960”. Pero más allá de esta sesuda perogrullada, lo que hay es un tipo
de 27 años que, entre tantos artistas ninguneados, goza de buena
fortuna.<br />
<br />
Ya lo decía Robert Hughes en <i>Arte y Dinero</i>:
“Picasso era millonario a los cuarenta, y eso no le hizo ningún daño.
Por otro lado, algunos pintores son millonarios a los treinta, y eso no
les sirve para nada. En su conjunto, el dinero hace a los artistas más
bien que mal. La idea de que el agua fría, los mendrugos y los
cobradores les beneficia está casi tan extinguida como la creencia en el
poder reformador de los azotes.”<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Obra-de-murillo-en-el-proyecto-This-long-century.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Obra-de-murillo-en-el-proyecto-This-long-century.jpg"><img alt="Obra de murillo en el proyecto "This long century"" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Obra-de-murillo-en-el-proyecto-This-long-century-495x400.jpg" height="400" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Obra-de-murillo-en-el-proyecto-This-long-century-495x400.jpg" width="495" /></a><br />
<br />
Habrá que ver cómo Murillo <a data-mce-href="mailto:http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/oscar-murillo-sera-representado-por-uno-de-los-galeristas-mas-importantes-del-mundo/20130913/oir/1970143.aspx" href="mailto:http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/oscar-murillo-sera-representado-por-uno-de-los-galeristas-mas-importantes-del-mundo/20130913/oir/1970143.aspx">continúa</a> dividiendo su <a data-mce-href="http://uk.blouinartinfo.com/news/story/953185/has-oscar-murillo-devised-the-most-expensive-lottery-ever" href="http://uk.blouinartinfo.com/news/story/953185/has-oscar-murillo-devised-the-most-expensive-lottery-ever">átomo</a>, tal vez llegue al mismo sitio adonde vamos todos: la eterna nada (con o sin <a data-mce-href="http://www.vanityfair.com/online/oscars/2013/09/leonardo-dicaprio-painting-paid-401-000?mbid=social_twitter" href="http://www.vanityfair.com/online/oscars/2013/09/leonardo-dicaprio-painting-paid-401-000?mbid=social_twitter">bomba</a> atómica).<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/25-poker.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/25-poker.jpg"><img alt="25 poker" class="alignnone size-large wp-image-64207" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/25-poker-600x302.jpg" height="302" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/25-poker-600x302.jpg" width="600" /></a><br />
<br />
(Publicado en <a data-mce-href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/el-interbolsa-del-arte/32463" href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/el-interbolsa-del-arte/32463">Revista Arcadia # 94</a>)<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-66616087710416393532013-09-08T09:57:00.001-07:002013-09-09T04:49:46.753-07:00La cárcel de la originalidad<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/lco1.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/lco1.jpg"><img alt="lco1" class="alignnone size-large wp-image-64036" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/lco1-570x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/lco1-570x400.jpg" height="400" width="570" /></a><br />
<br />
El artista Vik Muñiz cuenta que de joven, en Brasil, vivía inmerso en <i>The best of life</i>, un libro de fotos publicadas en la Revista Life entre 1936 y 1972. Muñiz emigró a Estados Unidos, consiguió el mismo libro en una venta de garaje y el hallazgo marcó el encuentro con un viejo conocido, el diálogo se reanudó; entre 1989 y 2000, en una serie dibujos, asumió como <a data-mce-href="mailto:http://www.revistaarcadia.com/Imprimir.aspx%3FidItem=32571" href="mailto:http://www.revistaarcadia.com/Imprimir.aspx%3FidItem=32571">propias</a> las ruinas gráficas de su memoria residual: “A veces hasta decimos cosas que suenan muy a nosotros, pero en realidad estamos citando inconscientemente a otros y ya ni siquiera lo sabemos. Lo mismo pasa con las imágenes. Son tan recurrentes que se convierten en iconos. Alguna vez hice reproducciones de fotografías famosas como las recordaba: la llegada del hombre a la luna, Hiroshima… ¡Quince años después me escribe la Associated Press para decirme que el <i>copyright</i> de ese recuerdo mío es de ellos! Es como una mala película de ciencia ficción en la que son dueños de nuestros recuerdos y hay gente como Disney que extiende sus derechos sobre iconos como <a data-mce-href="http://www.americanthinker.com/2013/06/fixing_our_mickey_mouse_copyright_laws.html" href="http://www.americanthinker.com/2013/06/fixing_our_mickey_mouse_copyright_laws.html">Mickey</a> o Donald.”<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Nuestra-película.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Nuestra-peli%CC%81cula.jpg"><img alt="Nuestra película" class="alignnone size-large wp-image-64037" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Nuestra-película-552x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Nuestra-peli%CC%81cula-552x400.jpg" height="400" width="552" /></a><br />
<br />
Un pintor colombiano, hace más de 20 años, en el exilio de su hogar, estaba enfermo, quería pintar hasta morir, pero quedó ciego. La única forma de “sacar cosas”, de crear, era recordar, y decidió con un director hacer <i>Nuestra Película</i>: el documental de Lorenzo Jaramillo realizado por Luis Ospina, grabado en 1991, que relee el ocaso de una vida alrededor de los cinco sentidos. Jaramillo, en su ceguera, afirma con claridad que su “pasión ha sido el cine”. Ospina, en la edición, reconstruye la deriva de cinefilia parisina de Jaramillo y hace algo adicional: traspone fragmentos de películas para describir la existencia de alguien que ya no está. En <i>Barbarroja</i>, de Akira Kurosawa, dos médicos de otra época hablan sobre una enfermedad: “—¿No tiene cura?”, “—No, este no es el único caso. Realmente no hay cura. La ciencia médica no sabe nada. Sabemos los síntomas y cómo se desarrolla… Nosotros tratamos de ayudar pero eso es todo…” (Jaramillo murió de sida en 1992). Hay diez fragmentos citados en la filmografía, sin sumar la música. Por incluir ese material <i>Nuestra película</i> lleva una vida marginal: no se comercializa, pocas veces se proyecta, pero es de libre acceso en <a data-mce-href="mailto:http://vimeo.com/39459086" href="mailto:http://vimeo.com/39459086">internet</a>. La película es cautiva de los “derechos de autor”, liberarla exigiría un presupuesto astronómico, darle un alto perfil llamaría la atención de la jauría de abogados que ladra y muerde con demandas para proteger los monopolios de la industria del entretenimiento.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/NP.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/NP.jpg"><img alt="NP" class="alignnone size-large wp-image-64038" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/NP-600x375.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/NP-600x375.jpg" height="375" width="600" /></a><br />
<br />
Juan Antonio Ramírez, historiador del Arte, hasta su muerte en 2007 <a data-mce-href="mailto:http://www.contraindicaciones.net/2006/02/la-critica-y-la-historia-del-a.html" href="mailto:http://www.contraindicaciones.net/2006/02/la-critica-y-la-historia-del-a.html">batalló</a> por una legislación que amparara “el derecho de cita visual” para las publicaciones de su gremio. La neurosis desmesurada de los “derechos de autor” obstaculiza el proceso editorial, la irracionalidad del marco jurídico induce a recortar costos y el miedo a las demandas genera una perversión: libros de arte sin arte, sin imágenes. El fuego voraz del lucro es alimentado por la gasolina del derecho mercantil, hay artistas pirómanos que mandarían a su madre a la hoguera si ella hiciera un uso no tributado del retrato maternal que le acaban de hacer. <br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/jar.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/jar.jpg"><img alt="jar" class="alignnone size-large wp-image-64039" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/jar-397x400.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/jar-397x400.jpg" height="400" width="397" /></a> <br />
<br />
Un artista colombiano, famoso por hacer un letrero de Colombia con tipografía tipo Coca-Cola y por reproducir la firma-dibujo de líder Manuel Quintín Lame, abogó por crear una asociación de “derechos de autor” para su gremio, pero pronto desistió de su empeño. El primer pleito podrían caerle a él (y todo está muy <a data-mce-href="http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/textos-sobre-la-coleccion-de-arte-del-banco-de-la-republica/antonio-caro/todo-esta-muy-caro" href="http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/textos-sobre-la-coleccion-de-arte-del-banco-de-la-republica/antonio-caro/todo-esta-muy-caro"><i>caro</i></a>).<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Antonio+Caro.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Antonio+Caro.jpg"><img alt="Antonio+Caro" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Antonio+Caro-600x229.jpg" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/09/Antonio+Caro-600x229.jpg" height="229" width="600" /></a><br />
<br />
El asunto tiene tanto de ancho como de largo, pero estrecha es la mirilla legal, tanto que no discrimina entre <a data-mce-href="http://www.cartelurbano.com/node/9767" href="http://www.cartelurbano.com/node/9767">plagio</a> y <a data-mce-href="http://www.elespectador.com/entretenimiento/agenda/goce/articulo-427907-polemica-torno-al-afiche-de-rock-al-parque" href="http://www.elespectador.com/entretenimiento/agenda/goce/articulo-427907-polemica-torno-al-afiche-de-rock-al-parque">obra derivada</a>,
pirateo y uso justo. Y más angosta es la visión de muchos actores del
arte que son temerarios para filosofar sobre cualquier cosa pero
mojigatos para cuestionar la normatividad: temen verse jodidos por la
ley y en vez de enamorarse de ella, de jugársela, de hacer otros
contratos, de liberar las obras desde su gestión y permitir que los
hijos de las trasformaciones del acto creativo sean cada vez más, no
fomentan la reproducción, se endosan el gustico a perpetuidad, son unos
“genios creadores” mantenidos a cuentagotas por un tropel de eunucos que
cuidan el baluarte de la originalidad.<br />
<br />
(Publicado en <a data-mce-href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/la-carcel-originalidad/32862" href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/la-carcel-originalidad/32862">Revista Arcadia # 94</a>)Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-51725762302737075372013-08-05T19:17:00.001-07:002013-08-06T17:02:33.600-07:00El Interbolsa del arte<div id="contenido">
<div>
<div align="justify">
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/sothe.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/sothe.jpg"><img alt="sothe" class="alignnone size-full wp-image-63632" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/sothe.jpg" height="405" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/sothe.jpg" width="709" /></a><br />
<br />
K,
un artista emergente, hace dos piezas. El marchante A vende cada pieza a
US$5.000 a B y C, dos coleccionistas prestigiosos. A se queda con el 50
por ciento de la venta y <a data-mce-href="http://qz.com/103091/high-end-art-is-one-of-the-most-manipulated-markets-in-the-world/" href="http://qz.com/103091/high-end-art-is-one-of-the-most-manipulated-markets-in-the-world/">arregla</a>
con B y C para que oferten las piezas de K en una subasta. Antes de la
oferta el artista se presenta en sociedad: K va con A, B y/o C, a
inauguraciones y fiestas; un curador D, asociado a alguna institución,
lo entrevista o firma un catálogo promocional con un texto genérico;
publicaciones de arte en las que pautan galerías vinculadas a K, o con
lazos con A, B y/o C, se referirán a él; circulará el rumor de que K
estará en una curaduría colectiva en un museo donde solo exponen
individualmente los consagrados.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz70hyDaTr94DbVP23-8CczZFhG-DL0NQJL07hZdoJiC5y5cCLWsgwNKbO1VbuYUsDn1VbQPXyoa9VabKGbA-f9dt9PNWeDvB1ucD8jCvFFp1zU3LFb5xCbal2kBkjATq_qJ48X8QaMf4/s1600/art-market-manipulation-rev3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz70hyDaTr94DbVP23-8CczZFhG-DL0NQJL07hZdoJiC5y5cCLWsgwNKbO1VbuYUsDn1VbQPXyoa9VabKGbA-f9dt9PNWeDvB1ucD8jCvFFp1zU3LFb5xCbal2kBkjATq_qJ48X8QaMf4/s320/art-market-manipulation-rev3.jpg" width="248" /></a></div>
<br />
Comienza la subasta, pero ¿por
qué usar este método para darle un precio a las obras de K? ¿Por qué no
dar una cifra y ya? Porque a falta de crítica, o por los problemas y
demoras que genera una valoración crítica, la <a data-mce-href="http://blogs.reuters.com/felix-salmon/2013/07/16/art-venture-capital-and-down-round-phobia/" href="http://blogs.reuters.com/felix-salmon/2013/07/16/art-venture-capital-and-down-round-phobia/">subasta</a>
es el medio expedito para inflar y dar legitimidad: la puja por las
piezas de K cierra en US$120.000 c/u. El remate fluyó sin contratiempos.
K todavía no es muy conocido, sí lo será cuando se conozca el resultado
astronómico de la “puja” de B y C. ¿Dónde está el dinero? B pagó la
pieza de C, C pagó la pieza de B. Es decir, el dinero no se ha movido,
las piezas sí.<br />
<br />
Días, meses o años después, B y C ofrecen a un miembro E de la junta de un museo la donación de las piezas de K. Lo más <a data-mce-href="http://createquity.com/2013/04/the-deduction-for-charitable-contributions-the-sacred-cow-of-the-tax-code.html" href="http://createquity.com/2013/04/the-deduction-for-charitable-contributions-the-sacred-cow-of-the-tax-code.html">importante</a>:
B y C certifican en su declaración de impuestos una relación de
US$120.000 c/u por donaciones. En algunos países, un tercio del monto
total de lo donado se deduce de la declaración de renta: US$40.000. B y
C, que en un principio tuvieron que desembolsillar US$10.000 entre los
dos, obtuvieron una ganancia neta de US$35.000 por cabeza (habría que
restarle la comisión de la casa de subastas y lo que le corresponde a A
por la intermediación).<br />
<br />
K recibió US$5.000 por sus obras; es
feliz, el <a href="http://lucasospina.blogspot.com/2011/03/de-que-vive-un-artista.html" target="_blank">dinero</a> le hace bien, el futuro pinta mejor. Si K y sus obras
son <a href="http://www.elespectador.com/columna133807-ser-ductil" target="_blank">dúctiles</a> podrá seguir trabajando con A, B, C, D, E y llegar <a data-mce-href="http://vimeo.com/53722474#" href="http://vimeo.com/53722474#">lejos</a>, pero si dejan de serlo, las fuerzas –o los fuertes– del mercado encontrarán un nuevo artista al que mimar.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyj7Pp7lJQJHAB6FqZ1-BQEJehKfH-eQ6HV8xoowv_ddk9JKGPI7VP4RDP2pITSV7eRxS17XcqN8irrCIxPfKBoe2MA6lJvkf9up7Vb6Lrda2D1nIa63G64iLKMexcw2UaQrFuXijWS2o/s1600/los+pasos+sobre+las+huellas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyj7Pp7lJQJHAB6FqZ1-BQEJehKfH-eQ6HV8xoowv_ddk9JKGPI7VP4RDP2pITSV7eRxS17XcqN8irrCIxPfKBoe2MA6lJvkf9up7Vb6Lrda2D1nIa63G64iLKMexcw2UaQrFuXijWS2o/s320/los+pasos+sobre+las+huellas.jpg" width="154" /></a></div>
<br />
Lo
anterior es solo un esquema perfectible. Un fondo de inversión en arte
sabrá conjugar todo el abecedario y redactar cada vez mejor el novelón
bursátil: fragmentará el mercado, pagará un cabildero para que tramite
más excepciones tributarias por filantropía, tacará con sigilo <a data-mce-href="http://hyperallergic.com/76489/art-is-the-new-bitcoin-or-something/" href="http://hyperallergic.com/76489/art-is-the-new-bitcoin-or-something/">carambolas</a> más virtuosas, hará pirámides a corto, mediano y largo plazo. Hablamos de <a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/?p=57579" href="http://esferapublica.org/nfblog/?p=57579">arte</a>: la misma libertad y apertura que existe para hacerlo e interpretarlo se extiende a su compra y venta.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om6.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om6.jpg"><img alt="om6" class="alignnone size-full wp-image-63629" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om6.jpg" height="392" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om6.jpg" width="709" /></a><br />
<br />
Hace poco, en esferapublica.org, Halim Badawi publicó <a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/?p=62949" href="http://esferapublica.org/nfblog/?p=62949"><i>Business is business: especulación y mercado en la obra de Óscar Murillo</i></a>, un análisis intuitivo sobre el furtivo tinglado tras la venta, el pasado 26 de junio, de la obra <i>Sin título</i>
(2011) de este artista de veintiocho años de origen latino (colombiano o
guatemalteco, es lo mismo). La pieza se vendió en la casa de subastas <a data-mce-href="http://artmarketmonitor.com/2013/07/01/oscar-murillos-star-shines-in-londons-contemporary-week/" href="http://artmarketmonitor.com/2013/07/01/oscar-murillos-star-shines-in-londons-contemporary-week/">Christie</a>’s
en Londres por US$391.000, “superando trece veces su estimado bajo”. Es
un inspirador caso de estudio, tanto, que las dudas de Badawi sobre la
importancia y mercadeo de la obra –dentro del conjunto de piezas de
Murillo y de otros artistas– fueron subestimadas en el foro por un
académico y un analista de mercado. Ambos personajes, acomodados en su
rol ilustrado y financiero, parecían hipnotizados por el resultado de la
subasta y cumplieron solícitos con la sentencia que el crítico Robert
Hughes acuñó en su texto Arte y dinero: “El mercado debe encontrar
maneras de poder vender arte mediocre a malo a unos precios lo
suficientemente altos como para acallar las protestas estéticas”.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om5.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om5.jpg"><img alt="om5" class="alignnone size-full wp-image-63628" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om5.jpg" height="390" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om5.jpg" width="709" /></a><br />
<br />
En
ese mismo foro virtual, una voz cándida protestó, sacó a la luz el
color de piel de Murillo, jugó la carta de la discriminación y gritó:
“¡Dejen jugar al moreno!”. Un clamor al que podrían sumarse otros
intermediarios de cuello blanco, inversionistas tipo Interbolsa, que
gritarían casi lo mismo al unísono: “¡Déjennos jugar con el moreno!”. ¡<a data-mce-href="http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/el-artista-colombiano-oscar-murillo-explico-la-presentacion-de-su-obra-en-londres/20130619/oir/1918578.aspx" href="http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/el-artista-colombiano-oscar-murillo-explico-la-presentacion-de-su-obra-en-londres/20130619/oir/1918578.aspx">Éxitos</a>!<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/los-oscares.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/los-oscares.jpg"><img alt="los oscares" class="alignnone size-full wp-image-63636" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/los-oscares.jpg" height="531" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/los-oscares.jpg" width="709" /></a><br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/HUO-OM.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/HUO-OM.jpg"><img alt="HUO OM" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/HUO-OM.jpg" height="429" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/HUO-OM.jpg" width="709" /></a><br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/OM-+-HOYOS-+-GAVIRIA-+-TURBAY.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/OM-+-HOYOS-+-GAVIRIA-+-TURBAY.jpg"><img alt="OM + HOYOS + GAVIRIA + TURBAY" class="alignnone size-full wp-image-63630" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/OM-+-HOYOS-+-GAVIRIA-+-TURBAY.jpg" height="536" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/OM-+-HOYOS-+-GAVIRIA-+-TURBAY.jpg" width="709" /></a><br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om-artforum.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om-artforum.jpg"><img alt="om artforum" class="alignnone size-full wp-image-63631" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om-artforum.jpg" height="450" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/08/om-artforum.jpg" width="709" /></a><br />
<br />
(Publicado en <a data-mce-href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/el-interbolsa-del-arte/32463" href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/el-interbolsa-del-arte/32463">Revista Arcadia # 93</a>)</div>
</div>
</div>
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-27247618691622556572013-08-05T19:11:00.001-07:002013-08-05T20:29:59.054-07:00Tomar fotos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsSZjtgmK5qxKAn1cY8ikeMeOUSP1YbkgVZE2l-0NX193iOxQ9D7IrEVJnSygvJyYKaZzEQiK67AG_YOwNMTXGNAeTGJgZjsVZV7lUshuetZDXvQCq4mN89lAT4gc3VK4Rm0hoZWIGq-I/s1600/You_press_the_button,_we_do_the_rest_(Kodak).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="208" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsSZjtgmK5qxKAn1cY8ikeMeOUSP1YbkgVZE2l-0NX193iOxQ9D7IrEVJnSygvJyYKaZzEQiK67AG_YOwNMTXGNAeTGJgZjsVZV7lUshuetZDXvQCq4mN89lAT4gc3VK4Rm0hoZWIGq-I/s320/You_press_the_button,_we_do_the_rest_(Kodak).jpg" width="320" /></a></div>
<br />
"Usted presiona el botón, nosotros hacemos el resto”, decía la empresa
Eastman Kodak hace más de cien años. El lema promocionaba la venta de
una cajita sellada, cargada para cien tomas, que debía ser enviada de
nuevo a la fábrica para dar a luz y devolverle al fotógrafo aficionado
sus “momentos Kodak”. Tomar fotos no ha cambiado mucho desde entonces:
uno presiona el botón y la cámara –convertida en asistente y laboratorio
digital– hace el resto. <br />
<br />
La cámara es tan portátil como antes pero ahora también es teléfono o
tableta y se anuncian unas gafas que toman, editan y transmiten imágenes
bajo comandos de voz. Todo sucede tan rápido que las invenciones nacen
anacrónicas; pronto sentiremos asombro al ver el iris como diafragma, la pupila como apertura,
al ojo como cámara oscura y tendremos la inteligentada de pensar en una
conexión inalámbrica que permita cargar y descargarle cosas al cerebro
(unos la llamarán telepatía, otros lenguaje).<br />
<br />
La resolución del producto de hoy es mejor que la de ayer y peor que la
de mañana. Ante la ansiedad del “compro luego existo” queda el paliativo
fijo de la imagen, de las narraciones que creamos a partir de fotos,
cada quien compone su ilusión a través de su particular filtro. En una
fiesta tediosa es apenas natural mirar las fotos recién tomadas, un
consuelo gráfico que transforma el presente anodino en escena memorable.<br />
<br />
Hace un año Facebook compró Instagram por mil millones de dólares: la
red social más grande adquirió el sistema que permite a usuarios de
iPhone y <i>smartphones</i> capturar más de cuarenta millones de fotos
al día y compartirlas, exhibirlas y calificarlas al instante. Instagram
también ofrece una suerte de insulina gráfica que compensa el vacío
generacional causado por el “todo tiempo pasado fue mejor” y disuelve
ese trago amargo en la tónica del presente. Se trata de un dulce visual,
un filtro retro de género artístico, un sucedáneo que produce los
efectos de la alquimia nostálgica. Instagram es un verbo gráfico capaz
de conjugarlo todo, de darle a cada captura el gesto vital de lo que
nunca fue y despertar lo único verdadero: emoción.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuK7OI9m9IXf1INAqxF-_mEzp_X9vOdH8PfecguXPMmYxdg_yU0kUuF85ip2AIgn_3g10DyUoZctyy98P2EzoqC3_rhFalW3577yAAOVFD3OCWkw-eKTKyJyKCV64xGOffWBhEz4leFuU/s1600/instagram-filters1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuK7OI9m9IXf1INAqxF-_mEzp_X9vOdH8PfecguXPMmYxdg_yU0kUuF85ip2AIgn_3g10DyUoZctyy98P2EzoqC3_rhFalW3577yAAOVFD3OCWkw-eKTKyJyKCV64xGOffWBhEz4leFuU/s320/instagram-filters1.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
La ocasión hace al fotógrafo. “Usted presiona el botón, nosotros hacemos
arte”, parece ser la nueva consigna de este género de fotografía al
instante, tanto que los fotógrafos aficionados, a la par de los
artistas, no solo toman imágenes de sí mismos, de sus hijos, de viejitos
o de ruinas, sino que participan de la poesía aleatoria del momento,
enfrentan la burocracia de la cotidianidad al darle <i>glamour</i> a
cualquier vista: un orinal, un recibo de luz vencido, la puerta de una
notaria, una vitrina con maniquís viejos. El medio hace al artista, todo
es “arte contemporáneo”, la fotografía es la nueva pintura. Algunos
hacen tomas directas y las publicitan como bajas de esteroides, “sin
filtro”, una excepción que confirma la regla y afirma aun más el
artilugio de encuadrar un fragmento del mundo en la arcaica quietud de
la imagen.<br />
<br />
En la exposición <a href="http://www.banrepcultural.org/urbes-mutantes" target="_blank"><i>Ciudades Mutantes. Fotografía Latinoamericana (1941-2012)</i></a>,
que estuvo en la Biblioteca Luis Ángel Arango, algunas de las tomas
callejeras de los años sesenta y setenta mostraron comprensión por algo
que hoy resulta cada vez más escaso: el material y el tiempo de lo
humano. Están en vía de extinción los fotógrafos que andan con la cámara
al cuello sin la ansiedad de publicar cada toma a cada instante. Más
que redes, filtros <i>vintage</i> o artilugios conceptuales, hace
falta un documentalismo crudo y sosegado emparentado con el de los
fotógrafos de prensa pero sin el embale periodístico. De la polución
instantánea de Instagram quedarán, con suerte, ciudades fugaces; las
ciudades mutantes no caben en lo cosméticamente bonito ni se pueden
asimilar en un “me gusta”.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFetRpEHHCbjbE-UpfOOJwds_ZzJDSdDKdPqOB2q5oV9MZyLDrylZfTUawNsO8BN1aamK2N_9a0DCm9Oo7vQWn56ljBbCvPfFWAMvb0YVdYtDKo5Q5lSTJNYAA_FTvCiNwDUzGsHraWHs/s1600/primavera.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="227" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFetRpEHHCbjbE-UpfOOJwds_ZzJDSdDKdPqOB2q5oV9MZyLDrylZfTUawNsO8BN1aamK2N_9a0DCm9Oo7vQWn56ljBbCvPfFWAMvb0YVdYtDKo5Q5lSTJNYAA_FTvCiNwDUzGsHraWHs/s320/primavera.jpg" width="320" /></a></div>
(Publicado en <a href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/tomar-fotos/32147" target="_blank">Revista Arcadia # 92</a>)Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3551814922385853063.post-48258836918314256282013-05-30T05:06:00.000-07:002013-05-30T05:06:36.631-07:00Disparen sobre el crítico<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/Theater-of-blood1.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/Theater-of-blood1.jpg"><img alt="Theater of blood" class="alignnone size-full wp-image-62358" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/Theater-of-blood1.jpg" height="640" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/Theater-of-blood1.jpg" width="521" /></a><br />
<br />
Un
actor sobreactuado que por años sufrió las saetas de la crítica,
impostó su suicidio y regresó al escenario del mundo con un plan impío:
matar a sus críticos emulando algunos asesinatos de las obras de
Shakespeare.<br />
<br />
A un crítico lo mató a puñaladas (<i>Julio Cesar</i>); a otro lo arrastró con un caballo (<i>Troilo y Crésida</i>); a otro le sacó el corazón (<i>El Mercader de Venecia</i>); a otro lo ahogó en vino (<i>Ricardo III</i>); a otro lo decapitó (<i>Cimbelino</i>); a otro lo indigestó haciéndolo comer sus <i>french poodles</i> (<i>Titus Andronicus</i>); a otro, celoso, lo hizo matar a su mujer (<i>Otello</i>); a una crítica la ejecutó como a Juana de Arco en la hoguera (<i>Enrique IV</i>); al último crítico, su alter ego, lo inmovilizó en un escenario para que se tragara sus palabras a costa de quedar ciego (<i>Rey Lear</i>). Pero algo salió mal, hubo un fuego, el veterano actor murió mientras personificó su último rol: crítico de la crítica.<br />
<br />
Esto es <a data-mce-href="https://www.youtube.com/watch?v=cmboDDMPRVw" href="https://www.youtube.com/watch?v=cmboDDMPRVw" target="_blank"><i>Teatro de Sangre</i></a>, una película de 1973 protagonizada por Vincent Price. La trama es una fantasía: nadie mata a un crítico de arte.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/hora_del_te_albarracin.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/hora_del_te_albarracin.jpg"><img alt="hora_del_te_albarracin" class="alignnone size-full wp-image-62359" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/hora_del_te_albarracin.jpg" height="469" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/hora_del_te_albarracin.jpg" width="640" /></a><br />
<br />
Lo dice bien el escritor Víctor Albarracín en <i>La retaliación de lo real</i>, de su libro <i>El tratamiento de las contradicciones</i>,
donde cuenta de una “guerra verbal llena de puteos, sarcasmos y toda
clase de insultos” que mantuvo con Shaki Chan, un bazuquero cuidador de
carros que lo perseguía y amagó con chuzarlo. Albarracín contrastó esta
amenaza con las desventuras que trae ser un crítico de arte: “El mundo
cultural es inofensivo o, más bien, como toda la vida del aspirante a
pequeñoburgués, mata de a poquitos: deprime, reseca y desespera; lleva
al suicidio o al alcoholismo; obliga a unos cuantos a cambiar de vida, a
volverse huraños y a esconderse por años en una finca de la sabana. […]
en el mundo de la cultura, nada hay que temer más allá de la bofetada
de un artista dolido a un crítico hiriente, del complot de unos
profesores en contra de un aspirante a cátedra o de la conspiración de
una institución que impide que alguien que los ha jodido con correítos y
derechos de petición pase a cualquiera de sus convocatorias.”<br />
<br />
Algo
distinto sucede con otros géneros de crítica. “Tienen 24 horas para
salir de la ciudad y debe quedar claro que si siguen metiendo sus
narices en los casos de restitución de tierras, serán ustedes las
próximas. Es el único y último llamado que se les hace”, dice el
comunicado enviado en mayo por un grupo "anti-restitución de tierras" a
ocho periodistas de Valledupar. Por esos mismos días el periodista
Ricardo Calderón se salvó de ser asesinado a balazos por dos sicarios
que fallaron por falta de tino o por un hábil error: ahí dejaron la <a data-mce-href="http://www.lasillavacia.com/historia/las-victimas-y-el-dilema-de-la-participacion-43931" href="http://www.lasillavacia.com/historia/las-victimas-y-el-dilema-de-la-participacion-43931" target="_blank">advertencia</a> a Calderón y a otros que intenten criticar el estercolero del aparato político-militar.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/atentadoRCalderon1.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/atentadoRCalderon1.jpg"><img alt="atentadoRCalderon" class="alignnone size-full wp-image-62362" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/atentadoRCalderon1.jpg" height="426" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/atentadoRCalderon1.jpg" width="640" /></a><br />
<br />
Escribir
sobre arte, o sobre cultura, es inofensivo, inocuo. El único peligro
que conlleva es la desazón que causa contemplar de frente la medianía de
una casta impermeable y autosatisfecha, individuos, grupos,
instituciones con un ampuloso decorado intelectual y al reverso, en
privado, hipocresía; los criticados repiten un mantra: “no importa que
hablen bien o mal de ti, lo que importa es que hablen” (o “<i>Too bad</i>”, como <a href="http://www.revistadiners.com.co/articulo/13_809367_la-gloria-de-gloria-zea" target="_blank">responde</a> displicente Gloria Zea a las críticas por el parrandeo del Museo de Arte Moderno de Bogotá).<br />
<br />
“A
fin de cuentas uno es demasiado poco, uno es el Shaki Chan de la
cultura, alguien a quien simplemente se debe ignorar; un tipo estridente
y desaliñado, alguien inofensivo por quien no vale la pena ponerse en
tantos trabajos”, concluye Albarracín.<br />
<br />
<a data-mce-href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/Victor_Albarracin.jpg" href="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/Victor_Albarracin.jpg"><img alt="Victor_Albarracin" class="alignnone size-full wp-image-62360" data-mce-src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/Victor_Albarracin.jpg" height="453" src="http://esferapublica.org/nfblog/wp-content/uploads/2013/05/Victor_Albarracin.jpg" width="640" /></a><br />
<br />
La
crítica de arte no vale ni el trabajo de matarla, y esto no es síntoma
de civilización sino de un carácter taimado que origina y genera más
violencia, de un estado de cosas que tiene en poca cuantía las
representaciones del arte y la política (para el caso son lo mismo). La
burocracia sicarial apunta y dispara, su madre, la burocracia ilustrada,
prefiere pasar de agache que quizá es una forma más efectiva de
dispararle a la crítica.<br />
<br />
(Publicado en <a data-mce-href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/disparen-sobre-critico/31982" href="http://www.revistaarcadia.com/opinion/columnas/articulo/disparen-sobre-critico/31982" target="_blank">Revista Arcadia # 91</a>)<br />
<br />
<br />
Lucashttp://www.blogger.com/profile/01504457291389362966noreply@blogger.com0